La privatización de la industria petrolera de México es el objetivo fundamental del gobierno de facto calderonista, que no puede esconderse con un discurso mentiroso como el que se escuchó ayer en red nacional.
Una modificación al marco legislativo mexicano como la que plantea la iniciativa en materia petrolera de Felipe Calderón hecha llegar ayer a un Senado de la República rodeado por las fuerzas represivas del Estado, y que entraña una cesión a consorcios trasnacionales de los derechos fundamentales del pueblo sobre sus recursos estratégicos, no puede ni debe ser procesada a espaldas de la nación y sin que medie un amplio debate de los legisladores con representantes de los sectores más significativos, incluyendo a sindicalistas, intelectuales y técnicos.
Cualquier proceso legislativo fast track en la materia implicaría que, ya en la forma, se están confiscado los derechos de la nación. El Poder Legislativo no puede en un régimen representativo sustituir al pueblo y actuar sin un consenso social, pues estaría actuando de manera ilegítima.
Esta iniciativa, que por su esencia violenta el acuerdo fundamental de los mexicanos implícito en la Constitución, la cual consagra la exclusividad del Estado en el manejo de los recursos petroleros, no puede ser discutida en el secreto de las comisiones legislativas, y a espaldas y en contra de los mexicanos. Las afirmaciones de Germán Martínez (presidente nacional del PAN) sosteniendo que es “innecesaria” una consulta popular sobre el petróleo y que estas iniciativas deben ser discutidas en el Congreso “y no en la calle”, es decir, por las elites políticas y no por la sociedad, o sea, ser objeto de acuerdos cupulares y no de un consenso social, es inadmisible. No puede aceptarse tampoco la pretensión de Santiago Creel, jefe de la bancada panista en el Senado, en el sentido de que “el debate” debe ser acotado y decidido por ellos.
El futuro de México como nación soberana e independiente está amenazado desde ayer como nunca antes en nuestra historia reciente y es urgente una movilización de todos los mexicanos.
Luis Javier Garrido
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