domingo, 6 de abril de 2008

El dilema petrolero

Fausto Fernández Ponte

ffponte@gmail.com

El silogismo del dilema petrolero tiene varias premisas mayores, a saber:

1) Nuestras reservas probadas –distintas de las probables y las posibles, presumibles unas, potenciales otras– están a la baja rápida, a resultas de negligencias del Estado mexicano en la materia. Esa negligencia es irresponsable y criminal.

2) Ello le otorga un carácter de urgente a la búsqueda de reservas, pero el Estado mexicano –administrador, por ministerio constitucional, de los hidrocarburos, aunque su usufructario es, también por ley, el pueblo– continúa en omisión y negligencia.

3) El Estado mexicano, amén de continuar en omisión y negligencia, parece apostarle a un gran golpe de suerte: el hallazgo y el provecho de reservas posibles sospechadas a varios kilómetros bajo el lecho marino, en el Golfo de México.

4) El Estado mexicano carece de enseres técnicos para discernir, determinar y localizar a ciencia cierta la existencia de ese tesauro, así como la tecnología para llegar a éste, extraerlo y proceder a su beneficio.

5) Existe la tecnología apropiada para explorar (y, en el caso, confirmar la existencia de esos yacimientos ultraprofundos o abisales) y extraer su contenido e industrializarlo en beneficio de sus propietarios legales, los mexicano todos.

6) Esa tecnología está disponible a un costo financiero altísimo y diríase que oneroso en extremo –aunque pagable, a final de cuentas–, pero principalmente político, medido éste con el rasero moral, ético y, a la vez práctico, de la soberanía.

7) La practicidad de ese rasero de la soberanía se nutre sobre principios inmanentes de independencia, libre albedrío nacional (o colectivo), control de recursos patrimoniales (incluidos los humanos), forja identitaria y destino histórico.

II

8) Las condiciones impuestas a la disponibilidad de la tecnología y el capital para desarrollarla a partir de experiencias científicas y aplicarla son predeterminadas por imperativos de la geopolítica económica y del poder.

9) Esos imperativos tienen por móvil y objetivo central los del dominio y el poder de consorcios trasnacionales sobre Estados nacionales mediante el control acerca del destino y usufructo de las riquezas de los Estados nacionales.

10) Empero, el Estado mexicano no puede acceder al uso de esa tecnología y ejercer los vastísimos y muy caros recursos financieros ajenos indispensables para tal accesión. ¿Por qué no puede? Porque la Constitución se lo prohíbe.

11) Sin embargo, el Estado mexicano ha ido accediendo, a contrapelo de la ley –es decir, ilegalmente, bajo exégesis de figuras jurídicas de dudosísima constitucionalidad– a mercados conexos y menos complejos de servicios, tecnología y capitales.

12) Esa práctica –opuesta flagrantemente a la letra y al espíritu de Constitución cuyo artículo 27 sabiamente anticipa y previene a México de las secuelas de la geopolítica– tiene por equivalente la privatización del usufructo del patrimonio social.

13) En el Poder Ejecutivo del Estado se realiza extensamente una campaña de difusión mediática orientada a inducir a los mexicanos a apoyar propuestas gubernamentales para modificar la Constitución y así eliminar lo que aquél considera traba legal.

14) Además de la campaña mediática de persuasión, el Poder Ejecutivo del Estado realiza acciones paralelas de cabildeo con los miembros del Poder Legislativo, advirtiéndose ya proclividades a modificar la Carta Magna en el propio PRI.

III

15) Este dilema, así planteado, es causal de debate intenso –con manifestaciones de alta emocionalidad– en México e incluso entre los mexicanos en Estados Unidos. A la propuesta de la calderonía –de apariencia pragmática– se opone la práctica.

16) Y esa propuesta práctica tiene por propósito estratégico el cesar el corriente saqueo patrimonial de México e impedir su intensificación al cederle potestades a los dueños y operadores de tecnología y financiamiento para llegar al tesoro en el Golfo.

17) La propuesta de la calderonía, si bien se nutre sobre imperativos de la urgencia, desestima con tajadura un vector de extraordinaria potencialidad: desarrollar tecnología propia en nuestras universidades e institutos tecnológicos.

18) Ésta es una propuesta realista –sobre todo si se concibe, diseña y aplica como un proyecto nacional, de orgullo y dignidad, de rescate de nuestro propio país del saqueo trasnacional y local– que contribuiría a elevar nuestra depauperada autoestima.

19) Esta propuesta –empeñar coordinadamente los esfuerzos de la nación, de nuestros científicos y técnicos y lograr desasirnos del yugo externo en ciencia y tecnología y financiamientos en materia petrolera– tendría otros efectos multiplicadores.

20) Esos efectos se registrarían casi de inmediato en la economía, la vida social, la cultura y, desde luego, en la política pues haría posible que accedieran a ésta los estadistas verdaderos, de los cuales estamos muy carentes.

21) El Estado mexicano –que desde sexenios atrás no invierte casi en ciencia y tecnología– podría sumar sus esfuerzos a los de paraestatales petroleras de Brasil, China, Venezuela, etcétera– y acelerar el desarrollo de tecnología y acceso a más capital.

Glosario

Calderonía: vocablo acuñado en referencia a Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón, el presidente de facto de México. El vocablo describe y emblematiza conductas y prácticas gubernamentales ajenas al interés estratégico verdadero de México.

Tajadura: tajante. De tajo.

Vector: agente que transporta algo de un lugar a otro. Toda acción proyectiva que tiene cualidad e intensidad variable. Magnitud.

Fuente: Forum en linea.

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