El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, denunció esta noche que sus tropas encontraron evidencias de “una masacre” en el lugar donde fue abatido por el ejército colombiano el comandante guerrillero Raúl Reyes, y sostuvo que su homólogo de Colombia, Álvaro Uribe, “fue engañado o una vez más mintió al gobierno ecuatoriano” al informar que se había realizado una “persecución en caliente”. Más aún: su gobierno protestó por la incursión en su territorio y llamó a consultas a su embajador en Bogotá.
Horas antes, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, advirtió a Uribe que si realiza una operación militar en Venezuela, similar a la emprendida en territorio ecuatoriano en la que murió el segundo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC), se considerará “causa de guerra”. La cancillería ecuatoriana informó que protestó ante Colombia por la incursión castrense en su territorio y exigió disculpas mediante una carta diplomática enviada a Bogotá. Además, llamó a consultas a su embajador en la nación vecina, Francisco Suescum, y anunció que evalúa acudir “a instancias internacionales para buscar que las garantías de sus habitantes y la integridad territorial del país y sus derechos soberanos sean precautelados”.
“Ecuador demandará a Colombia una explicación por el indebido proceder de sus fuerzas militares, exigirá una disculpa formal y, en caso de eventuales daños a personas y bienes de habitantes dentro de territorio ecuatoriano, solicitará el pago de las correspondientes indemnizaciones”, indicó la cancillería, la cual manifestó su “profunda decepción por la acción militar colombiana”. De manera previa, Correa dijo que Uribe le había informado sobre una “persecución en caliente” que obligó a los militares a defenderse después de que las FARC los atacaron desde territorio ecuatoriano.
Sin embargo, las tropas de Ecuador inspeccionaron el sitio y encontraron evidencia de “una masacre”, denunció Correa. “Los cadáveres estaban en paños menores, en pijamas, es decir, no hubo persecución; los rebeldes fueron bombardeados y masacrados mientras dormían”, detalló Correa visiblemente alterado. En el Palacio de Miraflores, en Caracas, Chávez advirtió: “presidente Uribe, piénselo bien. No se le vaya a ocurrir hacerlo en estas tierras, porque sería sumamente grave y casus belli. Sería causa de guerra una incursión militar en tierra venezolana. No hay ninguna excusa”.
En declaraciones a la televisión estatal, en lo que fue su primera reacción, el gobernante se mostró preocupado por el anuncio de Bogotá sobre el operativo castrense en la frontera ecuatoriana. “De manera muy ligera el gobierno de Colombia reconoce haber incursionado, haber violado la soberanía de un país vecino. De manera ligera, alegre e irresponsable, y eso es preocupante”, expresó.
A su vez, el canciller Nicolás Maduro lamentó que el hecho haya sido presentado como “victoria bélica”, y consideró que constituye “una bofetada para todos los que se han esforzado en la esperanza por la paz y por el entendimiento como fórmula para alcanzar la reconciliación, el rencuentro y la concordia del pueblo de Colombia”. Señaló que la muerte de Reyes, cuyo nombre era Luis Édgar Devia Silva, “revela una vez más la empecinada conducta de quienes privilegian la opción militar y apuestan a una agudización del conflicto armado”. Afirmó que esto es “un nuevo obstáculo” para el proceso humanitario en torno a los rehenes.
Por la mañana Uribe estuvo en Medellín, donde recibió al secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, y una delegación de congresistas estadunidenses, quienes lo felicitaron. Gutiérrez declaró que la muerte de Reyes demuestra los progresos de la política colombiana en materia de seguridad.
Crimen de guerra.
Según el protocolo adicional a
Una de las definiciones de perfidia, establece
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