viernes, 16 de agosto de 2013

Poniatowska llamó a la defensa del petróleo; “los mexicanos tienen todo el derecho”, señaló


Paula Carrizosa

La escritora, activista y periodista Elena Poniatowska señaló que los mexicanos están en todo su derecho de defender el petróleo; por ello, señaló que el próximo 8 de septiembre participará en la asamblea convocada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, que se hará en la Ciudad de México.

“El 8 de septiembre habrá una movilización, estaré al lado de Andrés Manuel como lo he estado. Vamos a ver qué dice y qué surge. Yo creo que los mexicanos podemos muy bien defender nuestro petróleo; tenemos todo el derecho de hacerlo”, señaló.

Tras la presentación de libro para niños Sansimonsi, en el que colaboró al lado de Rafael Barajas “El Fisgón”, mencionó, además, que no es válido que el presidente Enrique Peña Nieto use la imagen del ex presidente Lázaro Cárdenas para que sea aceptada la reforma energética presentada esta semana.

Agregó que es errónea la narrativa utilizada por Peña Nieto, ya que la situación es distinta entre la época en que gobernó Lázaro Cárdenas y la actual. “Yo creo que no tiene porque invocar a Cárdenas, si se quiere apoyar en el discurso es válido, pero no para usarlo como una estrategia para darle legitimidad a su iniciativa”.

Comparó que con Cárdenas la gente acudió a él, a su esposa Amalia Solórzano, pues llegaban “a Bellas Artes con sus canastas de huevo, sus gallinas, sus guajolotes, con todo, con sus aportaciones, con sus monedas. Fue una de las cosas más conmovedoras que ha vivido nuestro país”.

Sobre Sansimonsi, la autora de Las siete cabritas refirió que se gestó tras la invitación de Rodrigo Cruz para hacer una suerte de biografía de Monsiváis (Ciudad de México, 4 de mayo de 1938–19 de junio de 2010), sobre quien tiene “miles de entrevistas” desde 1958, además de fotografías.

Al final, dijo que se decidieron por un libro para niños –pero también para adultos–, que cuenta sobre el “muchachito con lentes de intelectual que andaba por las calles de Bucareli y Madero al lado de José Emilio Pacheco, a quien no se le despegaba”.

“Eran dos muchachitos, Carlos con el pelo largo y desarreglado, José Emilio, alto, delgado y blanco, siempre vestido de negro”, que en ese entonces escribían en el suplemento México en la cultura que dirigía Fernando Benítez.

Sobre Monsiváis, a manera de anécdota, contó que si bien todos lo conocen como un crítico y un cronista hay una faceta de él poco divulgada: la de crítico de poesía. “Carlos quiso ser poeta porque se lo tragó la vida política de México o quizá porque pensó que no sería tan importante como lo fue siendo cronista”.

Para Elena Poniatowska, quien era interrumpida de vez en vez por los aplausos, es claro que Monsiváis murió antes de tiempo: “No le tocaba, no sabía que nos haría una falta terrible. No supo calcular la gravedad de su enfisema pulmonar, que se le manifestó en varias ocasiones. No imaginó que su estado era grave hasta que el doctor Gustavo Reyes Terán le dijo que se cuidara y a quien él mismo le preguntó si se iba a morir, porque no podía creer que así sería”.

Así, al libro de Sansimonsi lo llamó un “acto de amor hacia Carlos”, ya que en colaboración con “El Fisgón”, quien ilustró su “cuentito”, hizo uno de los primeros tributos que se le han hecho a Monsiváis a tres años de su muerte.

“Qué bueno que lo reciban aquí, y lo enseñen a sus hijos, los futuros lectores, para que lo conozcan cómo era de crítico, de maldito, de indispensable para la vida del país”, señaló y para cerrar destacó la labor de la editorial Uache, una empresa de jóvenes, “no de esas grandes con ínfulas y monolítica”, que merecen el apoyo y entusiasmo.

Carlos fue lo que es Elena, un intelectual público: Barajas

“Carlos Monsiváis fue lo que es Elena: un intelectual público, un hombre que puso su inteligencia al servicio de la sociedad”, afirmó el reconocido caricaturista, pintor y crítico de la política Rafael Barajas “El Fisgón”, al participar en la segunda presentación de este texto que él ilustró y que catalogó como una verdadera osadía, ya que al cronista no le gustaban ni se llevaba bien con los niños, ya que “nunca fue niño, pues nació con currículum”.

