lunes, 28 de octubre de 2013

Oficio de Papel




Espionaje, corrupción y cinismo
EU espía a Fox, Calderón y Peña
La PGR investiga a Fidel Herrera

Cuando Vicente Fox asumió la Presidencia de la República, todos los días recibía en su escritorio una carpeta informativa enviada por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Contenía un resumen de lo que ese órgano de inteligencia consideraba importante sobre el país y de urgente atención por el presidente, a fin de tomar las decisiones más adecuadas e inmediatas. También en esa información clasificada como confidencial se incluían asuntos delicados que involucraban a miembros del gabinete, a empresarios, a políticos y a otros destacados personajes de la vida pública del país.

Eso era lo normal, lo cotidiano, lo de todos los días. También lo era que Fox, fiel a su costumbre de no leer, evitaba enterarse de los asuntos delicados y relevantes para “no estresarse” tan temprano. Por ello, esa información secreta del Estado se le entregaba Fox a su esposa Marta Sahagún, quien sin entender disfrutaba mucho enterarse de “todos los chismes” del gobierno y de la sociedad, como ella decía.

Una vez concluida religiosamente esa diaria lectura, la primera dama del país le enviaba el valioso documento sobre los asuntos nacionales más importantes a su primogénito Manuel Bribiesca Sahagún, quien también disponía de algunas horas al día para su lectura. Como la información es poder, y más cuando ésta proviene del principal órgano de seguridad nacional del Estado Mexicano, el interés del hijo de Marta era elegir cierta información crítica del sector empresarial y ofrecerla a empresarios involucrados, lo que le aseguraba ganancias económicas, pues como él decía: “mi familia no tiene dinero y con algo tenemos que ayudarnos. Pues el hecho de que mi mamá esté casada con el presidente y viva en Los Pinos, eso no nos asegura tener dinero”.

Hace varios años este reportero entrevistó a Manuel Bribiesca, a propósito de los negocios que hacía con la empresa Oceanografía y los contratos de Pemex (Petróleos Mexicanos), y ahí explicó esa breve historia del uso que en Los Pinos se le daba a la información confidencial que elaboraba el Cisen para “uso exclusivo” del presidente de la República.

Por eso ahora no me sorprende, como a muchos mexicanos, las declaraciones que hace unos días hizo Vicente Fox a propósito del espionaje que la Agencia de Seguridad Nacional (National Security Agency) de Estados Unidos hace en todo el mundo y particularmente a México y a los jefes de Estado.

El expresidente Fox declaró a reporteros de la agencias Cuartoscuro, CNN y MVS que “no es nada nuevo que haya espionaje en todos los gobiernos del mundo, incluido el mexicano”, y añadió que nadie debería escandalizarse ante las denuncias de espionaje de parte de Estados Unidos, porque ésta es una práctica común de todos los países, incluido México.

“No es nada nuevo que haya espionaje en todos los gobiernos del mundo, incluido el mexicano, no sé por qué ahora se declara ofendido [el expresidente Felipe Calderón] si también tiene sus agencias de inteligencia, de investigación y de espionaje. Nos espían todo el día a todos los ciudadanos en todas partes del mundo; éste es el mundo hoy”, dijo el inocente exmandatario.

Mientras jefes de Estado de Europa y Sudamérica, principalmente, reprochan al gobierno de Barack Obama y exigen el cese del espionaje y la intervención en sus telecomunicaciones, porque viola la soberanía y los tratados internacionales de respeto a los derechos humanos, Fox asegura que “no pasa nada” y que eso “es muy normal”.

Sin duda a Fox no le preocupó que lo espiaran cuando fue presidente de la República porque en realidad nunca estuvo al mando del Estado mexicano, nunca asumió el poder real de la Presidencia de la República y dejó en manos de su esposa, de sus amigos y del entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, en ese orden, la conducción del país. Y si a eso sumamos que la vida privada de Fox él mismo se ha encargado de hacerla pública, pues en realidad la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos casi nada tenía que hacer para espiar a ese exmandatario ingenuo y torpe.

