miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ola de asaltos a comercios tensa más la situación en Apatzingán


La Policía Federal prácticamente tomó la ciudad; intensos patrullajes toda la noche

EDUARDO FERRER

La Policía Federal (PF) prácticamente tomó la cabecera municipal de Apatzingán con el despliegue de alrededor de 200 elementos que, en tanquetas blindadas y camionetas tácticas, asumieron posiciones de ataque en esa demarcación.

Mientras los federales tomaban posición en la ciudad, comandos de sujetos encapuchados, vestidos de negro y fuertemente armados, asaltaron simultáneamente (alrededor de las 5 de la tarde) las tiendas Coppel, Milano, Lupeiros y Henry’s, en pleno centro apatzinguense, dándose a la fuga antes de la llegada de los agentes policiacos y soldados. A esa hora, toda la actividad comercial de Apatizingán se paralizó.

Tres horas antes, también en ataques simultáneos, en las localidades de Nueva Italia y Ario de Rosales, otros grupos armados –con vestimentas similares a los que operaron en Apatzingán– robaron cuatro sucursales bancarias, de las que sustrajeron más de 2 millones de pesos en efectivo. Al mismo tiempo, en Tacámbaro, otro comando asaltó una joyería, una caja de ahorros y una gasolinería.

Militares y federales que encabezan los grupos especiales acantonados en la Tierra Caliente michoacana confiaron a reporteros locales que no descartan que los asaltos hayan sido cometidos por integrantes de La Familia, pues recordaban que en el comunicado que la organización delictiva emitió hace apenas tres días anunció un cambio en su estrategia y el inicio de actividades parecidas a la “guerrilla”.

Y dando por sentado el control e influencia que en algunas localidades michoacanas mantiene La Familia, alguien soltó: “nadie roba, si no dejas robar”.

Los incidentes tensaron aún más el de por sí enrarecido ambiente que se vive en toda esta región desde hace ya seis días, con carreteras semidesiertas, bloqueos de caminos, casetas de cobro abandonadas y retenes militares y policiacos en puntos “estratégicos” para las fuerzas federales acantonadas en la zona.

En cuanto a la presencia de la PF en Apatzingán, en declaraciones hechas a La Jornada Michoacán, el alcalde Genaro Guízar Valencia denunció que los elementos de esa corporación han socavado los derechos humanos de los habitantes del municipio con cateos y detenciones ilegales e incluso “violando muchachas”, lo cual está provocando “miedo y temor entre toda la ciudadanía”. Según el edil apatzinguense, los visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) enviados a este municipio habrían recibido ya 70 denuncias “por los atropellos” que cometen los federales.

Al abundar en su denuncia, el alcalde de extracción perredista advirtió que como autoridad respalda la lucha antinarcóticos, pero no los abusos que suele cometer la PF en sus incursiones en la región. El malestar de Guízar se suma a la evidente irritación y miedo ciudadanos y al enojo que incluso entre mandos del Ejército Mexicano y de la Marina provoca el errado y atropellado proceder de los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, que sólo mantiene el control de la zona –según coinciden en afirmar fuentes castrenses de la 43 Zona Militar– por el apoyo que desde el viernes reciben de soldados y marinos.

El sitio de Apatzingán

El domingo ya avanzada la noche, según se informó a este diario, los federales, soldados y marinos que se enfrentaron durante cinco días con grupos de sicarios de La Familia Michoacana empezaron a abandonar las comunidades de El Alcalde, Guanajuatillo y Holanda, enclavadas en el Valle de Apatzingán, entre otras arrasadas en los cruentos choques con el grupo delincuencial.

De acuerdo con esta información, grupos de soldados y agentes policíacos desplegados en la región recibieron la orden de acuartelarse en las instalaciones de la 43 Zona Militar y en el municipio de Uruapan, toda vez que se suspendió la búsqueda por tierra del supuesto capo caído en los enfrentamientos, Nazario Moreno González El más loco. Según esta información, la búsqueda ahora sigue “con trabajo de inteligencia”, que consiste en vigilar funerarias, casas donde supuestamente viven amigos, familiares y novias del jefe de La Familia para darle seguimiento en caso de que pretendan organizarle su velorio.

Fuentes militares y de la propia SSP federal reconocieron a este diario que no han dado con el cuerpo del capo supuestamente abatido. Uno de los militares confió: “difícilmente lo hallaremos… si es que realmente murió”.

Un hecho que se confirmó este lunes es que los grupos de La Familia se replegaron hacia la Sierra Madre del Sur, a donde militares, marinos y federales recibieron la orden de no incursionar, por lo agreste del terreno y su desconocimiento de la Sierra, quedándose en desventaja en caso de encontrarse con los sicarios de la organización.

En esta situación, las fuerzas federales recibieron la orden desde la ciudad de México de desplegar operativos de vigilancia en los municipios considerados como críticos –incluyendo a la capital, Morelia– y establecer posiciones estratégicas ante la eventual contraofensiva de La Familia. Incluso, se informó que los 300 soldados que el domingo fueron trasladados a Michoacán no se dirigieron a la Tierra Caliente, sino que se distribuirá su presencia en toda la geografía michoacana.

En la cabecera municipal de Apatzingán, en tanto, la mayor presencia es de la PF, la corporación más repudiada por los apatzinguenses y habitantes de otros municipios. Desde la tarde, se observó por todas las calles y avenidas de la zona urbana circular los convoyes de federales que buscaban su posición de ataque, en señal de que ahí permanecerán durante varios días más.

Hacia las 19 horas, con las calles ya vacías y todos los comercios cerrados, un convoy de aproximadamente 40

Fuente: La Jornada de Michoacán

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