sábado, 21 de junio de 2008

El pronóstico meteorológico ignora la realidad


Publicado el 18 de Junio de 2008
Por Amy Goodman

Las inundaciones aumentan, anegando ciudades y rompiendo diques. Decenas de miles de personas son desplazadas. Muchas han resultado muertas. No hablo del huracán Katrina, sino del Medio Oeste de Estados Unidos. A medida que las inundaciones se dirigen hacia el sur a lo largo del Mississippi, devastando una comunidad tras otra, los medios están desbordados de imágenes de la destrucción.

Mientras que los meteorólogos de la televisión instruyen acerca de “los fenómenos climáticos extremos” con sus cada vez más sofisticadas herramientas tecnológicas, desde imágenes de radar Doppler a mapas 3-D animados, rara vez se pronuncian las dos palabras que son la causa de estos fenómenos: calentamiento global. Le pregunté a Joseph Romm, ex funcionario del Departamento de Energía, acerca de esta disociación:

“Parte del motivo es que las personas que escriben sobre el calentamiento global para la mayoría de periódicos y emisoras de televisión no suelen ser las personas encargadas de la cobertura del pronóstico meteorológico. En general, los medios cubren estos fenómenos como si fueran una serie de eventos sin relación entre sí, como si simplemente se tratara de que el clima habitual está algo alterado. Pero, de hecho, la comunidad científica lleva ya más de dos décadas pronosticando que cuantos más gases de efecto invernadero vertamos en la atmósfera, más se calentará el planeta y esto redistribuirá el ciclo del agua. Si calientas el planeta... evaporas más agua, y las zonas más húmedas tenderán a sufrir precipitaciones más intensas y deshielos más tempranos, y todo ello provocará inundaciones. Así que lo que estamos presenciando es exactamente lo que los científicos nos han estado diciendo que pasaría a causa de las emisiones de los humanos”.

Perry Beeman es un galardonado periodista de investigación que trabaja para el Des Moines Register y es ex presidente de la Sociedad de Periodistas Ambientales (SEJ, por sus siglas en inglés). Desde Des Moines, ciudad que ha sido arrasada por las inundaciones, me contó: “Apenas unas semanas antes de que esto ocurriera, estábamos en plena producción de una serie de artículos sobre el cambio climático que se van a ir publicando durante todo el año. Habíamos preparado un gráfico de dos páginas que indicaba las diferentes cosas que podrían ocurrir en Iowa como consecuencia del cambio climático, y que señalaba...que se deberían esperar más lluvias torrenciales en el futuro. Lo que ha ocurrido aquí es consistente con la perspectiva que muchos científicos tienen sobre lo que el calentamiento global implicará para el Medio Oeste”.

Entonces, si los desastres que se suceden uno tras otro, desde huracanes hasta tornados pasando por las inundaciones, se corresponden con el calentamiento global, ¿por qué las cadenas de televisión y los periodistas que dan los partes meteorológicos no establecen esta relación? La Dra. Heidi Cullen, una especialista en temas climáticos de The Weather Channel, causó conmoción a finales del 2006 cuando escribió en su blog del Weather Channel: “Si un meteorólogo no es capaz de hablar sobre los aspectos científicos básicos del cambio climático, entonces quizás la Sociedad Meteorológica de Estados Unidos (AMS, por sus silgas en inglés) no debería darle su Sello de Aprobación. Si un meteorólogo tiene el Sello de Aprobación de la AMS, que se usa para otorgar legitimidad a los meteorólogos de la televisión, entonces esos meteorólogos tienen la responsabilidad de verdaderamente educarse sobre la ciencia del calentamiento global”.

Mientas que los reporteros informaban, con el agua a la altura de la cintura, desde los inundados centros de algunas de las principales ciudades de Estados Unidos, el presidente George Bush disfrutaba del sol en Washington, D.C., mientras instaba al Congreso a que levante la prohibición de las excavaciones petroleras en mar abierto y de la extracción de petróleo de los esquistos bituminosos; también los instó a que den la autorización para que se realicen perforaciones petroleras en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR, por sus siglas en inglés). Mientras que los ciudadanos comunes y corrientes ven cómo sufren sus billeteras en las estaciones de servicio, pagando ya más de 4 dólares por galón de gasolina (más de 1 dólar por litro), las industrias del petróleo, del carbón y del gas están recibiendo enormes recompensas, y ejerciendo presión para que se habilite la extracción de recursos en ciertos espacios protegidos.

Uno de los candidatos a sustituir a Bush tiene una solución. Cuando esta semana le pregunté a Ralph Nader sobre el calentamiento global, me dijo: “Debemos tener como misión nacional la conversión de nuestra economía, y un ejemplo en el mundo es la energía solar, cuya posibilidad de suministro durará 4.000 millones de años, es inofensiva para el medio ambiente, descentralizada, hace que tengamos independencia energética y reemplaza al complejo ExxonMobil/Peabody Coal/uranio. Es por todo esto que tenemos que apostar por ello: por motivos económicos, políticos, sanitarios y de seguridad”.

Nader entiende cómo funcionan las palancas del poder y la influencia en Washington, pero también sabe de qué forma una inundación puede devastar una comunidad. Creció en Winsted, Connecticut, donde los ríos Mad y Still se desbordaron en 1955; en aquella ocasión, otra Nader hizo frente a otro Bush. La madre de Ralph Nader, Rose, le dio la mano al abuelo de Bush, el senador Prescott Bush, representante republicano de Connecticut, y se negó a soltarlo hasta que accediera a construir una embalse para controlar las inundaciones. El embalse fue construido, y desde entonces Winsted no ha sufrido ninguna inundación. Medio siglo después, nuestros problemas globales han empeorado mucho. Los ciudadanos activistas tienen que sacudir al sistema, no basta con sacudir una mano, deben exigir que los que ostentan el poder y tienen influencia, desde los políticos hasta las personalidades que hacen los reportes meteorológicos en la televisión, sean responsables y cumplan con su deber de informar.

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Denis Moynihan ha colaborado en esta columna.

Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now!, www.democracynow.org, noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y TV en Estados Unidos y el mundo.

© 2008 Amy Goodman

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