lunes, 3 de noviembre de 2008
Alejandro Encinas demanda al tribunal electoral respeto a la autonomía del PRD
■ Un fallo favorable a Jesús Ortega abriría nuevo frente de confrontación interna, advierte
Alejandro Encinas demanda al tribunal electoral respeto a la autonomía del PRD
■ Ante tal escenario, exigiría a los órganos internos que consideren los votos que se le anularon
Alma E. Muñoz
Alejandro Encinas, ex candidato a la presidencia nacional del PRD, aseguró que si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) falla en favor de Jesús Ortega, como se denunció en días pasados, encabezará un nuevo frente de confrontación dentro del instituto político.
Acataría, dijo, la resolución de nulidad de los comicios del pasado 16 de marzo, como resolvió la Comisión Nacional de Garantías, pero si el órgano electoral mandata una revisión a ese dictamen para beneficiar a Ortega, “exigiré al órgano perredista que considere los votos que me nulificó y eso modificaría los resultados en mi favor”.
Pidió al TEPJF congruencia y respeto a la autonomía e independencia del PRD, porque “está claro que nadie puede dirigir este partido a partir de la resolución de un órgano del Estado ajeno a nuestra vida interna”.
Encinas indicó que los magistrados electorales podrían mandatar a la Comisión Nacional de Garantías una revisión de su dictamen, atendiendo la queja de Ortega, “pero eso implicaría regresar al 17 de marzo –cuando el ex jefe de Gobierno capitalino se mantenía como ganador de la contienda, a partir de los resultados emanados de encuestas de salida, contra el rechazo de su compañero de partido– y “sería absurdo que siete meses y medio después regresáramos al punto que nos ha llevado al conflicto” interno.
Se mostró dispuesto a participar en la construcción de un acuerdo que “nos permita (a los perredistas) no solamente transitar hacia los comicios de 2009, sino sentar las bases de una reforma profunda del PRD para su renovación y para ir a una elección donde la dirigencia que emerja sea resultado de la participación de la gente”.
A partir de allí, insistió, resolver de manera consensuada quién ocupará los órganos de dirección del partido: presidencia nacional, secretaría general, consejo político y secretariado.
Planteó que también se deben discutir los criterios y mecanismos para determinar las candidaturas federales y una política de alianzas que parta de la experiencia del Frente Amplio Progresista (FAP) y “nos permita acercarnos a otros órganos políticos locales y regionales.
“Obtendríamos así –manifestó– una plataforma electoral que cohesione al partido con un frente muy amplio de las fuerzas de izquierda democráticas y progresistas para la elección federal”.
El ex jefe de Gobierno capitalino admitió que en tanto se resuelve al respecto, él participa en las creaciones de frentes y bloques de Izquierda Unida locales. “Lo que pasa es que hay una inercia en el partido, y más después de la experiencia de Guerrero (cuando la dirigencia nacional perredista se negó a reconocer como candidato del frente a la presidencia municipal de Acapulco a Luis Walton, de Convergencia, y decidió ir con su propia candidata), en la lógica de entender que el PRD no tiene el monopolio de la izquierda”.
Consideró que el nivel de competencia se incrementa con alianzas entre fuerzas que “tenemos coincidencias y de ninguna manera podemos perder ese espíritu unitario”.
–¿Esos bloques le harán frente a Nueva Izquierda si no alcanzan un acuerdo interno? –se le preguntó.
–Si hay un acuerdo, no habrá confrontación. Creo que sería lo más sano; hay que abrir espacio a la militancia y yo voy a trabajar por construir esos espacios –respondió.
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