Del Correo Ilustrado de La Jornada
El presidente colombiano Álvaro Uribe no podría haber cometido un acto de guerra, bombardeando e invadiendo el territorio ecuatoriano para impedir la liberación de Ingrid Betancourt si no hubiese contado con el permiso previo de Estados Unidos, que concordó con esta agresión criminal. El bombardeo forma parte de un plan dirigido contra el gobierno de Chávez y podría ser el preludio de una agresión a Venezuela. Al mismo momento, la embajada estadunidense en Bolivia está estimulando a los golpistas y secesionistas que quieren derribar al gobierno legítimo de Evo Morales.
Al tiempo que protesto contra esta acción imperialista y de las oligarquías latinoamericanas, sugiero que todos los partidos democráticos, las organizaciones sociales y los demócratas y antimperialistas de México hagan sentir su repudio con el fin de parar en seco a Uribe y sus mandantes, y evitar que el gobierno mexicano pueda darles algún tipo de apoyo.
Guillermo Almeyra
http://www.jornada.unam.mx/2008/03/04/index.php?section=opinion&article=002a2cor
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