lunes, 9 de marzo de 2009

Policías detienen y torturan a vendedor de electrodomésticos en Tlacoachistlahuaca

Los efectivos acusaron a Santiago Hernández de rapto de menores

CORRESPONSALIA

Tlacoachistlahuaca, 7 de Marzo. Policías preventivos de este municipio golpearon y trataron de asfixiar a Pablo Santiago Hernández, un vendedor del Programa de Electrodomésticos y Cómputo SA DE CV, porque lo confundieron con secuestrador de menores, denunció el agredido ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum) en Costa Chica, con sede en Ometepec.

El comerciante dijo que los hechos ocurrieron el 24 de febrero cuando se trasladó a San Jerónimo, municipio de Tlacoachistlahuaca, a vender libros; aproximadamente a las 3 de la tarde, unos dos kilómetros antes de llagar a esta localidad, se topó con dos camionetas con diez personas o más vestidos de civil y portaban armas.

Narró que los hombres le cerraron el paso, lo bajaron de su camioneta Nissan color gris con camper para revisarlo.

Inmediatamente uno de ellos le preguntó por unas niñas que habían robado en San Jerónimo, a lo que respondió que no sabía nada, pues apenas iba a esa comunidad a vender libros, pero continuaron acusándolo del rapto y le advirtieron que “cualquier movimiento en falso le volarían la cabeza”.

Al llegar a ese poblado se estacionó en la comisaria, y al bajaro observó a dos hombres que traían un uniforme color café con un gafete; después llegaron más personas y le dijeron que “ahí están tus cómplices” mientras señalaban a dos personas que trabajan como contratistas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Recordó que media hora después, se presentaron unos policías municipal de Tlacoachistlahuaca con una capucha en la cara, cuando se bajaron de la camioneta uno de ellos le preguntó dónde estaban las tres niñas raptadas, pero respondí que “yo no sé nada, yo vendo productos electrodomésticos y de cómputo, vengo llegando a la comunidad”. Otro preventivo insistía que si no decía dónde tenían a las menores lo matarían.

Dijo que después fue trasladado a una casa abandonada, donde le amarraron las manos, lo sentaron en una carretilla y le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza: “me patearon en el estómago, me golpearon con el cañón de la escopeta y estuve a punto de asfixiarme en varias ocasiones, les dije que me iban a matar, pero los policías advirtieron que de eso se trataba si no les decía dónde se encontraban las niñas”.

Tras haberlo torturado junto con lo trabajadores de la CFE se presentó el comandante de la policía para liberarlos, quien sólo le dijo que “había habido una equivocación, aquí no se han robado ningunas niñas fue una falsa alarma”.

El vendedor fue atendido por la coordinadora auxiliar de la Coddehum, Gretel Dávila Vargas, quien le dio el número de oficio 126 con expediente CODDEHUM-CRCCH/013/2009-I.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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