martes, 22 de julio de 2008

Los tiempos sordos... y mudos.


Con un abrazo a Francisco y Claudia Rodríguez.

Caricatura sin Monitos

Hace unos días, Felipinochet (como atinadamente le dice la admirada periodista Alicia Muñoz), abanderó a la delegación que irá, a los juegos olímpicos de China. Ahí, el señor que despacha en un lugar que no le corresponde, les dio un mensaje a los deportistas, que más bien pareció una proyección llena de cinismo. Se atrevió a sugerirles que no hicieran caso de las críticas. Como si, éstas, no tuviesen una razón de ser: la mejoría constante. Claro, para un individuo frustrado y sabedor que no tiene la simpatía de la mayoría abrumadora del pueblo mexicano, las opiniones venidas de fuera del sequito adulador no cuentan. Se puede ser tan soberbio y acomplejado, que hasta se creen perfectos. Mal harían, los jóvenes deportistas, si le hacen caso. Pues, en los juegos de una olimpiada, no se puede hacer chapuza.

Y que mejor, para no escuchar las verdades, que retumban como chicharras en una noche campirana, que apagar las voces discordantes. Van muchos ejemplos, Aristegui, Gutiérrez Vivo, Plaza Neta (un programa de jóvenes críticos), y ahora me sorprende la más reciente censura. Me han enterado de primerísima fuente, que el gustado y muy oído programa Índice Político de mi amigo Francisco Rodríguez, llegó a su fin. Se canceló, sin más ni más.

Se es más pequeño, pensando que acallando las voces que daban salida a la presión social, se termina la inconformidad. Vituperio hacia la sociedad pensante, que aunque no sea la mayoría, si va en aumento diario.

Pobres, que son sordos a la conveniencia nacional y ahora tratan de cortar la lengua que les acompaña donde vayan. Seguramente intentarán borrar las letras del abecedario, para evitar, según su pobre nivel neuronal, que la gente se percate de corruptelas que son el marco del gobierno federal presente. Tendrían que obligar al sol a no salir, para intentar bloquear la vista de millones que son más avispados que ellos.

Tiempos sordos y mundos, nos ha tocado vivir. Pero ahora, a pesar de lo anterior, se puede visualizar más cercana la victoria. Alegrémonos pues, de las estupideces que siguen cometiendo. En una de ellas, se quedaran varados. Y si no me lo cree, espérese tantito.

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