miércoles, 30 de marzo de 2011

México, a la zaga de la mayoría de América Latina

ARTURO HUERTA GONZÁLEZ

El fin de semana pasada el Banco Interamericano de Desarrollo celebró su Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores, en Calgary, Canadá, donde asistieron los secretarios de Hacienda de todos los países miembros. Ahí se presentó un análisis de la situación que guarda América Latina y el Caribe, cuyo documento se titula ¿Una región a dos velocidades?, donde hace una clara alusión a la estrategia de desarrollo seguida por Brasil y otros países sudamericanos que están incrementando sus materias primas hacia los países emergentes más exitosos, como China e India, y por otra parte está México y los países centroamericanos y algunos del Caribe, cuyo crecimiento depende de los países industrializados, especialmente Estados Unidos.

Estas dos estrategias están imprimiendo, se dice, dos velocidades diferentes, y son a su vez dos formas diferentes de adaptarse ante los cambios de la economía mundial. Efectivamente, mientras Brasil, Argentina, Uruguay, Perú y otros países de América del Sur están potenciando el desarrollo de su sector primario para exportar alimentos y materias primas hacia China e India, que se han manifestado como las economías más dinámicas a nivel mundial en los últimos años, México en cambio sigue fuertemente integrado a la economía de Estados Unidos, que ha dejado de ser el motor de la economía mundial, y cuando lo fue, si bien incrementamos exportaciones éstas no se tradujeron en mayor desarrollo industrial ni en más empleo y bienestar para la población, dado el alto componente importado de tales exportaciones.

Ahora que ha dejado de crecer la economía estadounidense, y no se vislumbran expectativas de recuperación significativa en dicho país ni en los países europeos, ante los graves problemas que enfrentan y las políticas de disciplina fiscal que están aplicando, menos perspectivas pasa a tener nuestro país de incrementar exportaciones y dinamizar su economía mediante dicha estrategia de crecimiento.

Mientras Brasil y muchos países latinoamericanos están integrándose con las economías de mayor crecimiento, que está impulsando el dinamismo de aquellos que le venden productos, nosotros seguimos esperanzados a que Estados Unidos se recupere, para que en algo impulse nuestras exportaciones y el crecimiento del país, situación que está lejos de darse. Tal situación conforma dos polos de desarrollo. Crecen los que están vinculándose a China e India y tienden a estancarse aquellos que como nosotros seguimos fuertemente vinculados a la economía estadounidense.

Estados Unidos está preocupado por crecer hacia el mercado externo y reducir su déficit de comercio exterior, de ahí que está reduciendo el déficit fiscal, así como devaluando al dólar e instrumentando políticas proteccionistas, y en ese contexto y en el recrudecimiento de la competencia en el mercado de manufacturas a nivel mundial (por la guerra de divisas y porque todos quieren exportar) no hay viabilidad de que nuestro país pueda crecer hacia tal economía.

No hay visión alguna por parte del ejecutivo y el legislativo del país de desarrollar nuestro sector primario para generar excedentes de producción susceptibles de ser exportados hacia China e India. Si bien está aumentando el precio del petróleo, lo que incrementa el valor de tales exportaciones, como los ingresos del sector público por dicho concepto, por otra parte aumenta el precio de las gasolinas importadas, como de otros productos importados, como alimentos y otras materias primas, lo que reduce el excedente petrolero.

El presidente del Banco Mundial, en la reunión, señaló que son optimistas por el boom de las materias primas, lo que ayudará a las tasas de crecimiento de América Latina; sin embargo, no toma en cuenta que el alza de precios de los alimentos y las materias primas tendrá repercusiones inflacionarias a nivel mundial que repercutirán en el alza de la tasa de interés, lo que terminará frenando la actividad económica a nivel mundial y el alza de precios de tales productos, lo que frenará las exportaciones y la dinámica de aquellos que crecen en torno hacia el mercado externo.

En el país no se han dado cuenta de que el alza de los precios de los alimentos nos va a afectar significativamente debido a que no somos autosuficientes en granos básicos, lo que se traducirá en alza de precios, que trastocará el funcionamiento de la economía, ya que repercutirá en mayores presiones sobre el sector externo en deterioro del poder adquisitivo de la población, en menor demanda, mayor tasa de interés, más recesión y desempleo, lo que recrudecerá los problemas de violencia y dará lugar a la manifestación de problemas sociales.

En esa reunión se volvió a insistir por parte del Banco Mundial y otras instituciones internacionales en la necesidad de que los países del área aprecien sus monedas para evitar el sobrecalentamiento de sus economías. Quieren que sigamos abaratando al dólar para aumentar nuestras importaciones y así dinamizar a la economía estadounidense y a las empresas trasnacionales que dominan el mercado mundial a costa de la desindustrialización de nuestras economías, y el mayor problema es que nuestro gobierno acata dichas recomendaciones.

Fuente: La Jornada de Oriente

No hay comentarios: