domingo, 5 de octubre de 2008

El general Carrillo Olea apunta en falso al Cisen


Se avecinan en México semanas difíciles, quizá conmocionantes, para México. El gobierno Calderón está solo y además sin oídos ni ojos para ver al exterior

El general Jorge Carrillo Olea, quien en 1985 fundara el Cisen para reemplazar a la Dirección Federal de Seguridad cuyas corruptelas fueron motivo de escándalo, acaba de lanzar una crítica violenta al director actual del Cisen (Contralínea, 15.09.08). Pareciera que el militar es un experto en la materia y que su paso por la subsecretaría de Seguridad Nacional en el gobierno de Miguel de la Madrid, su amigo entrañable, hubiera significado un desempeño al menos honorable si no eficaz.

Lejos de eso, la actuación de Carrillo Olea fue vergonzosa porque si bien emprendió la tarea de disolver la DFS por la íntima relación que alcanzó en 1984 con el crimen organizado, ese vínculo criminal no hubiera tenido lugar de no haber sido ordenado por la presidencia de la república, cuyas órdenes acataba el militar. Pero de los detalles de la actuación criminal de Carrillo Olea deberán ocuparse otros. Ahora lo que vale la pena es analizar el alcance desastroso de sus declaraciones contra el Cisen.

Dice Carrillo Olea a Contralínea: “Los directores del Cisen por naturaleza debieran ser mudos. Por falta de oficio, ese señor (se refiere Carrillo a Guillermo Valdés) se pone a hacer declaraciones… Es una persona que tenía un negocio de hacer encuestas, de repente lo ponen a hacer una actividad que para los que conocen ya resulta complejísima…”

Guillermo Valdés es de esta manera atacado por Carrillo por el lado que el actual director del Cisen es invulnerable: por ser precisamente eso: un especialista en encuestas, un conocedor de la disciplina estadística.

La estadística, señor Carrillo Olea aparece en despertar del imperio inglés, como la primera aplicación de la ciencia física a los imperativos de la expansión de la nueva burguesía imperial hacia la India y hacia Estados Unidos para lograr el control social. Isabel I fue la inauguradora en las universidades inglesas de la geopolítica como ciencia del poder y del espacio, y de la inteligencia como práctica estatal para alcanzar ese control social. La estadística es pues el instrumento primordial de la inteligencia del Estado.

Los estudios de sistemas complejos que restablecen este antecedente fundamental de la estadística se realizan en la Universidad de la Ciudad de México y están a cargo del eminente físico y matemático mexicano José Luis Gutiérrez. El hecho no es fortuito. Aparecen precisamente cuando la burguesía mexicana sólo concibe a la inteligencia como medida de represión de los movimientos sociales, y cuando en Venezuela surge la inquietud por la institucionalizar los estudios geopolíticos para el ejercicio de la inteligencia del Estado.

El periodista mexicano Alfredo Jalife ha registrado 11 tendencias con las cuales el poder imperial penetra en los estados del sur del mundo. El renglón financiero, cuya caída hemos de presenciar en los meses por venir, es la primera tendencia de la lista, seguido del económico y de variables conflictivas denominadas por Jalife guerras étnicas, teológicas… Estas tendencias que son cargadas de virulencia a medida que se debilitan las instituciones imperialistas que las imponen y que por ello merecen un estudio pormenorizado.

Ha habido estudios en México de la estadística como medio de control
En los años sesenta en la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y sociales, de la UNAM, se estableció el estudio de la estadística con la orientación que el estudio de las ciencias sociales había quedado impresa por las universidades estadounidenses para extenderlas a América Latina. El texto llevaba el título de Dígalo con números, obra de Hans Zeisel que contó con las orientaciones del Departamento de Sociología de la Universidad de Columbia que, dice el prologuista de la obra el doctor Paul F. Lazarsfeld, que contaba en los años siguientesa la Segunda Guerra Mundial con una sección de Investigaciones Sociales Aplicadas. Dentro ellas estaba la psicología que no tardó en ser instrumento de guerra.

“Ninguna realización, dice Zeisel en su libro, ha señalado en forma tan significativa el adelanto de las ciencia sociales como su creciente capacidad para explicar el porqué la gente se comporta como lo hace… El… enfoque va dirigido a la exploración de las causas y está ideado de acuerdo a la norma del experimiento controlado, medio de investigación que ha logrado gran preeminencia en las ciencias naturales…”.

David Griffin nos informa de a dónde llevaron estos enfoques:

La editorial Timeli prepara en este momento un libro que será presentado en la Feria Internacional del Libro de Caracas en noviembre de 2008. Incluye un ensayo del teólogo doctor David Griffin en el que analiza a dónde llevó el enfoque de las ciencia sociales emprendido en 1947 inmediatamente después del nacimiento de la CIA en las Universidades estadounidenses, que maduró entre el final de la Segunda guerra mundial y el desmantelamiento de la URSS.

