jueves, 2 de septiembre de 2010

Iraq sigue ocupado


Por: Manuel García Fonseca

A bombo y platillo, por televisiones, vídeos y radios, cogiendo incluso de sorpresa a los medios escritos, se adelanta la retirada de las tropas americanas de Irak. Con el rápido despliegue informativo se quiere transmitir a la opinión pública que ha cesado la ocupación de Irak, y se pueda deducir que ya es un país libre. Los soldados americanos saltan de alegría y Obama, en épocas electorales duras, puede presentarse como cumplidor de promesas fundamentales.

Y colorín colorado, esto es un cuento, pero no ha acabado. Los americanos no dejan Irak: continúan entre 50.000 (cifra oficial), y varias decenas de miles más (cifras de observadores iraquíes e internacionales), formalmente para apoyo a los militares iraquíes, realmente como tropas especiales de intervención rápida que garanticen el control de la situación para los intereses americanos, dígase petróleo y presencia estratégica en una de las zonas claves del mundo. Además, los americanos han instalado bases militares en el Norte, Centro y Sur, que garantizan el dominio militar. ¿Y qué pasa con las tropas mercenarias de los norteamericanos, cifradas en 160.000 individuos, adiestrados y con mayor impunidad que los propios soldados ?

Sigamos: la embajada norteamericana en Bagdad es un bunker con una dimensión e instalaciones superiores a las de ninguna embajada norteamericana en el mundo.

Si de lo militar pasamos a lo político, continúa el dominio imperial: la constitución iraquí, las leyes principales (la del petróleo, por ejemplo), ha sido dictada, estrictamente, por los congresistas y políticos norteamericanos. Y el actual gobierno de Al Maliki, puesto y sostenido por Estados Unidos.

¿Y cómo queda Irak, el país y la sociedad iraquí? Irak como estado y como sociedad ha sido destruido: dos millones de muertos (embargo más guerra), cinco millones de desplazados, millones de niños y de viudas absolutamente desprotegidos, una situación sanitaria con enfermedades viejas (cólera, etcétera) que vuelven a aparecer, y enfermedades nuevas terribles (contaminación por uranio empobrecido, fosforo blanco.) casi imposibles de erradicar.

Y todo ello bajo un Gobierno con el grado de corrupción mayor del planeta, sostenido por Estados Unidos y la Unión Europea, que no han permitido que pueda haber salidas políticas iraquíes reales y estables. La imposibilidad de que se presenten a elecciones las fuerzas, de todo tipo, contrarias a la ocupación, es un dato esclarecedor. Que estas fuerzas de la resistencia política no hayan podido celebrar una conferencia en Gijón, en Asturias, comunidad conocida y valorada por los iraquíes por su cooperación desde hace décadas, contra el embargo (muchos niños iraquíes salvaron su vida por la atención sanitaria que se les prestó en Asturias y con la cooperación asturiana), resulta duro de admitir e incluso de entender.

Esta oposición iraquí agrupa, tras un largo periodo de diálogo interno, a fuerzas nacionalistas, a islamistas moderados, y a la izquierda moderada iraquí, que buscan una salida pacífica y patriótica, que condenan el terrorismo y la ocupación militar, y que propone que se abra un proceso de reconstrucción política, social y económica del país, con enormes riquezas potenciales. No se les ha permitido reunirse y manifestar públicamente su programa básico común. El Gobierno de Irak ha amenazado al español con sanciones económicas, ¿cuáles?, y desde los aledaños de ese Gobierno amenazaron a nuestra embajada y al ministerio de exteriores con atentados contra los organizadores y/o participantes. Duro de creer, pero les hablo con información directa por parte del ministerio.

El Gobierno español no actúa por su cuenta al oponerse a última hora a dar los visados o retirar los ya concedidos. Y no es el peso que pueda tener el Gobierno títere de Irak el que es capaz de imponer esta medida. Quiere decirse que quienes dominan la política internacional no están por el cambio en la situación de Irak. Nada que pueda poner en cuestión su control absoluto de los recursos iraquíes.

La retirada de las tropas, no de todas, no significa el fin de la ocupación. Valga la expresión francesa 'reculé pour mieux sauté'.

Fuente: http://www.nodo50.org/csca/agenda10/iraq/arti18.html
Difusión: Soberanía Popular

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