Por Juan Gelman
El profesor Víctor David Hanson es el historiador favorito de
La anécdota sintetiza el contenido de un estudio que detalla los preparativos ya cumplidos del ataque norteamericano a Irán. Sus autores, Dan Plesh y Martin Butcher, son reputados especialistas británicos en diplomacia y armamentos, dos términos cada vez más intercambiables. El estudio –“Análisis de una guerra con Irán” (www.rawstory. com)– concluye que el Pentágono ha planeado no sólo la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes: también el derrocamiento del régimen, la aniquilación de sus fuerzas armadas y de su infraestructura económica. Se trata de convertir a Irán en un “estado débil o en bancarrota” para reconstruirlo en democracia. Igualito que en Irak.
La intervención sería masiva con bombarderos y misiles que están listos “para destruir 10.000 objetivos en unas pocas horas”, registran Plesh y Butcher. Hay además infantería, fuerza aérea y marines en el Golfo Pérsico. Se cuenta con armar a grupos étnicos opositores en algunas provincias iraníes para alimentar una suerte de “resistencia popular”. De hecho, hay unidades de fuerzas especiales norteamericanas que ya operan clandestinamente en Irán. Están preparadas las bombas nucleares, que los autores del estudio consideran de improbable utilización. No obstante, agregan, las instalaciones nucleares iraníes de Natanz tienen tal protección “que se podría requerir el empleo de armas nucleares (antibunker) y, una vez comenzado el ataque, sería simplemente cuestión de seguir la lógica y la doctrina militares en toda su extensión, lo que demandaría la utilización de bombas nucleares si los otros medios fracasan”. Más claro, imposible.
El ambiente se está calentando en Washington y bastarán tres días para cumplir los objetivos previstos, señalan diversos analistas militares. Pero Larry Johnson, ex agente de
El marco local de estos planes contra Irán son las elecciones presidenciales del año próximo. Crece el repudio a la guerra de Irak de la opinión pública norteamericana, para no hablar de la soledad internacional que W. Bush ha sabido conseguirle a EE.UU., pero la pugna política por ganar al electorado es difícilmente comprendida en Europa y Medio Oriente, afirman los autores del estudio: “Es un contexto que algunos considerarían divorciado de la realidad, pero con la capacidad estadounidense de proyectar su poderío militar a todo el globo, tal vez la realidad de Wa-shington D.C. es la que importa más que cualquier otra”. A continuación reconocen que, aunque Irán quede reducido a un estado rico en petróleo, pero muy debilitado, “los riesgos para la humanidad en general y para los estados de Medio Oriente en particular son verdaderamente graves”. En esto no se equivocan: W. ya amenazó a Teherán con “un holocausto nuclear”.
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Enviado por
Revista Koeyú Latinoamericano
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