El sueño del control de la última etapa que vivimos, fue articulado por numerosos neoconservadores –frecuentemente denominados simplemente “neocons”- a lo largo de la década de los noventas, inmediatamente después de que el desmantelamiento de la URSS obligó a identificar a los nuevos “enemigos” de Estados Unidos. El Plan fue en principio asignado al Defense Planning Guidance en 1992; que fue elaborado por Paul

Wolfowitz, bajo las órdenes del Secretario de la Defensa Dick Cheney-, que fue denominado “Un borrador para la permanente hegemonía americana global” que se sumó al “Plan de Cheney . . . de conducir al mundo”. Para alcanzar este objetivo era necesario, según los neocons, cubrir cinco aspectos:

“(1) Primero que nada el control de los hidrocarburos del planeta. Este imperativo pasa por efectuar cambios de régimen si fuese necesario, en los países productores de crudo, especialmente en Irak. Varios neocons, Cheney y Rumsfeld incluidos, son quienes propusieron al primer presidente Bush el derrocamiento de Saddam en 1990, siguieron abogando por esta política a través de la última década del siglo XX, e incluso presionaron al presidente Clinton en 1998 a usar la fuerza militar “para derrocar al líder irakí y poner término a su régimen”. <>< /script>

“Tan pronto como la administración Bush-Cheney ingresó en la Casa Blanca, los primeros puntos de su agenda de discusión se relacionaban con el camino mejor a encontrar para atacar a Irak y cómo explotar su petróleo. En el verano de 2001, la administración desarrolló un plan para atacar a Afganistán y reemplazar al régimen talibán por uno que fuese incondicional, y de tal manera permitir a la empresa energética estadounidense UNOCAL construir su planeado ducto del mar Caspio pasando por Afganistán.

“(2) Una segunda condición necesaria para la previsible Pax Americana depende de la transformación del renglón militar a la luz de la “revolución en la política militar”, hecha posible con la revolución técnológica. En el centro de esa transformación se encuentra el uso militar del espacio. No obstante, el término missile defense parece implicar que el uso del espacio va a ser puramente defensivo. Al respecto, el neocón, Lawrence Kaplan, ha dejado establecido de qué se trata: “las posiciones para el lanzamiento de misiles no están destinadas a la protección de Estados Unidos; en realidad son un instrumento para el dominio mundial”.

“(3) El tercer imperativo ha consistido en incrementar periódicamente el gasto militar. El final de la Guerra Fría convirtió este requerimiento en un desafío, porque la mayor parte del público estadounidense estaba convencido de Estados Unidos había dejado defender al mundo de la amenaza comunista, era lógico que se redujera el gasto militar y beneficiarse así del “dividendo de paz” para invertir en salud, educación y el cuidado ambiental.

“(4) Un cuarto requerimiento neocon para alcanzar la Pax Americana ha sido la modificación de la doctrina del ataque preventivo. Tradicionalmente, un país ha tenido el derecho de lanzar un ataque preventivo contra otro si un ataque desde éste fuera inminente -demasiado inminente como para consignar el caso ante las Naciones Unidas-. Además, los neocons deseaban que Estados Unidos fuera capaz de entrar en acción para impedir actitudes amenazantes que pudieran aparecer en el más o menos distante futuro.

“(5) El quinto requerimiento, dice David Griffin, es indispensable para preparar los cuatro anteriores, es decir, algo que prepare a los estadounidenses a aceptar las políticas imperialistas. Este punto lo satisface <>< /script> The Grand Chessboard, (El gran tablero de ajedrez), libro llevado al público por Zbigniew Brzezinski en 1997. En su libro bosqueja al Asia Central, con sus amplias reservas petroleras, como punto clave del control mundial; Brzezinski argumentó que América debe tener el control de esa región, pero advierte que los estadounidenses, que sobre la base de sus pulsiones democráticas, podrían ser reticentes a autorizar el gasto militar y los sacrificios humanos necesarios para la movilización imperial.

“Esta reticencia tendría el efecto de “limitar el uso del poder por Estados Unidos, en especial a su capacidad para la intimidación militar”. Pero este impedimento puede ser superado, sigue el autor, si se le presenta una amenaza masiva y ampliamente percibida fuera del territorio nacional. Los estadounidenses llegaron a desear, en su momento, por ejemplo, entrar en la Guerra Mundial II después del “shock del ataque japonés a Pearl Harbor”.

Todo debate económico y político sobre el capitalismo y su alternativa civilizatoria, que sólo puede ser el socialismo del Siglo XXI, gira en torno a dos aspectos del mercado sigún Heinz Dieterich, que son: Primero a su carácter sistémico; y segundo a la posibilidad y necesidad de sustituirlo. La pregunta decisiva de este debate es la de la sustituibilidad del mercado; pero, es imposible contestarla sin previa aclaración de su carácter sistémico (determinista, probabilístico, caótico).

La mentira fundamental de la teología económica burguesa, dice Dieterich, consiste en la ficción de que la crematística capitalista de los últimos 250 años ha sido una economía de mercado. La verdad es que esa crematística siempre ha existido como capitalismo de Estado y que no puede existir en otra forma empírica. La causa de este fenómeno radica en los tiempos y la naturaleza de los mecanismos de retroalimentación (feedback) del mercado.

El mercado es, pues, un sistema dinámico complejo, cuyas tendencias lo dirigen hacia la asimetría, tal como sucede en ciertos sistemas de la naturaleza. Para describir y explicar el comportamiento de esos sistemas naturales se analizan frecuentemente con la segunda ley de la termodinámica (entropía). La aplicación de este procedimiento al mercado ha aportado conocimientos macroestadísticos útiles. Pero, el mercado opera como subsistema de un entorno socio-humano, basado en el mono sapiens, y esto hace que su cibernética se vuelva más compleja.

Con estos antecedentes, estamos merece la pena recapitular lo que hace y lo que no hace el Cisen. Lo que no hace es fundamental: no es un servicio del Estado como debiera, sino del gobierno. Y este es el momento oportuno para que Guillermo Valdés haga las paces con el futuro.

gaston.pardo@voltairenet.org
Fuente: www.kaosenlared.net/noticia/general-carrillo-olea-apunta-falso-cisen

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