El fantasma de la elección perredista ronda el Zócalo
Se alistan miles para arrancar la resistencia civil el martes 25
Rosa Elvira Vargas
Es claro que nadie llegó ayer al Zócalo capitalino en busca de ser convencido o de tener más argumentos para definirse políticamente respecto del futuro del petróleo nacional. Esos miles vinieron aquí sólo a recibir línea; a ratificar compromisos y a echar de su ronco pecho el coraje que aún guardan contra quienes ocupan el gobierno federal y que hoy, con el tema de los hidrocarburos, les han proporcionado un nuevo motivo para movilizarse, cohesionarse y proclamarse listos para lo que venga.
Así, aceptaron acudir de nuevo el próximo martes aquí mismo e impulsar el plan de acción contra cualquier intento privatizador de Pemex, siempre bajo la consigna de no incurrir en violencia y aguantar a pie firme las “vulgares campañas” de desprestigio y el riesgo de que al final “nos desgastemos políticamente”, como planteó al cierre de su discurso Andrés Manuel López Obrador.
Y ayer se manifestaban ufanos por vivir un tiempo histórico al que encuentran paralelo con 1938, año de la expropiación. Las consignas de entonces y las de ayer se parecían. Y las siglas también. Se multiplicaban en los pendones, se reconocían en el ingenio y algunas hasta salieron del catafalco. ¡¿Banderas solferinas del PPS?! ¡Sí!
Prudencia y coincidencia
Sin embargo, rascando un poco en esa panorámica de gente vociferante y contestataria, la crisis del PRD y su elección de dirigentes apareció plena en esta jornada de miles en defensa del petróleo.
Desde temprano, Nueva Izquierda –los chuchos, pues– por los medios de comunicación anunció su inasistencia a la concentración con el argumento de la “prudencia” que, según se vio, les acometió de manera súbita al acordarse de lo ocurrido el pasado 24 de febrero en el mitin frente a la torre de Pemex al senador Carlos Navarrete y al diputado Javier González Garza. Pero también por pura coincidencia difundieron esa decisión momentos antes de manifestar ante Leonel Cota su inconformidad por la anticipada declaratoria de triunfo de Alejando Encinas.
Pero en ese aparente arranque de despecho (porque apenas la víspera habían formalizado su compromiso de apoyar la movilización en defensa del petróleo incluso ante el propio López Obrador) Nueva Izquierda, quizá por nueva, olvidó el viejo adagio de que en política todo espacio se llena.
Y sí, al lado del petróleo y la decisión de defenderlo a ultranza, las huestes perredistas vitorearon a un felicísimo Alejandro Encinas a quien Jesusa Rodríguez, maestra de ceremonias, presentó como “¡El virtual presidente! ¡El hermano! ¡El compañero!”
Y aquél se dejó querer. También recurrió a la prudencia y subió al templete detrás de López Obrador. Ahí le prodigaron abrazos y felicitaciones, rodeado por sus más cercanos, y se ubicó al frente flanqueado por el ex candidato presidencial y su sucesor en el gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
¡Pura vida! Porque además de recibir los “¡Sí se pudo!”, cuando el mitin finalizó Encinas se quedó a hacer su propia celebración frente a sus seguidores, y con Leonel Cota todavía en el templete confirmó su triunfo en una contienda a la que le aguardan largas jornadas para coronar la meta de ocupar la oficina del presidente del partido en la avenida Benjamín Franklin.
De ese modo, el conciliador y unitario discurso con el que la diputada Layda Sansores, de Convergencia, intentó apelar a la unidad y los buenos modales de la concurrencia, al decir que todos los legisladores de los partidos del Frente Amplio Progresista (PRD, Convergencia y PT) merecen trato respetuoso porque han dado la batalla en defensa del petróleo y puntualizó que entre ellos el Güero González Garza se ha visto muy firme, salió sobrando, porque, para empezar, el líder de los diputados perredistas, aunque estuvo ahí, procuró no dejarse ver y quedó al final de los personajes con derecho a templete.
Ese parece ser el sino del PRD. Mostrarse fragmentado. Por eso resultó un editorial breve y clarísimo aquella conversación escuchada al paso entre un padre y sus dos hijas adolescentes en la avenida 5 de Mayo. “¿Ya no estás con López Obrador?”, le preguntaron al oír la invitación a afiliarse a la causa de El Peje en una de las mesas instaladas sobre las avenidas que convergen al Zócalo.
–Con él, sí. A quien ya no apoyo es al PRD –respondió rotundo. Y siguieron caminando.
Sobre Madero, una pareja de punks, al pasar junto a otra de las mesas de registro, gritaron: “¡Anarquía, pinches partidos!”
Por eso los comerciantes del Zócalo, al igual que la mayoría de quienes acudieron a refrendar su compromiso por la soberanía petrolera, siguen claros: lo que realmente vende en playeras, pegotes, muñecos, banderines, videos, etcétera, es todo lo que lleve la imagen de López Obrador. Y nada más.
http://www.jornada.unam.mx/2008/03/19/index.php?section=politica&article=010n1pol
No hay comentarios:
Publicar un comentario