México D.F. 15 de abril de 2010 (Cencos).- Según estimaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), más de 1000 millones de personas no tienen garantizado el acceso al agua, sin embargo, estas estimaciones no contemplan a miles de personas que mueren de enfermedades congénitas y no hay registro por parte de este organismo de los millones de abortos que han sido provocados por la ingesta del líquido contaminado con metales pesados, producto de la explotación minera a cielo abierto y tóxicos vertidos por la industrias.
“Se cree que estas muertes no tienen relación con el agua y se piensa que el tema central es la escasez del líquido, existen zonas como el noreste de Brasil en donde ciertamente hay carencia del agua, pero el problema es principalmente que en donde existe se envenena”, apuntó Pedro Arrojo Agudo, director de la exposición Agua, Ríos y Pueblos, en el marco de la conferencia El derecho humano al agua potable.
Como parte de los eventos de la Agenda Ciudadana de Agua, Ríos y Pueblos, la tarde de ayer se llevó a cabo la conferencia El derecho humano al agua potable en el auditorio del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en la que participaron Pedro Arrojo Agudo, Rosario Ibarra de Piedra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristobal de las Casas, Chiapas, y defensor de los derechos humanos y Martha Delgado, secretaria del Medio Ambiente del gobierno del Distrito Federal.
Arrojo Agudo explicó que existen tres líneas fundamentales para comprender la crisis del agua más allá de su escasez: la insustentabilidad de los proyectos hídricos, la crisis de gobernabilidad, misma que permite la extracción abusiva y la falta de regulación en la privatización de los servicios propiciando la mercantilización del líquido vital y finalmente, lo que agudiza el problema, la crisis global de desigualdad económica y social, “los pobres siempre sufrirán mayormente los estragos de la crisis del agua; mientras se le siga considerando como mercancía y no como un derecho humano, el agua seguirá siendo gestionada bajo una óptica neoliberal y el neoliberalismo no entiende de medio ambiente y no entiende de derechos humanos.”
Al respecto, Aguas, Ríos y Pueblos propone una estrategia concreta para que los gobiernos garanticen el acceso al líquido, la instauración de fuentes públicas y gratuitas para las personas de escasos recursos como una forma de acceder al líquido, y garantizar los 40 litros por persona al día, en concordancia con las recomendaciones de la ONU.
A partir de esos 40 litros se podrán establecer tarifas de fácil acceso y para las personas que hagan un uso excesivo del agua como un lujo, propone cobrar el doble por litro, y adecuar los subsidios. Durante la conferencia, Martha Delgado, secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, dijo que esta propuesta es bien recibida y declaró que hay disposición para trabajar en conjunto bajo una perspectiva de derecho humano al agua.
Así mismo, Rosario Ibarra de Piedra, quien ha acompañado las luchas de los pobladores de Temacapulín, Palmarejo y Acasico en contra del proyecto de la presa El Zapotillo y la lucha contra el Proyecto de Presa La Parota promovido por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que desplazaría a 25 mil campesinos de su tierra, afirmó que no descansará hasta que los pueblos dejen de sufrir las injusticias promovidas por las empresas y los gobiernos que mercantilizan los recursos naturales en detrimento de la calidad de vida de las personas.
Por su parte, Samuel Ruiz, compartió un texto de Leonardo Boff, teólogo de la liberación y ecologista brasileño, que expresa la urgencia de reconocer el agua como un derecho humano y no rebajarla a una necesidad, para sí poder llamarla “nuestra hermana agua, que no será una posesión ya que, bajo esta óptica sólo tendrá derecho el que pueda pagar, eso será entonces una traición a los ideales de la modernidad” compartió Samuel Ruiz.
Fuente: CENCOS
Difusión: Soberanía Popular
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