miércoles, 24 de abril de 2013

Preocupémonos - Columna semanal de Sergio Aguayo



Enrique Peña Nieto desechó con frivolidad el escándalo creado por la operación priista para comprar votos en Veracruz. Es una actitud absurda y autodestructiva.

El miércoles 17 de abril Gustavo Madero, presidente del PAN, documentó una gigantesca trama entre los tres niveles de gobierno, el PRI y las autoridades electorales para asegurarse el triunfo en las elecciones veracruzanas de este año. En 13 horas de grabación desfilan 59 personajes que detallan el sufrido oficio del mercader de votos, planifican la manipulación del padrón y explican cómo se utilizan los programas sociales como Oportunidades.

Hasta compiten para ver quién delinque mejor. Salvador Manzur Díaz, actual secretario de Finanzas veracruzano, presumía a los conjurados que su dependencia "se incorpora completa... somos más de 2,300" y en su versión jarocha de Vito Corleone explica la forma como convenció a sus subalternos: primero los saludó y luego les hizo una "invitación respetuosamente voluntaria, pero a fuerza de que tienen que venir aquí a acompañarnos a los trabajos". Con este material el mesurado Madero pudo asegurar que "el PRI gana a billetazos y con engaños".

La dirigencia del PRD reaccionó indignada, las tribus perredistas de la capital declararon persona non grata a Rosario Robles y la aludida se defendió en una entrevista concedida a Carmen Aristegui en MVS Radio donde hablaba de sí misma en tercera persona: dado que en las cintas "no se menciona a la secretaria de Desarrollo Social... Rosario Robles para nada está involucrada".

El presidente Peña Nieto guardó silencio el miércoles 17. El jueves 18 tampoco abrió la boca porque tal vez celebraba que el mundo sigue elogiándolo como modernizador de México: ese día el Time lo incluyó entre los 100 personajes del año. Al tercer día llegó la respuesta en medio de un discurso escrito -lo que confirma lo deliberado del desplante. Los chiapanecos pobres que lo escuchaban difícilmente entendieron a qué se refería el Presidente cuando dijo: "Rosario, no te preocupes. Hay que aguantar porque han empezado las críticas, han empezado las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa" ganar las elecciones.

La frase es desconcertante porque Rosario acababa de suspender o despedir al delegado de Sedesol en Veracruz y a otros funcionarios y porque no se trataba de críticas sino de una denuncia ante la PGR tan bien fundamentada que puede descarrilar el Pacto por México y distraer a dependencias encargadas de combatir al crimen organizado.

En la semana transcurrida desde que se presentó la denuncia, el PAN camina erguido y firme por praderas que conoce a la perfección. Es cierto que carece de autoridad moral porque hizo lo que ahora condena, pero no recuerdo una acusación de manipulación electoral tan bien sustentada. Investigaron seis meses y las grabaciones y videos que aportaron tienen "validez probatoria" porque, como señalara Madero en su conferencia de prensa, "no son intervenciones de comunicaciones privadas", sino "grabaciones de eventos públicos y sólo requieren ser apoyadas con un dictamen pericial, mismo que también ya incluimos y aportamos". Los panistas reconfirman su fama como partido de abogados.

Aunque resulta imposible anticipar cuáles serán las repercusiones, la denuncia y las fisuras en el Pacto por México distraerán a la PGR y a Gobernación de la principal prioridad: combatir al crimen organizado. La situación puede empeorar porque se insinúan en el horizonte nuevos escándalos: la Sedesol está llena de operadores electorales con piel de funcionarios. Según una investigación de Itxaro Arteta para Reforma (29 de marzo de 2013) hasta ese momento la Sedesol había designado a 23 delegados y 20 traían antecedentes priistas.

Van dos botones de muestra. El coordinador Nacional de Delegaciones es un zacatecano, Pedro de León Mojarro, con un largo historial de operador electoral. Fue dirigente estatal del PRD en aquel estado, luego cambió de partido y terminó coordinando la campaña de Peña Nieto en Zacatecas. Un detalle que ilustra su forma de ver la política es que metió a esposa e hija de candidatas del Partido Verde a una diputación federal.

Cuando Ranulfo Márquez Hernández fue nombrado presidente del PRI en Veracruz (2010) se comprometió a hacer realidad un postulado de Luis Donaldo Colosio: "Todo el partido, en todo lugar y en todo tiempo". Su participación en el tinglado confirma que como delegado de la Sedesol en Veracruz traía al tricolor en pensamientos y sentimientos. Se ganó la suspensión.

En sus primeros meses como Presidente, Enrique Peña Nieto mostró hechura de estadista; en el caso Sedesol-Veracruz se comporta como protector de mapaches. En los próximos días veremos si opta por cumplir la profecía del Time y se confirma como el artista de los consensos modernizadores o si prefiere ser el guardián de la manipulación electoral. En tanto ocurre, preocupémonos.

Colaboraron Paulina Arriaga Carrasco y Maura Roldán Álvarez.

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