“El estar haciendo este reclamo mundial de que Estados Unidos no espíe, bueno… ¿Cuándo va a dejar México de espiar? A mí en mi campaña electoral me siguieron paso a paso todos los días con filmaciones, con grabaciones, etcétera; lo hace todo el mundo, es lo que tenemos que entender.

“Uno debe estar acostumbrado a eso. Todo mundo te hace estas trampas, entonces no hay nada nuevo. Yo no entiendo por qué el escándalo”, dijo el parlanchín Fox.

La NSA espió a Calderón

Ávido de reflectores y micrófonos, Vicente Fox habló después de que salió una noticia en el medio alemán Der Spiegel, de que Estados Unidos espió en 2010 el correo electrónico del expresidente Felipe Calderón.

De acuerdo con esa información, el exagente estadunidense Edward Snowden proporcionó la información de que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) espió las comunicaciones del exmandatario mexicano y varios miembros de su gabinete.

En el sexenio pasado, Calderón abrió como nunca las puertas del país a la operación de los órganos de inteligencia de Estados Unidos, los cuales se hicieron lo que quisieron: se asociaron con cárteles de la droga, introdujeron armas para el crimen organizado, planearon y ejecutaron operativos policiales armados, espiaron e intervinieron comunicaciones de funcionarios, políticos, empresarios y líderes sociales, secuestraron y aplicaron sus leyes extraterritoriales en el país.

Por eso cuando Calderón vive refugiado en Estados Unidos, supuestamente para dar una “cátedra” en la Universidad de Harvard, ante la inseguridad que dejó en el país, es de risa que exija una explicación por el “espionaje” que hubo a su gobierno.

La información sustraída de los archivos de la NSA revela que, bajo el nombre de la operación Flatliquid, en mayo de 2010 la NSA espió los correos de Felipe Calderón como parte de un operativo de la Unidad de Operaciones de Acceso a la Medida, desde San Antonio, Texas.

La revista alemana Der Spiegel informa que la NSA se habría infiltrado en un servidor de la Presidencia de la República para acceder al correo, que también era usado por otros miembros del gabinete. La agencia tuvo acceso a comunicaciones diplomáticas, económicas y de seguridad.

Según los documentos internos de la NSA, en otra operación llamada Whitetamale, en agosto de 2009, se tuvo acceso a los correos electrónicos de varios funcionarios de alto rango de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular era el polémico policía Genaro García Luna. Este exfuncionario, que por alguna razón desconocida fue impune en el gobierno calderonista, sí debe preocuparse, porque seguramente el gobierno en Washington tiene un amplio expediente de todas las tropelías, corruptela y abusos que García Luna cometió al frente de la Secretaría de Seguridad Pública federal.

En 1 año, esa operación Whitetamale arrojó 260 informes secretos que permitieron a los políticos estadunidenses llevar a cabo conversaciones exitosas sobre cuestiones políticas y planificar las inversiones internacionales.

“El tono del documento que la NSA califica como un tremendo éxito en el monitoreo de los objetivos mexicanos, muestra la agresividad con la que la agencia de inteligencia supervisa a su vecino del Sur”, dice la revista.

Esta es una historia de cínicos. Por un lado, el gobierno de Barack Obama actúa en México como si fue una extensión más de su territorio o una colonia en donde puede hacer lo que quiera. Por otra parte, los gobernantes mexicanos son sumisos y cobardes ante los abusos e intromisiones constantes de las autoridades estadunidenses que violan todos los días la soberanía nacional, sin que alguien, incluidos los tres poderes (Ejecutivo, Legislativos y Judicial), hagan algo para remediarlo o siquiera protestar enérgicamente como corresponde a un Estado digno e independiente.

