martes, 22 de enero de 2013

Indígenas nahuas se alzan en armas para combatir la inseguridad


EZEQUIEL FLORES CONTRERAS


La autodefensa ciudadana en Tecoanapa, Guerrero. 
 Foto: Xinhua / Víctor López 

TIXTLA DE GUERRERO. Gro., (proceso.com.mx).- Indígenas Nahuas de la comunidad de Atliaca, municipio de Tixtla de Guerrero, tomaron las armas para expulsar a bandas delincuenciales que operan en este lugar de la región centro de la entidad.

Desde ayer por la tarde, al menos 200 hombres armados portando capuchas decidieron instalar puestos de vigilancia en las entradas y salidas de esta pequeña población, ubicada a 20 minutos de esta capital, sobre la carretera federal que conecta la región centro y la zona de la montaña.

Lo anterior después de que habitantes y policías municipales de Tixtla detuvieron a siete personas señaladas como presuntos secuestradores, entre ellos seis estudiantes de bachillerato y una mujer, informaron autoridades municipales.

Los pobladores intentaron linchar a las personas detenidas; no obstante, las autoridades locales lograron llevarse a presuntos delincuentes, quienes posteriormente fueron puestos a disposición de autoridades ministeriales para definir su situación jurídica.

Por la noche, los civiles armados de Atliaca acordaron asumir la vigilancia de esta comunidad y demandaron la instalación de un puesto permanente del Ejército.

Los pobladores justificaron esta medida argumentando que una banda de secuestradores y extorsionadores opera impunemente en esta zona.

A la fecha se tiene un registro de dos personas plagiadas y decenas de comerciantes obligados a entregar dinero a los delincuentes, “por concepto de cuota”, indicaron a Apro.

Cerca de las 21:00 horas de ayer, autoridades municipales arribaron al poblado para informarles que el gobierno estatal ofreció un acercamiento, a través de la Procuraduría General de Justicia y los exhortaron a presentar las denuncias correspondientes.

El alcalde Gustavo Alcaraz Abarca lamentó la situación y justificó la incompetencia, al señalar que la dirección de Seguridad Pública municipal está conformada por 20 policías y cuatro patrullas.

En respuesta, los habitantes rechazaron acudir a la dependencia estatal argumentando que “de nada sirve denunciar” porque las autoridades simplemente son omisas y anunciaron que ellos mismos van a expulsar a sangre y fuego a los delincuentes de este poblado.

También, demandaron que el gobernador Ángel Aguirre acuda a Atliaca para tomar acuerdos concretos en materia de seguridad y reiteraron que dejarán las armas hasta que se instale un retén militar.

Con esta nueva expresión de inconformidad suman tres los movimientos ciudadanos de autodefensa armada que se registran en lo que va de este año en diferentes puntos de la entidad.

Después de que pobladores de la región de la Montaña decidieron armarse el año pasado para enfrentar directamente a la delincuencia, el ejemplo fue replicado en la región de Costa Chica, donde habitantes de cinco municipios desde hace tres semanas mantienen retenes y están realizando detenciones de presuntos delincuentes.

La semana pasada, pobladores de Iguala y Teloloapan también decidieron armarse para asumir las funciones de Seguridad, ante los constantes secuestros y extorsiones.

Y ahora, ciudadanos indígenas de la Región Centro intentaron linchar a presuntos delincuentes y asumieron la vigilancia de la comunidad de Atliaca.

Mientras la escalada de movimientos armados ciudadanos aumenta, las autoridades gubernamentales parmanecen pasmadas y el gobernador Ángel Aguirre se ha limitado a visitar las zonas de conflicto para repartir dádivas entre la población y entregar prebendas a integrantes de organizaciones sociales.

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