lunes, 31 de marzo de 2008

Diagnóstico para PeUSA


No es diagnóstico sino cabildeo

Según el diagnóstico para el fortalecimiento de Pemex, que el gobierno de Calderón envió a los legisladores del PRI, todos los males de la paraestatal se resolverían mediante las alianzas estratégicas con las transnacionales. Su prisa por traicionar a la nación es supersticiosa. Para ello, toman como modelo a los Estados Unidos (sic) confundiendo a PeMEX con PeUSA.

En el diagnóstico se dice que “ilustrativo observar que la explotación del Golfo de México en las aguas profundas de Estados Unidos, se lleva a cabo únicamente mediante la asociación de diversas empresas. La explotación de las aguas profundas del Golfo de México en la jurisdicción de Estados Unidos ha sido exitosa; se prevé que para el año 2012 la producción de esa zona será cercana a los 2 millones de barriles diarios; actualmente alcanza el millón de barriles al día. No obstante, eso ha sido resultado de más de 15 años de exploración y desarrollo, en el que han participado a través de diversas asociaciones prácticamente todas las empresas petroleras del mundo”.

Ese, en todo caso, sería el diagnóstico para Estados Unidos NO para México. La diferencia es que, el primero, es la metrópoli del imperialismo y la propiedad es totalmente privada, mientras que, en el segundo, la industria petrolera es propiedad es de la nación.

Tratándose de México, el diagnóstico asegura que “el potencial de hidrocarburos en las aguas profundas, en jurisdicción nacional, alcanza los 45 mil millones de barriles (monto superior al de Cantarell), sin embargo, es impensable que Pemex por sí solo pueda materializar estos recursos en un tiempo razonable en beneficio del país. Petróleos Mexicanos es la única empresa petrolera del mundo a la que no se le permite asociarse con terceros”.

¿De dónde salieron esos 45 mil millones de barriles? En la Prospectiva del Mercado de Petróleo Crudo 2007-2016 se dice que, tratándose de los recursos prospectivos (es decir, petróleo NO descubierto), al Golfo de México, corresponderían 29 mil 500 millones barriles de petróleo crudo equivalente (bpce). En la información de la secretaría de energía (Sener), con la leyenda “prohibida su reproducción”, se indica un potencial de 30 mil millones explotables en el período de 3 décadas. ¿Cuáles son las cifras correctas? ¿Qué recursos está ofertando el gobierno?

La asociación con terceros se llama privatización. Si a Pemex no se le permite esa asociación (privatización) es porque así lo decidió la nación y así esta escrito en el Pacto político surgido de una Revolución, misma que NO ha terminado. Esta decisión sigue vigente y está corroborada en la amplísima oposición del pueblo de México a la privatización de sus recursos naturales.

Fe supersticiosa en las alianzas

El supuesto diagnóstico insiste en que “se le debe permitir a Pemex la celebración de asociaciones para la exploración de campo, que por su complejidad demanda multiplicar la capacidad de ejecución de Pemex o incorporar nuevas tecnologías”.

Deliberadamente, el diagnóstico omite las condiciones en que se harían tales alianzas que, simplemente, implican compartir la renta petrolera. Esto significa, entregar a las corporaciones parte de los recursos naturales energéticos, además de cederles funciones constitucionales estratégicas. Tales alianzas contravienen explícitamente a la Constitución.

Tibia respuesta del PRI

Un grupo de legisladores del PRI, encabezados por Francisco Rojas, exdirector de Pemex y presidente de la Fundación Colosio, persentó un pliego de acciones para hacer factible la reforma energética.

El PRI no rechaza la reforma energética, solamente la acomoda a sus intereses. En el pliego se argumenta “aprovechar mejor nuestro petróleo con una reforma energética integral, con una visión de largo plazo, que permita una transición ordenada y gradual para los próximos 30 años, donde se combinen el mejor aprovechamiento de los combustibles con las energías alternativas”.

Se dice que “partir del principio fundamental de que la renta petrolera y el usufructo del valor agregado del mercado interno, debe ser íntegramente para los mexicanos. Llegar a los acuerdos necesarios para que la paraestatal pueda erogar sus significativas disponibilidades sin alterar los equilibrios macroeconómicos”.

También se pide “revisar el destino de los excedentes petroleros y evitar la discrecionalidad en su distribución, para destinar más recursos a la inversión de Pemex; despetrolizar las finanzas públicas al mismo tiempo que se le dejen más recursos a la empresa, sin descuidar los requerimientos sociales y las participaciones a los estados.”

Asimismo, se solicita “absorber las deudas de los Pidiregas y el pasivo laboral por parte del gobierno federal para permitirle a Petróleos Mexicanos obtener los recursos en mejores condiciones para financiar sus inversiones y servir la deuda asumida”.

Los planteamientos de los priístas son MUY tibios y bastante generales, tanto que el mismo Calderón y el PAN podrían decir que están de acuerdo. Más que propuestas alternas las acciones (sic) del pliego parecen tosca demagogia. Peor aún, hay propuestas priístas inaceptables. Una es la referida a la “autonomía de gestión”, propuesta sostenida por TODOS los partidos políticos para otorgar a las cúpulas corruptas las decisiones de la política petrolera nacional.

Discurso privatizador desgastado

Es evidente que el gobierno del PAN no convence a la sociedad mexicana ni podrá hacerlo. Cada vez es más patético el discurso privatizador. El supuesto “diagnóstico” no es tal, lo único que hace el gobierno es repetir los dictados de las transnacionales y sus cabilderos. Al gobierno no le checan las cifras, sus argumentos no son convincentes ni serios.

Respecto a la oposición priísta, su argumentación es débil haciendo caso omiso de la desastrosa política petrolera oficial llevada a cabo por los sucesivos gobiernos del PRI y el PAN. En vez de “reforma energética”, integral o parcial, lo que requiere la nación es una Política Petrolera Independiente, radicalmente opuesta a la actual política oficial. Esta sigue basada en la simple extracción de crudo y su exportación, la importación de petrolíferos, la privatización furtiva acelerada, la corrupción, el contratismo y el charrismo sindical. Estas son las lacras que hay que suprimir.

Sin haberse realizado un debate nacional formal, sin embargo, los argumentos expresados en múltiples espacios independientes han puesto en evidencia la falsedad del diagnóstico oficial. El discurso del gobierno está desgastado por falso. La oposición priísta es muy tibia e insuficiente. Los mexicanos concientes debemos continuar luchando incansables.

Frente de Trabajadores de la Energía,

de México

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