YADIRA LLAVEN
Petróleos Mexicanos (Pemex) incumple su promesa con los damnificados por la explosión de un oleoducto en el municipio de San Martín Texmelucan. Pese a la promesa hecha, la paraestatal ayer no pagó a los perjudicados por el desastre.
Hasta el momento el padrón de 87 personas afectadas se mantiene en zozobra, pues prefirieron rechazar el cheque de 50 mil pesos que Pemex intentó adelantarles, ante la importancia de recibir la totalidad de la indemnización y no en abonos.
Los deudos de los fallecidos y los perjudicados por el estallido señalaron que el fondo emergente creado por Petróleos de México, con una bolsa de 30 millones de pesos, resulta insuficiente para solventar la reposición de las 115 viviendas afectadas y los vehículos quemados, “que ya empezaron a desaparecer para no ser pagados”, denunció uno de los vecinos de la colonia El Arenal.
También reportaron que existen impedimentos y trabas burocráticas que ponen Pemex, la Secretaría de Desarrollo Social federal (Sedesol) y el ayuntamiento local para que las personas perjudicadas puedan acreditar sus propiedades, ya que en la explosión perdieron todos sus documentos. La gente salió huyendo sólo con la ropa que traía puesta.
Por su parte, el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, admitió que no hay una fecha exacta para la entrega del recurso, ya que todavía desconocen a cuánto ascenderán las pérdidas económicas por ese desastre que, según autoridades poblanas, ya superan los 58 millones de pesos.
Suárez Coppel, acompañado por el titular de la Sedesol, Heriberto Félix Guerra, estuvo ayer en la zona devastada por la explosión del pasado 19 de diciembre, a causa de la ordeña de combustible en una toma clandestina que cobró la vida de 29 personas y dejó 52 lesionados.
La presencia de los funcionarios federales en Texmelucan era con la finalidad de realizar un recorrido, casa por casa, por la zona devastada; sin embargo, la visita se redujo a la realización de una rueda de prensa a tan sólo 30 metros de la entrada principal a la colonia El Arenal, donde ocurrió el estallido.
El panorama lúgubre de las casas quemadas sólo sirvió de escenario para ambos servidores públicos, quienes únicamente llegaron al lugar para responder contadas preguntas a la prensa.
Ahí, Coppel lamentó los hechos ocurridos, y precisó que será Pemex quien se encargue de compensar económicamente a las víctimas, luego de realizar las tareas de supervisión de las viviendas.
Informó que ha mantenido contacto con los deudos de los fallecidos, y que nada más le quedan tres familias por platicar.
Del proyecto de recuperación de los daños, señaló que se viene efectuando en dos etapas: la primera tiene que ver con la atención a heridos, y la segunda, con la reconstrucción de las casas.
En este último punto, aclaró que “esta zona habitacional ya no se encuentra en riesgo”.
Tras la fugaz visita del director de Pemex y del secretario de Desarrollo Social a la llamada “zona cero”, los dos caminaron unos pasos para realizar la entrega protocolaria de despensas y apoyos al empleo temporal, a los contados perjudicados que acudieron al acto.
Entre gritos de “toma una caja para que te retraten los medios”, dirigidos intencionalmente a Suárez Coppel, a éste no le quedó más remedio que agarrar una pequeña despensa que mantuvo por instantes en las manos para luego entregarla a un damnificado.
A la visita, que duró menos de 30 minutos, también acudió el director general de Pemex–Refinación, Miguel Tame Domínguez, responsable directo de atender los percances producidos en San Martín Texmelucan.
Durante su participación reveló que la causa del estallido fue la toma clandestina del crudo, tras descubrirse que la zanja realizada a tan sólo un metro del suelo fue rascada con las manos por los supuestos responsables.
Finalmente, señaló que en la zanja, que mide dos por dos metros, y que es área restringida, se ve claramente la zona de la filtración del crudo que proviene de la tubería de 30 pulgadas de diámetro, procedente de Venta de Carpio, Veracruz.
Fuente: La Jornada de Oriente
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