Los recientes huracanes Gustav e Ike ocasionaron severas afectaciones en el Caribe, especialmente en Cuba y Haití. En el siguiente artículo se hacen serias denuncias contra Estados Unidos por el uso de tecnología avanzada para controlar el clima del planeta y ocasionar desastres artificialmente mediante el manejo de la ionósfera.
Por Paola Garzia
En la comunidad científica comienzan a ganar fuerzas las sospechas que el Gobierno de Estados Unidos inyectó energía a la ionósfera, para que los huracanes Gustav e Ike ganaran en intensidad antes de tocar las costas de Cuba.
Se denuncia que a través de gigantescas antenas instaladas en sus portaviones de la IV Flota del Caribe, inyectó esas cargas al ojo de ambos huracanes y que diseñaron el rumbo del mismo. Indicaron que a través de aviones de reconocimiento con el aparente propósito de medir la fuerza del viento en ambos huracanes y sus respectivos radios de acción, fueron colando las cargas energéticas diseñadas para ese proyecto.
No habían calculado que ante la enorme fuerza suministrada de forma intencional al huracán Ike, desde supuestos aviones de reconocimiento éste demoró el ritmo de traslación, de 24 kilómetros por hora a 13, hasta poder asimilar la energía extra, lo que provocó que descargara con intensidad sus fuertes lluvias sobre el empobrecido Haití y las continuara sobre Cuba.
Experimentados científicos saben que el gobierno de Estados Unidos está poniendo a prueba una tecnología muy avanzada para controlar el clima y que los huracanes que azotaron a Cuba es una muestra de ello. Esa energía descomunal la fortalecen intencionalmente en los mares cercanos a las costas de Cuba y las disminuyen cuando se aproximan a las costas de Estados Unidos. Esos antiguos experimentos fueron retomados después del huracán Katrina que devastó a Nueva Orleans.
Expertos recordaron que desde finales de la década de los 60 y principio de los 70 la NASA realizó los primeros experimentos. El huracán Mitch fue uno de ellos, que se convirtió muy rápidamente en un potente meteoro que asoló las tierras centroamericanas. Se plantea que científicos norteamericanos perdieron el control de la naturaleza y el rumbo calculado y diseñado y que en lugar de afectar las costas de Cuba como eran los propósitos, se dirigió a Honduras y México, con una enorme secuela de muertos, desaparecidos y daños materiales.
Según los medios informativos por aquellos días, un especialista de la NASA reportó que desde 1970 se realizaban estos experimentos. Fueron paralizados cuando dos científicos mexicanos, uno de ellos de apellido Vivó Escoto, denunciaron los experimentos de la NASA en un Congreso.
Se añade que manejar la ionósfera, esa sería la nueva forma de dominio del gobierno de Estados Unidos, resulta más económico para sus fines, que utilizar ejércitos o bombas atómicas, porque obtienen los mismos resultados a muy bajo costo. No por casualidad Fidel Castro consideró a Gustav como una bomba nuclear.
La opinión pública debe solicitar a la NASA y al Gobierno de Estados Unidos que pongan a disposición de la comunidad científica todas las informaciones que posean sobre estos planes macabros.
Igual solicitud se debe formular al Gobierno de México y a la Universidad Autónoma de ese país, para que hagan públicos los trabajos investigativos del Dr. Vivó Escoto. También a las autoridades de la India sobre los planteamientos de esos científicos mexicanos en el Congreso de Nueva Delhi. Finalmente les recomendamos leer el artículo de Sergio Delgado publicado el 11 de septiembre del presente año.
Fuente: www.radiomundial.com.ve
Frente de Trabajadores de la Energía, de México
Por Paola Garzia
En la comunidad científica comienzan a ganar fuerzas las sospechas que el Gobierno de Estados Unidos inyectó energía a la ionósfera, para que los huracanes Gustav e Ike ganaran en intensidad antes de tocar las costas de Cuba.
Se denuncia que a través de gigantescas antenas instaladas en sus portaviones de la IV Flota del Caribe, inyectó esas cargas al ojo de ambos huracanes y que diseñaron el rumbo del mismo. Indicaron que a través de aviones de reconocimiento con el aparente propósito de medir la fuerza del viento en ambos huracanes y sus respectivos radios de acción, fueron colando las cargas energéticas diseñadas para ese proyecto.
No habían calculado que ante la enorme fuerza suministrada de forma intencional al huracán Ike, desde supuestos aviones de reconocimiento éste demoró el ritmo de traslación, de 24 kilómetros por hora a 13, hasta poder asimilar la energía extra, lo que provocó que descargara con intensidad sus fuertes lluvias sobre el empobrecido Haití y las continuara sobre Cuba.
Experimentados científicos saben que el gobierno de Estados Unidos está poniendo a prueba una tecnología muy avanzada para controlar el clima y que los huracanes que azotaron a Cuba es una muestra de ello. Esa energía descomunal la fortalecen intencionalmente en los mares cercanos a las costas de Cuba y las disminuyen cuando se aproximan a las costas de Estados Unidos. Esos antiguos experimentos fueron retomados después del huracán Katrina que devastó a Nueva Orleans.
Expertos recordaron que desde finales de la década de los 60 y principio de los 70 la NASA realizó los primeros experimentos. El huracán Mitch fue uno de ellos, que se convirtió muy rápidamente en un potente meteoro que asoló las tierras centroamericanas. Se plantea que científicos norteamericanos perdieron el control de la naturaleza y el rumbo calculado y diseñado y que en lugar de afectar las costas de Cuba como eran los propósitos, se dirigió a Honduras y México, con una enorme secuela de muertos, desaparecidos y daños materiales.
Según los medios informativos por aquellos días, un especialista de la NASA reportó que desde 1970 se realizaban estos experimentos. Fueron paralizados cuando dos científicos mexicanos, uno de ellos de apellido Vivó Escoto, denunciaron los experimentos de la NASA en un Congreso.
Se añade que manejar la ionósfera, esa sería la nueva forma de dominio del gobierno de Estados Unidos, resulta más económico para sus fines, que utilizar ejércitos o bombas atómicas, porque obtienen los mismos resultados a muy bajo costo. No por casualidad Fidel Castro consideró a Gustav como una bomba nuclear.
La opinión pública debe solicitar a la NASA y al Gobierno de Estados Unidos que pongan a disposición de la comunidad científica todas las informaciones que posean sobre estos planes macabros.
Igual solicitud se debe formular al Gobierno de México y a la Universidad Autónoma de ese país, para que hagan públicos los trabajos investigativos del Dr. Vivó Escoto. También a las autoridades de la India sobre los planteamientos de esos científicos mexicanos en el Congreso de Nueva Delhi. Finalmente les recomendamos leer el artículo de Sergio Delgado publicado el 11 de septiembre del presente año.
Fuente: www.radiomundial.com.ve
Frente de Trabajadores de la Energía, de México
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