martes, 30 de julio de 2013

Mayor autocensura en la prensa por temor a agresiones: ONU


Fernando Camacho Servín

En México el nivel de autocensura de la prensa ha comenzado a aumentar por el temor a agresiones físicas, intimidaciones y asesinatos de que son víctimas los periodistas, pero también debido al acoso judicial que los poderes político y económico ejercen cuando se sienten vigilados.

Así lo afirmó el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Libertad de Prensa y Expresión, Frank La Rue, quien en entrevista señaló que a pesar de algunos avances legales en México siguen cometiéndose gran cantidad de agresiones contra los comunicadores, la mayoría de las cuales únicamente son motivo de especulación, pero no de indagatorias profesionales.

Impunidad, motor de la violencia

–Un informe reciente del Centro Nacional de Comunicación Social indica que el sexenio de Felipe Calderón fue de los más letales para la prensa en la historia moderna del país, con 60 asesinatos y 15 desapariciones forzadas, ¿qué balance haría de la situación en que estamos?

–México tiene uno de los índices de violencia contra periodistas más altos del mundo en países que no están en guerra. Siria, Irak y Afganistán, en su momento, por supuesto estaban peor, pero de las naciones que técnicamente no tienen un conflicto armado México es de las grandes preocupaciones, junto con Honduras, Chechenia, Egipto y Turquía.

Uno de los patrones que siguen dichos actos en el país, indicó el especialista, es que se asumen como consecuencia inevitable de la lucha entre el crimen organizado y las fuerzas de seguridad.

Además, en casi todos los casos se da por cierta la especulación de que los autores del ataque son miembros de grupos delincuenciales o que se trata de problemas personales, sin llevar a cabo ninguna indagatoria seria para comprobarlo.

“Se dice: ‘fue el crimen organizado’, pero no hay ninguna investigación. Entonces, nadie puede saber a ciencia cierta si es o no. De repente también se dice que era un problema de faldas, pero esas son sólo especulaciones y ello es consolidar la impunidad”, enfatizó.

Es este último factor, añadió, el que genera nuevos actos de violencia contra los periodistas, ya que cada asunto no indagado, con castigo a los responsables, es una invitación a que sucedan muchos más. Me parece que este es el caso de México.

Entre dos fuegos

Respecto de la autoría de las agresiones contra los comunicadores, Frank La Rue indicó que tanto en México como en el resto del mundo los ataques no provienen únicamente del crimen organizado, sino también de los grupos de poder económico o político, que no quieren ser vigilados o indagados.

Una de las herramientas para silenciar a los periodistas, además de golpes o amenazas de muerte, aseveró, es el acoso judicial, por conducto de demandas por injuria o difamación, que pueden ser no tan atemorizantes como una agresión física directa, pero que a algunos medios los puede llevar a la quiebra.

En torno a las acciones que ha adoptado el actual gobierno federal para romper la dinámica de la impunidad, el relator consideró que ocho meses son muy pocos para hacer una evaluación al respecto, pero destacó que uno de los desafíos del presidente Enrique Peña Nieto en ese sentido es no esperar a que lleguen los momentos más álgidos de la violencia contra los comunicadores para demostrar interés por el tema.

Por otra parte, aunque celebró el surgimiento del Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas o la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión –con cuya titular se reunirá estos días–, La Rue pidió que esas entidades tengan la autoridad para movilizar a las fuerzas de seguridad pública y ordenar investigaciones.

La violencia, alertó, provoca un ambiente de autocensura, y eso es absolutamente lamentable. No es válido que la prensa se inhiba por temor, por saber que se juega la vida al sacar un trabajo de investigación; que lleguen tan lejos como para pedir al narcotráfico que defina la agenda de lo que se debe publicar.

Todo ello, recalcó, es muestra de un deterioro muy grande y debe corregirse. Para mí, el día que se pierda el carácter crítico e investigativo de la prensa dejará de tener sentido su propia existencia y la libertad de prensa no tendrá ningún significado.

–¿Eso está pasando hoy en México?
–Me atrevería a decir que por temor empieza a crecer el nivel de autocensura, que la prensa se va limitando. México siempre ha tenido un periodismo muy avanzado, valiente e investigativo, pero creo que se empiezan a ver los efectos del temor.

La democracia necesita muchas cosas, pero la más importante es la participación ciudadana, y si la prensa libre y crítica no existe, esa participación va a ser tibia e inefectiva.

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