viernes, 27 de septiembre de 2013

Culpan textileros al modelo neoliberal de ruina del sector


FERNANDO INÉS CARMONA

Ciudad Mendoza, Ver.- A 22 años del desalojo del que fueron objeto casi 200 empleados textiles de este municipio, la autoridad laboral muestra su incapacidad para resolver el problema que los confinó al desempleo y a la migración, pero el origen de la crisis textil de este municipio, “en gran parte se debe al modelo económico neoliberal que quebró las empresas textiles del país; Carlos Salinas, es el gran responsable de la extinción de esta industria”, señaló Hipólito Flores, portavoz de los trabajadores.

El representante de 56 extrabajadores que aún sobreviven a los hechos, dio a conocer que pese a los juicios legales, “hasta la fecha no hay una solución, de 187 trabajadores –que fueron desalojados violentamente por órdenes del entonces gobernador Dante Delgado– 42 han fallecido por falta de seguridad social; hoy, a más de dos décadas el movimiento obrero se encuentra en el olvido ante la indiferencia de autoridades locales, estatales y federales. Los obreros hemos sido víctimas del burocratismo y del neoliberalismo rapaz que pretende su extinción antes de dar una solución al conflicto social”.

Señala que el quebranto de la empresa textilera nacional, tiene su origen en la apertura del mercado nacional y con ello más de 500 familias fueron confinadas al desempleo, mismo que hasta ahora persiste.

En su remembranza, indica que en 1991, a la mitad del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y con la inminente puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), “la industria textil en el país fue extinguida. El corredor industrial que un día llegó a conocerse como La Manchester Veracruzana fue cerrando sus puertas, una a una las fábricas de hilados y tejidos despidieron a los trabajadores, dejando un clima desolador económicamente hablando y desempleo en la región de Orizaba”.

“La fábrica Santa Rosa de este municipio, fue la última en resistir los embates del sistema económico. La empresa, conocida como CIVSA, se inauguró el 15 de mayo de 1896 por el Presidente Porfirio Díaz, junto con las de Río Blanco y Nogales fue de las más importantes del país por la inversión extranjera, principalmente francesa, y la explotación a la clase trabajadora”, explicó.

La misma historia, argumenta, “nos dice que los trabajadores también participaron en la gesta heroica del 7 de enero de 1907, se encendieron los ánimos volviéndose precursores de la Revolución Mexicana e iniciadores del Movimiento Obrero Nacional logros que se vieron reflejados 10 años después en el artículo 123 de la Constitución Política de México”.

En la historia moderna, dice, “el neoliberalismo hundió a las empresas tuvieran serios problemas económicos originando tomar medidas extremas, como la reducción de las garantías de los trabajadores dentro de las industrias, limitadas prestaciones y en sus casos más agudos el despido masivo de mano de obra”.

Todo eso, asegura, “ocurrió en Ciudad Mendoza, el 19 de agosto de 1991 la empresa decide la recisión de contrato de 56 trabajadores y ese mismo día, más de 300 obreros colocan las banderas rojinegras e inician una protesta en respaldo de sus compañeros que además contó con el respaldo popular, frente la fábrica las mujeres preparaban alimentos para los huelguistas y para sus hijos”.

No obstante los empresarios, recibieron el respaldo del entonces gobernador Dante Delgado “y el miércoles 25 de septiembre de 1991 el rumor del desalojo del frente de la fábrica corría en el plantón y entre los trabajadores, los cuales reforzaron el campamento, sin embargo alrededor de las cinco horas del día siguiente, la policía estatal y esquiroles de la CIVSA iniciaron el enfrentamiento desalojando a los obreros que mantenían la huelga, los golpearon, encarcelaron e intimidaron, tomando el frente de la fábrica y la textilera se convirtió en un cuartel. Rompieron las banderas de huelga”.
Tras los hechos los obreros, narró, “se reorganizaron y entonces se convocó a una marcha de protesta indignados por la violación al derecho de huelga las consignas de hombres y mujeres cimbraron la avenida Hidalgo –la principal del municipio– acompañados de sus familiares llegaron hasta el parque Hidalgo, a lo lejos más de 500 policías cerraron el paso de la avenida al frente de la CIVSA en la esquina de 8 de marzo, donde en 1913 el ejército de Victoriano Huerta acribilló a Camerino Z. Mendoza, sus hermanos y obreros”.

Hoy a 22 años, la lucha de los trabajadores de CIVSA despedidos hace 22 años ha buscado la intervención de presidentes de la República, desde Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, además de gobernadores como Miguel Alemán, Fidel Herrera y el actual Javier Duarte de Ochoa.

De todos sólo se ha tenido respuestas nulas o de poca trascendencia, pues se han olvidado de este problema, de haber sido laboral, se ha convertido en un problema social, pues de la mano del conflicto obrero se originaron problemas sociales como la desintegración familiar, desempleo, alcoholismo, falta de servicios médicos y pensiones, la mayoría rebasa los 60 años y carece de garantías para una vida digna, en lo que va del 2013 han sido seis los obreros despedidos que han fallecido por la carencia de medicamentos, en total son 42 los que han muerto con la esperanza de ver resuelto el conflicto de 1991, informó.

A casi ya tres años del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, acusa, “la intervención de las autoridades no ha pasado de buenas intenciones y de buscar calmar los ánimos de los ex trabajadores, siempre que se acerca el 7 de enero buscan evitar manifestaciones como las vividas por su antecesor Fidel Herrera, sin embargo la nula intervención podría reiniciar el conflicto con la toma de la fábrica y obligar definitivamente la salida de José Torres Serrano, pues ese personaje es el único que impide que se destrabe el conflicto”.

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