EN DEFENSA DE PEMEX
Sin propiedad colectiva (en cualquiera de sus formas) las naciones de todo el planeta difícilmente hubieran sobrevivido. No es casual que
Pero se puede decir que también son propiedad colectiva las calles de las ciudades y poblados rurales, los parques públicos con sus juegos infantiles, etcétera, etcétera.
Las mismas familias existen sobre la base de una propiedad colectiva en todos y cada uno de los hogares. Porque son de uso colectivos los espacios de la vivienda, sus aparatos, sus muebles y sus libros.
Podríamos agregar a esta lista muchos otros ejemplos que hablan claramente de que la propiedad colectiva (o social, si así quiere llamársele) es una de las bases fundamentales de la unidad de las naciones.
Por el contrario, cuando la propiedad privada --en su proceso de concentración-- destruye o invade la propiedad colectiva y deteriora la armonía del conjunto de la sociedad, sobrevienen grandes choques sociales e incluso guerras civiles.
Para evitar estos conflictos, los gobiernos deben aplicar políticas que establezcan un equilibrio adecuado entre propiedad privada y las demás formas de propiedad.
Este equilibrio entre las diversas formas de propiedad es la base de la armonía de países como Suecia, entre muchos otros, donde la propiedad privada convive con el cooperativismo (otra forma de propiedad colectiva), el cual, por cierto, representa nada menos que el 20 por ciento del total de la economía de ese país.
José B. Oviedo Garza
http://www.liberty-and-travel.net/confiable/es
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