Raúl Tortolero
Casos como el que vive Nadín Reyes Maldonado se anhelaban ya enterrados en los sótanos de
“Los tenemos y ya hablaron”, sentenciaba uno de ellos. Resulta paradójico que sea mediante los mensajes contenidos en tales correos, presuntamente enviados por inteligencia militar, tan intimidantes, que Nadín pueda interpretar que su padre tal vez está vivo.—¿Está vivo su padre? ¿Hay alguna nueva pista que lo indique? —Yo pienso que sí –dice insuflada por el entusiasmo, tal vez respirando esperanza–, tanto mi padre como el señor Gabriel. —¿Pero en qué se puede fundamentar, más allá del deseo de que esté con vida? —Una de las características de una desaparición forzada es que el Estado los mantiene con vida. Porque es una manera de presionarlos para obtener información. Le parece además que si el gobierno aceptó el diálogo con el EPR es porque tiene algo para dar a cambio de una negociación, que sería la liberación de los guerrilleros. —Suponiendo que el EPR, con su trabajo de inteligencia, tuviera más bien indicios de que no están ya vivos, entonces ¿para que se iban a sentar a dialogar con el gobierno, para qué la intermediación? —Sí, eso también nos da la certeza de que están vivos. —Una persona negocia con quien secuestra a sus familiares cuando tiene una prueba de que están vivos. Si no, no tienes nada que dialogar.
—Es en esa lógica que creemos que están con vida. Y no vamos a pensar que están muertos, porque así como se los llevaron vivos tienen que devolverlos. —Otro problema sería cómo se les va a reaparecer. Equivaldría a una pérdida de legitimidad ¿no cree? —Todo este tiempo creo que le está sirviendo al Estado para planear. El gobierno federal que no los tiene, pero que sí, que los desapareció el estado de Oaxaca. Están tratando de perfilar que la policía ministerial actuó incluso sin aprobación del gobernador ni del procurador. Creen que somos tontos. Le pregunto si ha escuchado la versión de que ambos guerrilleros se ocultaron para inculpar al Estado de su desaparición. Responde que eso sólo le puede convenir al Estado. “Yo conozco a mi padre, y él no nos haría pasar por esta situación de dolor”.
Rechaza también la especie mediática del ajuste de cuentas entre guerrillas, o entre éstas y el narco. Para ella, los viajes de Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca, al DF son sólo para preparar un escenario en el que Ruiz pueda permanecer en el poder. Le parece absurdo que en Oaxaca los mismos que ella asegura se llevaron a su padre sean quienes investigan ese crimen. “Que se permita a organismos internacionales venir a investigar. Que sean autoridades externas las que investiguen”, propone Nadín. El secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, recién declaró que México no es un país de desapariciones. A esto Nadín contrapone la postura del juez del 10º. Juzgado de Distrito de Oaxaca, que, cuando todas las autoridades negaron tener a Edmundo, dictaminó que hubo una “desaparición forzada”. —¿Qué piensa sobre la lucha del EPR? —Ellos habrán tenido razones para optar por esa vía. Es respetable, como la decisión de mi padre de haber escogido esa lucha. —¿La vía armada es respetable? —Si de veras existiera la democracia –alega–, no habría extrema pobreza ni 60 millones de pobres en México.
No habría necesidad de EPR ni de otras organizaciones. —Pero el EPR no es democrático. ¿No es autoritario imponer su modelo social con armas? —No sé cómo lo vean ellos. Yo pienso que si todo se ha agotado, la única herramienta que queda es esa. —Envió una carta a Flavio Sosa. ¿Ya conocía a los de
Y si el EPR tiene delitos, tendría que responder por ellos. —¿Qué piensa de la lucha del EZLN? —Cada contexto va creando su forma de lucha. Los respeto. —¿Hay nexos entre el EPR y el bolivarismo y las FARC? —No lo sé. —¿Usted es bolivariana? —Yo me asumo como una defensora de los derechos humanos. —¿Qué valores le inculcó su padre? —Crecimos en libertad, podía hacer lo que quería, pero con responsabilidad. Los valores que me brindó mi padre son la responsabilidad, la solidaridad con la familia y con los necesitados, a ayudarlos como sea posible, y la disciplina. Es decir, ser ordenada en lo que haces, priorizar, levantarme temprano, ayudar en la casa. —¿Cómo se vive ser la hija de un importante dirigente de la guerrilla más relevante de México? —Fue un golpe muy duro saber que desapareció. Él siempre nos protegió. Nunca nos dijo nada de eso. Para nosotros él era comerciante. Lo percibíamos como muy honesto y respetado.
Fuente: Kaos en
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