Cuatro meses y diecisiete días después de la última reunión con Andrés Manuel López Obrador, los ciudadanos de este país se dieron, una vez más, cita en el Zócalo de la Ciudad de México para ponerse de acuerdo en las acciones a seguir cuando la presidencia espuria intente deshacerse del patrimonio energético de la nación.
Los cientos de miles de ciudadanos de todos los estados del país llenaban las calles de Madero, 16 de Septiembre, 5 de Mayo, Pino Suárez, 20 de Noviembre y la plancha del Zócalo capitalino, parcialmente ocupada en un 25% por las estructuras del Nomadic Museum dejaban claro que a un año de distancia el movimiento de resistencia civil pacífica encabezado por el presidente legítimo de este país, sigue vigente, activo y organizándose cada día más, a pesar de intereses partidistas y siempre teniendo en contra el implacable cerco informativo de los medios comerciales y federales.
Jesusa Rodríguez fue presentando en el escenario a varios artistas, antecediendo a la tercera asamblea que daría que daría inicio minutos después del arribo de AMLO, quien fue recibido con gran entusiasmo por toda la gente ahí reunida.
Los diversos oradores de la asamblea de la Convención Nacional Democrática presentaron sus propuestas de resolutivos y al tiempo que la senadora Rosario Ibarra exigía un claro alto a la represión, las campanas de las torres de la catedral metropolitana iniciaron un largo, frenético e ininterrumpido replicar que no se detuvo sino hasta más de ocho minutos después y que causaron que miles de manos se alzaran por encima de las cabezas con el puño en alto, maldiciendo a la jerarquía católica que una vez más demostró su intolerancia y ancestral disposición a la provocación.
Andrés Manuel López Obrador fue claro en su discurso. La soberanía energética será defendida. Los miembros de su gabinete presentarán una propuesta presupuestal en donde se demuestra que no se necesita entregar a la iniciativa privada para sanear y hacer de PEMEX una empresa que trabaje para y por los mexicanos. Agradeció la respuesta que ha tenido el pueblo mexicano en solidaridad con Tabasco y reiteró las pruebas que demuestran que la tragedia fue provocada.
También se propuso que se efectuaran acciones de resistencia civil pacífica en contra de el alza a los precios de los productos básicos y a las gasolinas, inminente en menos de sesenta días.
Entre máquinas lanzadoras de papelitos tricolores y extraños juegos pirotécnicos completamente fuera de lugar, los ahí reunidos quedaron de volverse a ver el próximo día 18 de marzo o antes si la soberanía energética se ve en riesgo de ser perdida.
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