sábado, 21 de febrero de 2009

Regreso de militares a sus cuarteles, clamor de miles en el Congreso local

Tras la decapitación de ocho de sus compañeros, soldados asolan ciudades y pueblos


En comunidades de la Sierra Madre roban y fabrican delincuentes, denuncian campesinos

Jóvenes, mujeres y niños, sin capuchas, gritan consignas en la explanada del legislativo

MARLEN CASTRO

CHILPANCINGO, 19 DE FEBRERO. Creyendo que había sesión y lograrían ser escuchadas por los legisladores, unas 2 mil personas, entre campesinos de la Sierra Madre del Sur, transportistas, empresarios, jóvenes, mujeres y niños, protestaron en las puertas del Congreso local para exigir la salida del Ejército de las calles.

Los manifestantes se deslindaron de las protestas recientes en Nuevo León, donde personas encapuchadas también exigen la salida del Ejército, pero según el gobernador priísta de esa entidad, Natividad González Parás, son financiados por el cártel del Golfo.

“A nosotros no nos paga nadie y estamos aquí dando la cara. Todos nos conocen y saben quiénes somos”, estableció el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en la capital, Pioquinto Damián Huato.

En la manifestación en el Congreso –a donde no se acercó ningún legislador, pues están en su primer receso–, comisarios, dirigentes campesinos y transportistas denunciaron que desde diciembre los soldados saquean comunidades y detienen ilegalmente a ciudadanos, con el pretexto del combate a la delincuencia organizada.

Aunque era una sola manifestación, la acción se dio en tres momentos, pues no llegaron a la ciudad ni a la sede del Legislativo al mismo tiempo.

Primero llegaron los habitantes de la sierra y algunos comerciantes encabezados por Damián Huato, posteriormente unos 50 niños, adolescentes y mujeres y ahí mismo hicieron las pancartas con las que se manifestaron metros adelante.

Luego se presentaron unos mil transportistas del Frente Común del Transporte del Estado de Guerrero, provenientes de varios municipios de todas las regiones de la entidad, con sus vehículo en los que se leían consignas de rechazo al Ejército.

Ciudadanos de la sierra dieron testimonios de cómo han vivido las incursiones de los soldados en sus comunidades desde las últimas semanas de diciembre, fecha que coincide con las decapitaciones de los ocho militares, cuyas cabezas y cuerpos fueron arrojados en distintos puntos de esta ciudad.

Aglutinados mayoritariamente en el Consejo Supremo de los Pueblos de Filo Mayor, los habitantes demandaron la salida del Ejército, no porque estén ligados a actividades ilícitas, sino porque los militares “saquean todas las casas, se llevan todo lo de valor que encuentran y a quienes detienen les inventan cargos”.

Llovieron los testimonios de este tipo de los habitantes de Corral de Piedra, municipio de Chichihualco; Ocote, de Tlacotepec, y Filo del Aguila, de San Miguel Totolapan, colindante con la sierra.

Humberto Nava Reyna, de Corral de Piedra, relató: “justo el 24 de diciembre del año pasado llegaron los uniformados por la madrugada catearon casa por casa y se robaron oro y dinero”.

El comisario de Filo de Caballos, Arturo López Torres, denunció que en su comunidad los militares detuvieron a un joven que estaba cortando leña, y le sembraron un rifle y droga y todavía lo tienen preso.

Otro de los dirigentes aseguró que en diciembre al menos 20 personas han sido detenidas en la sierra de la misma forma, por lo que demandó al Ejército que no fabrique culpables porque así no van a resolver nada.

La señora Genoveva Acosta, de Coatepec del Ocote, también municipio de Tlacotepec, denunció que los militares se metieron a su casa y se llevaron dinero del programa federal Arranque parejo en la vida.

Damian Huato, ex secretario de Educación y ex diputado federal del PRD, acusó al Ejército de hostigar a su familia, “en tres ocasiones han bajado bruscamente a mis hijos de su vehículo, y a mí me sucedió lo mismo, por eso vamos a constituir el Movimiento por la Constitución y la Paz; hace falta que todos respetemos nuestra Carta Magna, incluidos los que nos gobiernan”.

Finalmente, unos 50 niños, jóvenes y mujeres, sin capucha, a diferencia de las protestas en el norte, participaron en el mitin gritando consignas contra el Ejército.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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