sábado, 11 de octubre de 2008
La crisis "apenas comienza"
LEONARDO BOIX
LONDRES, 13 de octubre (apro).- La crisis económica mundial "apenas comienza". Sus consecuencias serán evidentes "en los próximos meses", pues el plan de rescate financiero aprobado por el Congreso de Estados Unidos "no resuelve el problema de fondo": el colapso del sistema financiero internacional.
Vanesa Rossi, experta del Programa Internacional de Economía del Chatham House, influyente Think Tank británico en asuntos internacionales y de seguridad, afirma a una pregunta en el sentido de qué escenarios se esperan a mediano plazo:
--Muy desfavorables para todos.
Y explica: "Sin crédito en los mercados, los bancos dejarán de prestarse dinero entre sí y se negarán a hacer préstamos a las empresas, las cuales no podrán financiar sus operaciones y no tendrán más opción que despedir a empleados. A millones de familias les faltará dinero y sus ahorros serán cada vez menores ante la escalada de precios de alimentos y combustibles.
"En resumen -señala"esta crisis nos dejará a todos más pobres. Y las peores consecuencias no las veremos hoy ni mañana, sino en las próximas semanas o meses, y serán de proporciones épicas".
Rossi es, junto con Paola Subacchi, autora del informe titulado Otro colapso en Wall Street:¿nos sorprende?, presentado por Chatham House el pasado 2 de octubre.
El informe sostiene que la crisis del sector financiero e inmobiliario se ha trasladado al de la economía real.
"Mientras, caen los precios del petróleo, informes sobre una debilitada economía en Europa, un aumento del desempleo en Estados Unidos y más crisis bancarias ¿Cuán mal puede seguir todo esto?", señala el reporte.
"Estamos familiarizados con la cadena de eventos que fueron desatados en el sector del mercado inmobiliario estadunidense, que provocó la llamada crisis crediticia (...) Ahora, los problemas de crédito, a través de varios canales de transmisión financieros, están revirtiendo el crecimiento global y causando que la economía real se vuelva fuente de mayores inconvenientes, incluso si se logra revertir la cadena de crisis financiera", advierte.
Así, enfatiza que "nadie sabe qué esperar" y el "final del túnel" está lejos de alcanzarse.
Prosigue: "No sorprende entonces que todas las miradas estén puestas en los bancos centrales, en los entes reguladores y en las autoridades de supervisión. Los primeros deberían proveer de suficiente liquidez monetaria para desbloquear las arterias del sistema bancario y reducir los efectos negativos para la economía real, mientras que los dos últimos deberían monitorear al sistema para prevenir crisis similares en el futuro".
Los entes reguladores, sostiene el informe, tienen ante si "la tarea crítica" de crear nuevas reglas para el funcionamiento del mercado financiero y "prevenir que los inversores tomen decisiones peligrosas para la población", como los Shore Buying, que es la especulación con las acciones de los bancos en bancarrota y uno de cuyos resultados es el enriquecimiento de algunos financieros y la pérdida de los depósitos de pequeños y medianos ahorradores.
Ante el tamaño, magnitud e intensidad de la crisis, "todos los esfuerzos se concentran en cómo salir de la actual turbulencia", dice, y advierte: "Ello ha hecho que se preste muy poca atención a cómo prevenir crisis en el futuro".
Al respecto, señala: "Existe muy poco debate sobre cómo Estados Unidos ha jugado y continuará jugando el papel hegemónico en la economía mundial". Ello ocurre, "especialmente en el contexto de la campaña presidencial estadunidense".
Deuda insostenible
Según el informe de Chatham House, la principal contribución estadunidense al crecimiento mundial ha sido a través del consumo. Advierte que éste recientemente "ha estado basado en deudas, las cuales --junto con el aumento en el precio de las viviendas--, dejó sin dinero disponible a buena parte de la población" de ese país.
El resultado: "un déficit enorme en el comercio y un índice de ahorro entre las familias que alcanza ahora un mínimo histórico. El colapso en el mercado inmobiliario y el crecimiento insalubre que durante más de una década alimentó el consumo exagerado en Estados Unidos, ha dejado a las familias estadunidenses, y también del mundo entero, con una deuda insostenible".
Hasta el momento -dice el informe""se han aplicado medidas para reducir los daños provocados por la crisis y evitar un contagio en diferentes sectores: inversionistas, accionistas, empresarios y las instituciones públicas". Esas medidas van desde planes de apoyo de emergencia para llevar liquidez a los mercados hasta la nacionalización de instituciones financieras privadas.
