lunes, 18 de mayo de 2009

Ley Indígena del estado, inconclusa, dicen wixárikas; exigen reformarla

Demandan al diputado Hugo Gaeta que se ponga a trabajar

Fuente: La Jornada de Jalisco

RAUL TORRES (Enviado)

Bolaños, 16 de mayo.– Es zona fronteriza y en ella, mestizos y wixárikas se ven obligados a convivir; unos y otros se saben diferentes y la relación es complicada. Los mestizos van de la burla a la admiración, los indígenas, del orgullo al reclamo, y entre sus demandas está una reforma a la Ley Indígena de Jalisco.

El lunes pasado, una comisión de al menos un centenar de representantes de los distintos poblados que conforman la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán tomó las calles de la cabecera municipal de Bolaños para hacer pública su inconformidad con las autoridades municipales, estatales y federales, y lanzaron el llamado: “tenemos una Ley Indígena inconclusa que lo único que hace es legitimar el sistema político. Es por eso que invitamos al presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso de Jalisco, el diputado Hugo Gaeta, a que venga a hacer presencia en la comunidad, ya que desde que asumió como diputado nunca se ha parado en la comunidad”.

Ilustres albañiles que laboraban en la azotea de la alcaldía de Bolaños se burlaban de la forma en que los wixaritari pronuncian el español, y ahí, en medio de los mestizos, los indígenas se refugiaban en su lengua para poner distancia. Los que no entendían se sintieron relegados: “hablen español, que no los entendemos”.

Los wixaritari exigieron que el diputado Gaeta desquite su sueldo y se ponga a trabajar, que visite la comunidad, que haga consultas e inicie el proceso de reforma de la ley; a la gente de Bolaños (por un momento representante de todos los mestizos) le ofrecieron disculpas por tomar sus calles, pero solicitaron su respeto para comenzar a entenderse.

Uno de los albañiles aprovechó el alboroto para llevarse medio saco de cemento a su casa: “ya vimos por qué falta luego”, le reclamaron sus compañeros cuando lo miraron pasar con el bulto. “No lo pagan ustedes”, les respondió el otro y siguio su camino.

Instalados en la plaza pública, los wixaritari se sintieron obligados a iniciar el posible diálogo con la gente de Bolaños: “mil disculpas por haber tomado las calles de esta cabecera municipal, pero queremos decirles a todos ustedes que no son indígenas, que en nuestro territorio wixárika disponemos de derechos colectivos, que significa que si un hermano wixárika está sufriendo anomalías, se atenta de manera general contra todos los wixaritari. En nuestro territorio comunal no hay pequeñas propiedades, es un solo territorio donde disfrutamos y cuidamos de nuestra madre tierra. Es un derecho que tenemos como pueblo indígena producto de una civilización de lucha, que es la mesoamericana”.

Los mestizos escucharon o se rieron, los miraron y murmuraron, pero no les hablaron; se mantuvieron expectantes, algunos tratando de entender a qué se referían los indígenas cuando aseguraron que organismos internacionales y nacionales se han pronunciado a favor de sus derechos como pueblo. “Somos los meros originarios de estas tierras”, levantaron la voz los wixaritari, pero enseguida abrieron la puerta.

“Nosotros los wixaritari estamos conscientes de que la sociedad no indígena y la sociedad indígena debemos crear canales de convivencia donde haya mutuo respeto, nosotros a ustedes los respetamos por ser no indígenas, pero también queremos que nos respeten a nosotros. Es precisamente donde el pacto social debe darse a conocer, respetando derechos colectivos y particulares. Por eso hoy salimos a las calles a manifestarnos para dar a conocer a la gente de Bolaños parte de nuestra cultura”.

Sentados en la escalinata de la presidencia municipal, frente a la plaza tomada, quienes observaban sacaban conclusiones en voz baja. “Pierden el tiempo”, decían unos; otros desearon tener una organización similar para movilizarse y exigir a sus gobernantes.

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