jueves, 31 de octubre de 2013

Petroelectricidad: pacto de traición


John Saxe-Fernández

El domingo pasado fue histórico. Ante una ciudadanía que abarrotó el Zócalo, AMLO rechazó los compromisos vergonzantes que Peña Nieto contrajo con los dueños de corporaciones extranjeras para legalizar la entrega de la renta petrolera y la privatización del sector energético en su conjunto y anunció demandas contra EPN y los legisladores que voten a favor de la reforma energética por el delito de traición a la patria. Ese día se supo que Cuauhtémoc Cárdenas, AMLO, Pablo González Casanova, Raúl Vera, Miguel Concha, Miguel Álvarez y Mario Saucedo plantearon ante los legisladores que ...el presidente Peña Nieto incurre en los delitos señalados por los artículos 108 párrafo segundo constitucional y el 123 fracción primera del Código Penal Federal, porque compromete nuestra soberanía, pone en riesgo nuestro desarrollo como país libre e independiente, y constituye un hecho aún más grave de lo que fue la entrega de Texas durante el siglo XIX.

Esa demanda coincide con el serio trance de crisis de seguridad humana, energía y medio ambiente que viven el país y el orbe ya que la iniciativa energética de EPN se da en momentos en que recrudece el agotamiento de gas, petróleo y minerales convencionales y cuando para el aparato diplomilitar y de espionaje de EU el mundo es un campo de batalla. En efecto, esa iniciativa enviada al Senado el 12 de agosto y un plan transformativo anunciado antes, que parece sacado del desván porfirista o de las entrañas de Exxon, es una capitulación por la continua sujeción del Ejecutivo a la agenda energética y de homeland security (seguridad del suelo patrio) de EU en un arreglo de facto de intervención/ocupación y de guerra irregular (Iniciativa Mérida) que se nutre de armas y dólares de EU.

Luego de 30 años de acumulada descomposición neoliberal, el diseño avalado por Calderón incluye atroces operativos anti-inmigrante y de espionaje masivo del tipo documentado por Edward Snowden, a través de múltiples contratos con firmas como Verint Systems; Security Tracking Devices, Broadlink, algunos de ellos autorizados por Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado de EU, sorprendida y fascinada por la colonialidad panista. Como ilustra Miguel Badillo, en toda la estructura de seguridad del país –civil y militar– se erigieron estructuras capaces de intervenir masivamente todo tipo de comunicaciones electrónicas: desde llamadas telefónicas hasta computadoras, teléfonos inteligentes y sistemas encriptados ¡con el compromiso de compartir con EU la información recabada! En el calderonato se construyó el Sistema de Intervención de Comunicaciones del Cisen, la Plataforma México (en la Policía Federal) y se “instaló el sistema más importante de espionaje masivo jamás instalado en el país: la Plataforma Pegasus –en Sedena–”(Contralínea, 9/9/13 p7).

Este contexto de sometimiento colonial, en el que la guerra al narco o al crimen sirvió para introducir poderosos aparatos de espionaje que operarían los mexicanos, pero a los que también tendrían acceso los estadunidenses (ibid), tuvo una expresión territorial en la visita a México realizada en julio de 2013 por Janet Napolitano, entonces secretaria del Departamento de Seguridad del Suelo Patrio. Sin la presencia de funcionarios centroamericanos, sobre algo tan vital para cualquier soberanía del mundo como lo es el resguardo fronterizo, Napolitano vino a definir “un mecanismo conjunto de intervención en la frontera mexicana, tanto la norte como la sur (sic), para combatir el crimen y aplicar acuerdos en políticas migratorias” (La Jornada, 23/9/13). Eso se dio cuando EPN, siguiendo un guión detectado en las cartas de política por rama del Banco Mundial, planteó la constitucionalización de la entrega petroeléctrica del país, ajustando los artículos 27 y 28, abriendo a los grandes monopolios energéticos liderados por Exxon, Chevron, Shell, etcétera, las actividades desplegadas por Pemex y CFE sobre los inmensos complejos económico-territoriales donde realizan sus vastas y estratégicas operaciones cotidianas para la exploración, producción, generación, distribución y mercadeo de gas, petróleo y electricidad.

Coda: la Iniciativa de Decreto de EPN está hecha a la medida de EU, cuya cúpula petrolera –y política– sabe que aquello de EU como nueva Arabia Saudita es un arrebato cortoplacista por los límites geológicos y financieros del gas y petróleo de lutitas. Ante la abrupta declinación detectada en los registros de producción diaria de los pozos shale y su inviabilidad económica, John Hofmeister, ex-jefe de operaciones de Shell en EU advirtió en 2012 que, a menos que algo cambie en serio, en los próximos cinco años estaremos haciendo cola en las gasolineras, porque no habrá suficiente petróleo a mano. De ahí que EU exija para sus firmas, y EPN cede, el control de las válvulas maestras para la extracción máxima –y el usufructo– de los yacimientos mexicanos.

jsaxef.blogspot.com

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