"Semejantes intervenciones son justificadas ante la percepción generalizada de que todo el sistema financiero y bancario es demasiado complejo e integrado y que si éste colapsa, arrastraría al resto de la economía mundial".
El informe advierte sobre otro factor que hace más complejo el panorama de los mercados financieros internacionales: la "globalización" del riesgo, el cual, en un clima de turbulencia, involucra a intermediarios financieros, Estados interrelacionados, sistemas bancarios internacionales, instrumentos financieros muy complejos. Varios de estos riesgos, además, pueden estar "dispersos y no son transparentes".
En ese sentido, subraya que existen "peligros morales" provocados por la especulación: en aras de obtener ganancias, los ejecutivos de bancos e instituciones de inversión pueden tomar decisiones que pongan en peligro la salud del sistema financiero y, con ello, afectar a millones de personas.
"Antes del colapso del banco de inversión estadunidense Lehman Brothers (el 15 de septiembre) estas medidas demostraron ser una forma efectiva para mantener la situación bajo control y evitar un mayor deterioro en las condiciones de mercado. Pero ahora parecen menos efectivas y en cualquier caso es demasiado pronto para sacar alguna conclusión firme", señala el informe.
En entrevista con Apro, Rossi afirma que el plan de rescate financiero implementado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, "no resuelve el problema de fondo": el colapso del entramado institucional del sistema financiero del mundo. Por ello, dice que "necesitamos respuestas a largo plazo, en lugar de estas medidas temporales".
Señala: "La situación actual es muy preocupante debido a la incertidumbre y al desconocimiento tanto de la magnitud del problema --que comenzó con bancos y empresas inescrupulosas-- como de sus consecuencias y sus posibles soluciones. Por lo pronto, las consecuencias inmediatas ya las estamos viendo: la desaceleración económica generará pobreza y desempleo.
--¿Considera que debe ser crucial el papel de los gobiernos a la hora de salvar a bancos en problemas?
--Creo que una de las funciones de los gobiernos es preservar la función de la economía. Diría que en un principio no tendríamos que llamarlos planes de nacionalización, sino simplemente plan de recuperación nacional para que la economía pueda comenzar a funcionar. Aunque haya mucha gente que se oponga a que el Estado utilice dinero público para salvar a estas entidades financieras al borde de la quiebra, lo que hay que entender es que miles de puestos de trabajo y hasta los ahorros de la gente común están en peligro. Los gobiernos tienen que salir a ayudar a los bancos y entidades financieras con un plan lógico, transparente y claro. De otro modo, el sistema quedará completamente estrangulado y las consecuencias se sentirán incluso más rápido. Esperar que los mercados solucionen por sí solos este problema no sólo es iluso, sino peligroso. Es de esperar que en 2009 tengamos una recesión mucho peor que la actual.
--¿Cree que es crucial el papel de los entes reguladores?
--El rol de los entes reguladores siempre ha sido importante, pero recientemente los mercados han cambiado más rápido que las leyes que los regulan. Muchos están identificando ahora nuevos factores que deben ser regulados y así evitar tanta volatilidad en los mercados. Creo que deben reescribirse las reglas del mercado actual; de eso no hay duda.
--¿Considera que los gobiernos deberían seguir el ejemplo de Irlanda y garantizar todos los depósitos de los ahorristas, sin límite alguno en el monto?
--Es una pregunta que requiere de una respuesta muy compleja. Dar un cheque en blanco en muchos países no es la solución al problema del temor por el futuro de los depósitos. Gran Bretaña, por ejemplo, no puede garantizar todos los ahorros de la gente porque el sistema bancario allí es mucho más complejo y diversificado, y porque un colapso de los bancos haría caer las arcas del Estado de una forma estrepitosa. Veremos un mayor intervencionismo de los gobiernos, pero siempre bajo los parámetros de los reguladores.
--¿Es optimista sobre el futuro teniendo en cuenta el plan de rescate de Estados Unidos por 700 mil millones de dólares?
--La verdad, no. Soy muy pesimista. Recién ahora estamos comenzando a comprender la magnitud y el tamaño de esta explosión financiera, y sus consecuencias se seguirán percibiendo por meses, tal vez años. Pero aún no ha pasado lo peor, y por más que los gobiernos ayuden con políticas de intervención, nacionalizando los bancos y entidades financieras, si los mercados e inversionistas no corrigen sus cuentas, no podrán recomenzar a operar en limpio. Los desafíos globales son muchos, especialmente en el sector bancario, y tendremos que pasar por un período de mucha dificultad.
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