Fuente: La Jornada de Zacatecas
Redacción
Una sociedad no puede progresar cuando parte de sus integrantes es marginada, no sabe leer y no tiene acceso a la educación, y sobre todo, si esa segregación está vinculada a la desigualdad de género. En el mundo existen alrededor de 870 millones de analfabetos; de ellos, dos terceras partes son mujeres, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Advirtió lo anterior el director General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Adolfo Rodríguez Gallardo, quien explicó que si se considera que las mujeres tienen a su cargo el cuidado de las y los hijos y el hogar, la situación se vuelve compleja, pues si tienen esas tareas sin contar con elementos básicos como la lectura, será de graves consecuencias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha implementado programas de enseñanza de la lectura a las mujeres y ha encontrado que al aumentar su capacidad al respecto disminuye la mortalidad infantil, refirió el también investigador del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas.
Una mujer ama de casa puede administrar medicamentos, preparar alimentos de manera higiénica o hervir el agua para evitar infecciones, pero realizaría mejor esas funciones si supiera leer, consideró. Además, el impacto social de ese aprendizaje también se refleja en la prestación de servicios, pues cuando una persona no puede llenar una solicitud por no saber leer, no es capaz de exigir sus derechos.
Una sociedad tiene elementos importantes que le permiten un mejor desarrollo y alcanzar el bienestar de la población, sin embargo, existen países donde aprender a leer no tiene mayor importancia, pues se considera una cuestión meramente escolar, señaló el autor de
Lectura, tecnologías de la información y género.
Se ha comprobado que los países con estadísticas más altas de analfabetismo tienen pocas expectativas de avance. En México las entidades con mayores niveles de lectura son las del centro y norte, mientras que Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Michoacán ostentan una pobre instrucción y con una población indígena muy importante, mencionó.
Tampoco es fortuito que la escasa formación en naciones en vías de desarrollo sea justamente entre las mujeres, que deriva en una marginación no sólo en el hogar, sino también en los puestos de trabajo y el acceso a la educación, apuntó el especialista.
Conforme los países progresan, la desigualdad entre ambos sexos se acorta; desde esa perspectiva, la lectura contribuye a una mejora en las áreas económica, social, cultural, formativa e incluso en cuestiones como la igualdad de género, concluyó.
(CIMAC)
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