viernes, 15 de abril de 2011

La reforma laboral en curso


MARGARITA GUILLAUMIN ROMERO - VIERNES, ABRIL 15, 2011

La iniciativa de Reforma Laboral que impulsan los legisladores federales del PRI, con el beneplácito de quien ocupa la silla presidencial, esto es, de Felipe Calderón y de su secretario del Trabajo Javier Lozano, destruye o reduce derechos laborales que son esenciales e irrenunciables. Parece que el objetivo de esta reforma laboral es volver a los tiempos de la esclavitud en que los patrones, entonces señores hacendados de horca y cuchillo, eran dueños absolutos de las vidas y las haciendas de sus esclavos, peones acasillados u obreros sometidos a regímenes de explotación inhumanos. Las movilizaciones y las innumerables voces que se levantaron, desde diferentes espacios, en rechazo a esta reforma regresiva obligó a los legisladores que la propusieron a posponer su debate y aprobación en la Cámara de Diputados y a comprometer que, previamente a pasar a esta etapa del proceso legislativo, las proposiciones serán objeto de análisis en diversos foros de consulta abiertos a la participación de los interesados, esto es, de trabajadores, organizaciones gremiales y expertos en la materia. En buena hora, pero que nadie baje la guardia.

Las razones para mantener los niveles de organización y coincidencia que permitieron que –por el momento– la iniciativa del PRI no fuera discutida y aprobada, tiene que ver con el hecho no sólo de que el proceso legislativo está iniciado y puede seguir curso en cualquier momento; sino con los contenidos de la reforma la que coincide, en aspectos importantes, con la presentada por los legisladores del PAN en marzo de 2010 y porque entre las consecuencias o efectos que su aprobación provocaría está la reducción o cancelación de derechos laborales fundamentales, como la estabilidad en el empleo, el salario remunerador, las condiciones de trabajo dignas, la seguridad social y la libertad sindical; todo ello a cambio de favorecer los intereses y ganancias ilimitadas de patrones y empresas, sean éstos mexicanos o extranjeros, y de que no sean trastocados los intereses y privilegios de dirigentes sindicales oficialistas.

Ya lo dijeron reconocidos abogados laboristas y organizaciones de defensa de los derechos de los trabajadores. La reforma laboral presentada por el PRI provocará graves afectaciones a los derechos de los trabajadores, entre otras razones porque rompe con el principio de bilateralidad y estabilidad en el empleo, con la modificación que propone para el artículo 39 de la Ley Federal del Trabajo; de aprobarse esta propuesta la existencia de un contrato de trabajo dependería prácticamente de la voluntad del patrón y no de la subsistencia de la materia de trabajo.

La estabilidad en el empleo se ve afectada, también, porque la iniciativa plantea establecer contratos de prueba, de capacitación inicial y de labores discontinuas que podrán ser de temporada, por semanas o meses incompletos; lo que abre opciones para los libres despidos de los trabajadores, sin costo para el patrón.

El listado de las propuestas de reformas del PRI, que disminuyen o cancelan los derechos laborales de los trabajadores, rompiendo toda noción y posibilidad de equilibrios entre trabajo y capital, sigue a contrapelo de los fundamentos y disposiciones de la Constitución Política que rige en nuestro país: se incrementan las causales de despido sin responsabilidad para el patrón, se legitiman las renuncias “en blanco”, se proponen normas para los jornaleros agrícolas que consisten en crear un “Registro especial de trabajadores eventuales o de temporada” para justificar el despido libre y sin costo en contra de ellos, se legaliza el contratismo de terceristas que hoy es ilegal, lo que permitirá que los patrones no asuman obligaciones laborales directas y que lo hagan a través de los contratistas en condiciones que, no es difícil imaginar, serán lesivas a los derechos del trabajador; permite que el salario se fije de manera unilateral por el patrón, sin intervención sindical, además legaliza la polivalencia (el multiusos) por el mismo salario; desaparece el concepto de salario mínimo y se crea el “salario infinitesimal”, porque el artículo 83 de la Ley Federal del Trabajo se modifica para que el salario se pueda pagar de manera proporcional al tiempo laborado con la base del salario mínimo; si se trabaja una hora diaria, se podrá pagar un octavo del salario mínimo, 7.47 pesos por hora. Una persona que labore cuatro horas diarias se pagarían apenas 29.90 pesos, esto es, la mitad del salario mínimo según análisis hecho por la Asociación de Abogados Democráticos AC.

Por último, sólo para efectos de estas reflexiones porque la lista de las propuestas priístas que perjudican y cancelan derechos a los trabajadores son muchas, se propone el establecimiento y legalización de la subcontratación vía outsourcing reduciendo el costo de la fuerza de trabajo y permitiendo que en una misma empresa haya trabajadores con mismas funciones pero diferente salario y prestaciones.

En conclusión, con esta iniciativa de reformas a la Ley Federal del Trabajo los legisladores del PRI y el PAN se aprestan a empujar hacia atrás la rueda de la historia, y eso no lo podemos permitir. El llamado es en éste, como en otros muchos temas, no cejar en el empeño y las acciones de resistencia y rechazo a la cancelación de los derechos legalmente reconocidos y legítimamente conquistados, porque estos derechos son patrimonio de todas y todos los que sólo poseemos y ganamos nuestro sustento y el de nuestras familias con nuestra propia fuerza y capacidad de trabajo.

En otro orden de ideas, y ante las evidencias del riesgo inminente que constituye el uso de la energía nuclear para la generación de electricidad, no sobra mencionar que en México, como decían los abuelos y ante la tragedia nuclear ocurrida en Japón, “pongamos nuestras barbas a remojar”. Exijamos ya, otra vez, con firmeza y energía por todos los cauces legales y pacíficos a nuestro alcance, el cierre de la central nucleoeléctrica de Laguna Verde. Porque una vez desatados los demonios de la contaminación por radioactividad, no basta pedir perdón a la humanidad como lo hizo en días pasados (9 de abril 2011) el representante de la empresa como lo hizo en días pasados un ejecutivo de la compañía de energía de Japón, esta disculpa se produjo después de que China y Corea del Sur manifestaron su preocupación por las descargas de agua contaminada desde la planta Fukushima Daiichi, dañada por el terremoto del mes pasado. El vicepresidente de la Tokyo Electric Power Company (Tepco), la empresa operadora de los reactores, un señor de nombre Sakaei Muto, dijo: "Quisiera pedir disculpas desde mi corazón por las preocupaciones y problemas que estamos provocando a la sociedad debido a la liberación de materiales radiactivos en la atmósfera y agua del mar... Provocamos temores y preocupación por haber tomado esta decisión sin tomar tiempo suficiente en explicar el tema (...) a la prensa, la industria pesquera y a gente en el exterior, y lo lamentamos". Pero yo insisto, eso no es suficiente, se hizo daño y hay un costo ambiental y para la salud de la población, no sólo de Japón, que no se cubre con las disculpas de este señor.

La empresa Tepco y, más allá de ella, el gobierno de Japón deben asumir y cubrir hasta donde sea material, técnica y humanamente posible las consecuencias y la reparación de los daños provocados por sus actos.

Fuente: La Jornada de Veracruz

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