Julio Hernández de 70 años fue señalado de tres homicidios y un asalto. Estuvo preso 11 meses. La justicia no existe, dice
RODOLFO VALADEZ ( Corresponsal )
Atoyac, 9 de febrero. Después de 11 meses en el penal de Acapulco, para Julio Hernández Gómez– originario de la comunidad del Cucuyachi, en la sierra de Atoyac– la justicia en Guerrero no existe.
Hernández fue acusado de tres homicidios, un asalto y un intento de asesinato. Hoy fue liberado por falta de pruebas.
Miembro de la organización civil Francisco Villa Independiente de la Ciudad de México y respaldado en su defensa por el Consejo Cívico Comunitario Lucio Cabañas Barrientos (CCCLCB), Hernández dijo cómo fue su encierro dentro de la cárcel acapulqueña.
Pese a que no fue hostigado, el hombre de más de 70 años de edad afirmó que el lugar es una fuente de ingresos personales para los directivos del penal, “ahí te cobran desde el espacio que ocupas hasta un insignificante carrete de hilo, y si te quieres dedicar a alguna actividad como fabricar hamacas o muebles de madera, debes pagar por ello, y ese dinero nadie sabe a dónde va a parar”.
Dijo que dentro del reclusorio le explicaron el dinero que se recaba de la venta de productos se usa para la alimentación de los reos, “pero si así fuera no comeríamos nopales, caldo de calabazas, espagueti o huevos en caldo o por la tarde una taza de café o de té de canela”, detalló Hernández quien añadió que sólo cuando visitan la cárcel las autoridades superiores, es cuando los internos comen caldo de pollo, “pero es un caldo que tiene una ala, y con esa, comen
tres personas, así que si hacemos cuentas, con un pollo entero comen mas de 30, pero eso sólo cuando iba alguna autoridad”.
Dentro de la cárcel –agregó– hay personas que no conocen ni por qué han sido acusados o por qué están ahí dentro, conocí a un compañero que por robarse una gallina lo sentenciaron a dos años de cárcel y a pagar 12 mil pesos; casos de ese tipo hay muchos.
Consideró que, de hacerse una investigación para averiguar cómo están los reos y las condiciones en que viven, seguramente encontrarían muchas irregularidades, “yo lo viví, estuve ahí adentro”.
En conferencia de prensa, señaló que es constante la violación de los derechos humanos en Guerrero, “la libertad se consigue sólo si tienes dinero, porque de pobres están llenos los reclusorios, siempre es así, y más en Acapulco”.
El campesino de Atoyac estuvo acompañado por el líder del CCCLCB, José Luis Arroyo, quien informó que el caso de Hernández trascendió las fronteras del estado y del país, pues fue respaldado por organismos internacionales y organizaciones defensoras de los derechos humanos, “su caso es la mejor muestra de la persecución que existe hacia los luchadores sociales en las comunidades”.
Más adelante, Hernández agradeció el apoyo que le brindaron los habitantes del Cucuyachi y los miembros de las ONG que estuvieron al pendiente de su caso.
Al término de la entrevista, se retiró del ayuntamiento acompañado de su esposa y su nieto.
Fuente: La Jornada de Guerrero
Difusión: Soberanía Popular
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