domingo, 18 de octubre de 2009

ONG´s exigen la libertad de Raúl Hernández

Fuente: Amnistía Internacional

Este 17 de octubre a las 16.30 horas en el marco del Día Mundial para Erradicar la Pobreza Amnistía Internacional México junto con en Centro de Derechos de la Montaña Tlachinollan AC y la Organización para el Pueblo Indígena Me’phaa realizó a una manifestación para exigir la liberación inmediata e incondicional de Raúl Hernández, preso de conciencia y defensor de derechos humanos detenido injustamente bajo cargos fabricados.



PALABRAS DE ALBERTO HERRERA -DIRECTOR EJECUTIVO DE AI MÉXICO- DURANTE LA ACTIVIDAD:

La pobreza no es obra de la casualidad ni un destino inevitable. La pobreza es el resultado de decisiones que personas toman sobre otras personas. La pobreza es, hoy por hoy, la peor crisis de derechos humanos en el mundo. El círculo vicioso de desposesión, falta de voz, discriminación e inseguridad ha situado a miles de millones de personas en todo el mundo en condiciones de extrema vulnerabilidad. La represión impune y descarada de protestas en distintas partes del mundo nos hablan de autoridades, empresas e instituciones financieras internacionales sin disposición alguna de rendir cuentas por la comisión de abusos que generan y agudizan la pobreza.

La pobreza no se trata solo de economía. La pobreza es en realidad una crisis de derechos humanos frente a la cual, los gobernantes deben tomar medidas inmediatas y contundentes.

En México, no solo han sido inconsistentes los esfuerzos para erradicar la pobreza a través de esquemas apartados de los principios de derechos humanos, sino que se ha encarcelado a líderes y activistas que se movilizan para salir de ella.

El caso de Raúl Hernández es emblemático. Son más de 18 meses los que este indígena Me Phaa ha pasado en prisión acusado de un delito que no cometió. Amnistía Internacional considera que la única razón por la que Raúl continúa detenido, es por sus labores de defensa y promoción de los derechos humanos como parte de la Organización del Pueblo Indígena Me Phaa, la cual ha denunciado abusos graves en las comunidades del estado de Guerrero por parte de autoridades civiles y militares. Esta organización indígena que se ha tenido que movilizar en medio de amenazas, secuestros y asesinatos de sus integrantes, se ha opuesto durante años a violaciones de derechos humanos que perpetúan las condiciones de pobreza en que estas comunidades guerrerenses viven.

Este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es un momento oportuno para preguntar al gobierno mexicano por su compromiso respecto de la protección de quienes actúan para terminar con las violaciones de derechos humanos que generan y agudizan la pobreza.

La pobreza no se trata solo de economía, sino de los abusos cometidos por el Ejército en comunidades indígenas en condiciones de extrema marginalidad, de un sistema de justicia de segunda para las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad, de la discriminación, la falta de voz y de participación de los individuos y comunidades en la determinación de su destino, de la falta de garantía para que quienes se movilizan para hacer que sus derechos se respeten lo hagan en condicinoes de seguridad.

Raúl Hernández es un prisionero de conciencia y por ello debe ser liberado de manera inmediata y sin condiciones. El gobierno mexicano debe demostrar no únicamente su compromiso de luchar contra la pobreza desde una perspectiva de derechos humanos, sino de no utilizar las cárceles para perseguir a quienes se movilizan para terminar con ella.

Los espacios de interlocución que el gobierno mexicano se ha ganado con líderes mundiales que discuten alternativas para evitar un agravamiento de la crisis económica actual, se ve seriamente opacado por casos como el de Raúl Hernández que ponen en entredicho la vocación de las autoridades mexicanas de luchar eficazmente contra la pobreza y respetar, reconocer y proteger a quienes se movilizan para salir de ella.

El día de hoy, activistas de Amnistía Internacional realizan movilizaciones en las ciudades de Guadalajara, Querétaro y el Distrito Federal para exigir que Raúl Hernández sea liberado. Es un gusto para mí contar en este evento, con la presencia de Doña Eusebia, esposa de Raúl Hernández, así como de Obtilia Eugenio, presidenta de la Organización del Pueblo Indígena Me Phaa de quienes tendremos oportunidad de escuchar algunas palabras, así como de el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, organización defensora de derechos humanos que en el estado de Guerrero que ha acompañado el trabajo de organizaciones como la del pueblo indígena Me Phaa. Les agradezco enormemente su presencia así como la de las y los miembros y simpatizantes de Amnistía Internacional que, de manera simbólica, realizarán una representación para exigir la liberación inmediata e incondicional de Raúl Hernández.

Muchas gracias.

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