El próximo primero de julio,
El comunicado del Pentágono, emitido el 25 de abril, pone en valor que la reactivación de
A todo esto debemos agregar, en tercer lugar, las fuertes tendencias a la inestabilidad en la región, como lo muestran las recientes revueltas en Haití, el conflicto intenso por la hegemonía en Bolivia y la ofensiva de sectores del gran patronato contra el gobierno de Cristina Fernández en Argentina. Ante este panorama, en el cual la inestabilidad tiende a ser acentuada por la especulación feroz del capital que provoca alzas espectaculares de los precios de los alimentos, la reactivación de
En efecto, empantanado en Irak y en Afganistan, como está el Pentágono no dispone de fuerzas terrestres a ''distraer'' en otros teatros de operaciones. De allí su opción de fortificarse con medios aéreos y navales para controlar una región que promete ser más hostil. Pero el despliegue de
En ese país andino se instala una estrategia planificada de larga data, que pretende aprender de los ''errores'' cometidos en Venezuela, cuyo fracaso del Golpe de Estado de abril 2002 estuvo en la base de la radicalización del proceso. En Bolivia, por el contrario, se pone en acción una estrategia menos estridente pero tan destructiva como el golpismo, basada sobre una demanda de autonomía que en realidad forma parte del proyecto estratégico de Evo Morales pero que es utilizada con fines opuestos: en vez de dar poder a los movimientos sociales y a la sociedad civil, busca blindar los intereses de la oligarquía de la provincia de Santa Cruz y frenar el proceso de cambios comenzado por el gobierno de
En este momento, valdría la pena tener en cuenta las reflexiones del geógrafo US Davis Harvey, quien sostiene que el neoliberalismo se caracteriza por lo que él llama ''acumulación de posesiones'', dicho de otra manera, la apropiación de bienes comunes, empresas, y hasta Estados.
En un artículo reciente (''El neoliberalismo como destrucción reactiva''), Harvey sostiene que para ''restaurar el poder de clase'' -amenazado por las rebeliones a partir de los años 60- se fabrican crisis para poder imponer las recetas neoliberales. Estas crisis pueden tomar formas muy diversas: golpe de Estado, como en Chile, en 1973; la invasión, como en Irak; o la amenaza de bancarrota, como se hizo con la ciudad de New York en 1975, para llevar al fracaso a los sindicatos municipales. Lo cierto es que la acumulación por posesiones no puede hacerse sin violencia, material, simbólica, o las dos a la vez, en un proceso totalmente antidemocrático de imposición vertical de un modelo de sociedad. Ya no se trata solamente de defender los privilegios de una clase social, como ocurrió en los años 60 y 70 por medio de Golpes de Estado en toda la región. Digamos que esto era una táctica de ''defensa'' de los de arriba para mantener sus privilegios.
Ahora las cosas son enteramente diferentes: se busca remodelar el Mapa de la región y del mundo, para las multinacionales y el Imperio, desplazando poblaciones enteras de territorios donde hay riquezas naturales o allí donde el capital busca tierras para producir mercancías por medio de monocultivos. Y, para esto, barrer por medio de la corrupción, o de la fuerza, a los gobiernos que molestan.
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