sábado, 14 de mayo de 2011

Documentan la historia de Necaxa, la hidroeléctrica más importante de México


PAULA CARRIZOSA

La historia de la industria hidroeléctrica más importante del país, que en 1905 iluminó por primera vez el zócalo de la ciudad de México, y las referencias del pueblo que se caracterizó por constituir una nueva clase social, la de los obreros electricistas, están contenidas en el libro Necaxa, cuna de la industria eléctrica, del investigador Javier Romero Rodríguez.

El día de ayer, en el marco del coloquio “El trabajo en México, ayer, hoy y mañana”, que organizó la historiadora María Teresa Ventura a través del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, fue presentado este material que recoge los datos históricos y la tradición oral de la región.

En entrevista, Romero refirió que es una investigación que intenta “armar un rompecabezas cronológico sobre la historia de una empresa que creció a la par que una población y viceversa”.

Para ello, comenzó por investigar el significado de la palabra “necaxa”. Encontró que antes de la instalación y apertura de la hidroeléctrica se le conocía como “ruido en el agua”, una definición que cambió cuando ésta comenzó a funcionar, pues los lugareños comenzaron a decir que se trataba del lugar “de los habitantes del cajete de agua”, que es como actualmente se le conoce.

Esta parte de la indagación estuvo basada en la tradición oral, pues no hay referencias escritas y, sobre todo, porque fue difícil dejar a un lado la memoria de los vecinos, quienes tienen un profundo arraigo por su lugar de origen.

Uno de los textos que hay que resaltar, y que por primera vez aparece referido en un libro de manera íntegra, es el relato que hiciera “el Conde la Cortina”, que fue publicado en Madrid el 10 de diciembre de 1857. Ahí, el español anota que “...existe, ignorada en lo interior de la República Mejicana (sic), a la corta distancia de 42 leguas de su capital, una cascada tan digna de atención... (que) está situada a cuatro leguas del pueblo de Huauchinango y a una del pueblecillo de Necaxa”.

Otra parte importante del texto es aquella que aborda las etapas previas a la fundación de “The Mexican Light and Power Company”, cuando la concesión se otorgó primero al doctor Arnoldo Vaquié, que estaba asociado con el arquitecto Silvio Contri y con el ingeniero francés Víctor Fournier, y después a la “Societé du Necaxa”.

Romero incluyó también una monografía del municipio Juan Galindo en la que se describe la situación geográfica, las características demográficas, étnicas y educativas, además de las costumbres, tradiciones, fiestas religiosas y otros aspectos del lugar.

Aunque el investigador quiso abarcar los 100 años de la hidroeléctrica de Necaxa, y debido a la cantidad de información que resultó tras la consulta de unos 70 archivos, tan sólo se refiere los años 20 del siglo anterior.

Cabe destacar que la mayoría de los documentos que aparecen referidos en la bibliografía forman parte de acervos que pertenecen a países como Francia, Inglaterra y EU, y sólo un pequeño grupo de ellos a México.

La razón, explicó el especialista, es que luego de la extinción de Luz y Fuerza del Centro –que ocurrió por decreto presidencial el pasado 10 de octubre de 2010–, los archivos del Sindicato Mexicano de Electricista están restringidos o han sido desaparecidos.

Javier Romero notó que el tejido social de la comunidad –aquella que se caracterizaba por estar integrada por obreros electricistas, una clase social nueva y pujante que provocó una forma particular de trabajo y convivencia social que giraba en torno a la fábrica– está en riesgo. “Se dice que Necaxa podría llegar a convertirse en un pueblo fantasma”, sentenció.

Por ello, Necaxa, cuna de la industria eléctrica se convierte en la oportunidad de conocer la importancia de la hidroeléctrica y la memoria de una región.

Fuente: La Jornada de Oriente

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