sábado, 9 de febrero de 2008

Participación de Layda Sansores en contra de la selección en el IFE

La diputada Layda Elena Sansores San Román:

Presidenta. Compañeras, compañeros, no voy a cuestionar los méritos de quienes han sido seleccionados para integrar el Consejo del IFE, que entre paréntesis, no se tomó en cuenta a ninguno de los primeros 15 lugares que fueron calificados por una comisión también plural.

Yo quiero señalar este proceso poco pulcro y el que se haya violado a la Constitución y que hoy se quiera hacer sentir como que aquí no pasó nada, y que quede en el registro del anecdotario de esta legislatura.

Hay una vieja y sabia premisa que dice que en política, del ridículo y de la traición nadie se levanta, y traición y ridículo es lo que hemos generado en este proceso de selección de consejeros. Hemos traicionado el compromiso de respetar y hacer cumplir la Constitución.

Traicionamos también a los 500 ciudadanos distinguidos que de buena fe respondieron a nuestra convocatoria, seguramente porque pensaron que venían a una casa decente. Traicionamos también a los mexicanos que confiaron en nosotros y que merecen representantes dignos.

Hemos hecho el ridículo —óigase bien—, el ridículo. Cuando en la casa de las leyes no se respeta la ley de leyes, esto provoca la burla. Coordinadores parlamentarios violaron flagrantemente la Constitución y la justificaron con argumentos que mueven a risa.

Un joven reportero rescató algunas expresiones. Un coordinador dijo: "Fue prudente y acertado". Otra: "Buena decisión, favorece el consenso". La perla nos la obsequió la Presidenta de esta Cámara al declarar —y lo transcribo textualmente— "no se viola ninguna ley o artículo, simplemente se va a retrasar la elección de los consejeros".

En esta legislatura 105 diputados son licenciados en derecho, 16 tienen la maestría o el doctorado, pero las únicas voces que escuchamos, pública y enérgicamente, fueron las del compañero Ríos Camarena y la de mi compañero Elías Cárdenas. Los demás, ¿dónde están?, porque aquí hay un silencio cómplice y si esperamos que todos cumplamos con la ley, quienes han hecho del derecho su profesión están aún más obligados, y ojalá que esto no quede como un precedente y que hoy se conviertan en vigilantes para que los coordinadores no sigan violando la ley.

Hoy se acepta que se violó la Constitución. Nos entró la prisa, "hay que resolverlo el día 7", como si eso subsanara la flagrante violación en que incurrimos. Ahora resulta que violar la Constitución no importa, siempre y cuando sea por un ratito, porque al fin y al cabo somos tan cínicos con eso de que "qué tanto es tantito".

Los diputados de esta legislatura somos el hazmerreír de los medios y de la opinión pública. Hemos hecho de esta institución una caricatura. No nos preocupa cumplir la ley; aquí lo que hay que hacer es administrar la ilegalidad. Las conveniencias han doblegado a las convicciones.

¿Qué cambió de diciembre a febrero? Es la misma gata revolcada. Se preocuparon más por cuotas de partido, por árbitros a modo, que por contribuir a un IFE ciudadano. Lo único que cambió fue la fecha.

Cada quien tenía su gallo. Esto era una pelea arreglada y lo lamentable fue que participaron 500 ciudadanos que representan 40 años de inteligencia mexicana en cuestiones electorales y los tratamos como gallos pochorocos, teniendo, los más de ellos, muchos espolones. Cada quien tenía su gallo —se los repito— y si los resultados no fueron lo que habían pactado es porque como en los palenques de la peor ralea, los principales amarradotes no respetaron sus compromisos y empezó el desplumadero.

Fui testigo de cómo se gestaron traiciones, venganzas, vetos. Y escuché diálogos como éste "mataste a mi gallo, pues el tuyo también se muere. No, no, no. Espérame, espérame. Déjame ver si podemos revivirlo". "Si eso me garantizas me aguanto, me aguanto". Como ven, en esta Cámara se ofrecen resurrecciones, lo mismo que vida eterna.

Convergencia propuso que los tres consejeros fueran insaculados entre los 39 finalistas. Consideramos fundamental poner énfasis en un IFE ciudadano; pero ¿quién, con la técnica del conciliábulo que se siguió, va a creer que los tres designados no representan a los tres partidos dominantes de esta Legislatura?

Ya voy a terminar. Estuvimos muchas horas leyendo expedientes. Los usaron para cubrir una escenografía, así que hoy ténganme un poco de paciencia. Me faltan dos párrafos. Hoy tenemos la oportunidad de reconciliarnos con la transparencia y con la imparcialidad.

Insistimos, en Convergencia, en que los nombramientos de los próximos tres consejeros —que ya está en puerta— sean insaculados de esta misma lista y en este periodo de sesiones. Los 39 finalistas, como quiera que sea, representan una cantera de gente ya calificada por todas las fuerzas políticas.

La Presidenta diputada Ruth Zavaleta Salgado:

Concluya por favor, diputada.

La diputada Layda Elena Sansores San Román:

Un minuto. Hemos sido severamente cuestionados y si no actuamos con pulcritud, la sociedad nos va a rebasar por carriles que no son precisamente los del Congreso y nos van a acusar de estar tomando decisiones preciosas al más puro estilo de la Suprema Corte.

Lo que empezó siendo un ejercicio innovador, prometedor, de nuevos tiempos en la construcción del IFE ciudadano e imparcial, terminó en traición y ridículo; de esos que se dice que en política, nadie se levanta. Pero al menos —ojalá— tengamos el coraje y el honor de intentarlo. Gracias.

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