“Cuando era menor de edad no se peleaba, tenía debates intelectuales; no hacía travesuras, hacía ensayos”, dijo en tono de broma.

Para el colaborador de La Jornada, Carlos Monsiváis era uno de los más “extraordinarios y grandes intelectuales del país no sólo por su obvia inteligencia, su memoria fotográfica, sino porque sabía de cine, de historia y, por supuesto, de política”.

“Es el único hombre con súper poderes que he conocido, un tipo con dotes fuera de lo común, que más raro aún, los usaba para el bien, en un tiempo en donde el mundo no es así”, dijo sonriente.

Rafael Barajas agregó que además de escribir y conocer sobre multitud de temas lo más interesante es que llegó a ser un personaje importante en la vida de los mexicanos, quienes pese a no haberlo leído –como le aseguró el propio Monsiváis– reconocían que era un hombre inteligente, al que escuchaban y querían.

“Carlos fue un intelectual público, popular, que estaba al tanto de la situación, que era una voz autorizada, por lo que ahora, con este libro es importante para que no lo olvidemos nosotros ni los niños”.

Indicó que con actos como el libro y la presentación en Puebla, en una Casa de Cultura que lució llena con un público que aplaudía al escuchar los nombres de Elena y de Carlos, “es increíble cómo a tres años de su muerte él está presente”.

Sobre Sansimonsi reconoció, primero, haber trabajado al lado de Poniatowska y luego la pulcra edición de Ricardo Cruz García: “El texto de Elena es fantástico, que demuestra lo gran escritora que es, ya que con un texto breve logró algo: hacer de la vida de Carlos un cuento de niños y sintetizar su vida, con una prosa ligera y a la vez profunda, en unas cuantas cuartillas”.

Mientras que sobre el trabajo de la editorial Uache señaló que es un trabajo de alta calidad “que uno siente que no está leyendo la gran literatura”.

Al respecto, el joven editor Ricardo Cruz destacó que el mayor valor del libro es “haber juntado a Elena y a ‘El Fisgón’”, quienes se acercan y presentan la figura de Monsiváis, demostrando además la variedad, profundidad y vigencia de la obra del escritor y cronista, “que ha tres años de su muerte no se ha ido”.

Informó que este es el primer libro de la editorial Uache y que en lo que resta de 2013 saldrán publicados otros cinco volúmenes. Por último, explicó que el nombre es un término que refiere a la palabra “guache”, que es común escuchar en la tierra caliente con la que se llama cariñosamente a los niños.

Sansimonsi, un libro de autoría compartida

Para el historiador del arte y escritor Iván Ruiz, el libro Sansimonsi es uno de los textos más bellos y singulares del campo editorial y literario actual, por lo que se le puede comparar con una obra artística.

Al participar en la presentación dijo que la publicación lleva al lector a “acudir a la metamorfosis de Carlos Monsiváis, quien se convierte en un gatito intelectual de anteojos de pasta”, mismo que lo hacen dinámico y se inscribe en un campo editorial particular: aquel que recurre al préstamo y las asociaciones entre palabra e imagen.

Mencionó que Sansimonsi no es un libro reducido al público infantil, sino que los adultos también pueden tener el gozo literario y estético que produce su lectura, la cual, en términos de palabra e imagen, es comparable al trabajo que Francisco Toledo hizo sobre la obra de Jorge Luis Borges.

Agregó que lo destacable en el cuento escrito por Poniatowska es la capacidad, el poder de síntesis y la economía narrativa de su autora para tomar la imagen de Carlos y mostrarlo como un cinéfilo, un crítico, un coleccionador y, demás, en una histórica “sintética y elíptica”.

“Es imposible decir cuál es más importante, si el cuento o las imágenes, pues los dos producen un regocijo”, dijo, y agregó que a ello se suma el propio Carlos Monsiváis en una suerte de “autoría compartida entre la pluma de Poniatowska, la mano de “El Fisgón” y el espíritu Monsiváis, una impronta que hay en todo el libro”.

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