Veracruz, en crisis política y económica

Del cínico espionaje internacional al despilfarro y abuso de caciques políticos en la provincia mexicana. La disputa política y la guerra sucia que libran desde hace muchos años el exgobenador veracruzano Fidel Herrera Beltrán y el político convertido panista Miguel Ángel Yunes ha vuelto a las primeras planas de la prensa.

La semana pasada el hijo de Yunes, el senador panista Fernando Yunes Márquez, envió un comunicado para dar cuenta de que en el Senado de la República todos los partidos políticos aprobaron por unanimidad solicitar a la Procuraduría General de la República (PGR) una investigación del priísta Fidel Herrera Beltrán por “los 12 millones de dólares que obtuvo del crimen organizado”. Afirmación fuerte que debe ser primero probada por las autoridades correspondientes, aunque lo que si es cierto es que el estado de Veracruz ha sido convertido en un lugar de paso para las operaciones del crimen organizado, sin que los gobiernos federal, estatal y municipales hagan algo al respecto, lo que ha convertido en tierra de nadie ese hermoso estado a orillas del Golfo.

En la sesión del 23 de octubre, los senadores, incluidos los priístas, aprobaron un punto de acuerdo presentado por Yunes Márquez para exhortar a la PGR de que informe sobre el avance de las investigaciones en contra de los 57 servidores públicos federales y estatales denunciados por el desvío de recursos públicos para campañas políticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Veracruz.

También pidieron informes para conocer si hay alguna investigación derivada de las declaraciones de José Carlos Hinojosa, excontador de la organización delictiva Cártel del Golfo, quien testificó ante la Corte del Distrito Oeste del estado de Texas, Estados Unidos, que en 2004 entregó la cantidad de 12 millones de dólares al entonces candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.

A este polémico político veracruzano, exjefe y promotor del actual gobernador Javier Duarte, lo mencionó la prensa como futuro miembro del cuerpo diplomático del país, pero fue el mismo secretario de Relaciones Exteriores, el panista José Antonio Meade, quien desmintió la versión de que Herrera Beltrán fuera a parar a alguna embajada, pues dijo eso no está contemplado y eso no va a ocurrir. Es decir, el gobierno de Enrique Peña Nieto le ha retirado el apoyo y por eso la expectativa de que Fidel Herrera pueda ser procesado por delitos contra la salud y lavado de dinero crece aún más.

Nepotismo en gobierno veracruzano

En las últimas semanas, algunos espacios noticiosos del estado de Veracruz revelaron un descarado caso de nepotismo del secretario de Educación del gobierno estatal, que encabeza el priísta Javier Duarte, quien ahora no sólo tiene que atender las justas demandas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, organización que está muy activa en esa entidad, sino controlar a su secretario Adolfo Mota Hernández, responsable precisamente de la educación en Veracruz.

En la prensa local se reveló que la esposa, la hermana, los primos y cuñados de Mota Hernández fueron incluidos en la nómina de la Secretaría de Educación de Veracruz.

Algunos de los datos precisos que da la prensa local son estos: la esposa del secretario de Educación, Beatriz Palacios Guzmán, RFC PAG B7603137R1, aparece como profesora de asignatura B de la Escuela de Experimentación Pedagógica Normal, con un salario de 3 mil 524.44 pesos; la hermana del secretario, Lizbeth Mota Hernández, RFC MOHL771008534, es profesora titular C de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana con un salario de 18 mil 655.84 pesos; el cuñado Carlos Edher Pérez López, RFC PELC750702JD7, es prefecto y maestro de educación especial, con dos salarios que arrojan un total de 17 mil 104.78 pesos; un primo, Felipe de Jesús Collinot Mota, RFC COMF811216B89, trabaja como escolta en la Secretaría y tiene asignado un salario por 10 mil pesos. La lista sigue y hay otros seis familiares de Adolfo Mota Hernández, quien ha encontrado en la Secretaría de Educación del gobierno del estado de Veracruz la agencia de colocaciones para toda su familia. Un caso más de corrupción en esa empobrecida entidad.

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