martes, 18 de septiembre de 2007

Comunicado del Circulo Latinoamericano de Estudios Internacionales

Peligrosa estrategia de Washington

La amenaza de las armas

en el espacio exterior

Año con año, Estados Unidos ha bloqueado, en la Conferencia para el Desarme de las Naciones Unidas, el inicio de negociaciones para la prohibición del emplazamiento de cualquier tipo de armas en el espacio exterior, particularmente las nucleares; así como el uso de la fuerza o la amenaza del uso de la fuerza en o desde el ámbito espacial.

Washington pretende establecer un sistema de defensa espacial, que incluye el emplazamiento de armas, mismo que violaría flagrantemente el Tratado sobre el Espacio Exterior de 1967, así como el Tratado de Prohibición de Pruebas Parciales de 1963 y una serie de acuerdos alcanzados en el seno de las Naciones Unidas durante las últimas dos décadas, que contemplan el uso del espacio exterior sólo con fines pacíficos, señalan analistas latinoamericanos consultados por el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales (CLAEI), ) una organización de la sociedad civil, de análisis, reflexión, investigación e intercambio de información, con sede en la ciudad de México.

Los expertos consideran que de llevar a cabo estos propósitos, los estadunidenses alterarían radicalmente en su favor el equilibrio estratégico-militar internacional, lo cual constituye una de las prioridades más apremiantes del complejo industrial-militar, pues la militarización del espacio exterior permitiría completar el programa para instalar el sistema de defensa antimisiles y asegurar el liderazgo tecnológico de Estados Unidos en este ámbito.

La posibilidad de libre acceso al espacio exterior es una condición fundamental para el progreso científico y tecnológico, así como para una amplia gama de actividades que abarcan desde el desarrollo de la tecnología y de la ciencia, hasta el uso de satélites de comunicaciones cada vez más eficientes, cuyo uso se extiende a la cultura, el comercio, la industria, la información, etc.

Si una potencia domina militarmente el especio exterior, conforme a las tesis de los estrategas estadunidenses, podrá desde esa posición de ventaja, frenar el desarrollo económico, industrial y tecnológico de los países rivales o que pueden llegar a serlo; es decir, todos aquellos que, de alguna manera, amenacen o puedan comprometer su hegemonía.

Consecuentemente, el gobierno de Washington se ha negado, en forma persistente, a la aprobación, en el seno de la Conferencia para el Desarme de las Naciones Unidas, de una prohibición expresa y definitiva a la instalación, en el espacio, de armas en general y, en particular, del sistema de defensa antimisiles.

Si la comunidad internacional suscribe acuerdos en ese sentido, afirman los estrategas estadunidenses, quedaría limitado o cancelado el supuesto derecho de Estados Unidos a utilizar el espacio cósmico con fines militares, lo cual, a su juicio, sería “muy peligroso” para su esquema de seguridad nacional.

En tanto acusan a China de realizar experimentos espaciales potencialmente utilizables con propósitos militares, los estadunidenses desarrollan, de manera acelerada, sus propios sistemas de armamento para el espacio. El Pentágono considera prioritario el uso del espacio para apoyar operaciones militares en la Tierra.

Un ejemplo notorio de dicha doctrina, subrayan los especialistas del CLAEI, es el llamado “plan de reacción rápida en el espacio”, que fue elaborado por los estrategas del Pentágono, con el concurso de prominentes especialistas del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de la Universidad Nacional de la Defensa, así como del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de la Guerra del Ejército estadunidense (US War College).

Según ese plan, la infraestructura militar espacial de Estados Unidos debe funcionar con absoluta eficiencia y exactitud, para posibilitar el dominio estratégico del espacio exterior y la vigilancia de los programas espaciales de otras naciones, así como la creación e instalación de los sistemas de armamento adecuados para eliminar dichos programas en caso necesario.

El espacio exterior todavía está libre de armamento. La comunidad internacional debe tener plena conciencia de los verdaderos propósitos de Estados Unidos, que intenta llevar su ambición hegemónica hacia el cosmos; y comprender el grave e inminente peligro que este propósito representa para la humanidad.

Debido a ello, en todo el mundo se dejan escuchar cada vez más voces que exigen una pronta negociación y adopción de acuerdos internacionales para mantener al espacio exterior libre de armamento.

Organizaciones de la sociedad civil, intelectuales, académicos, políticos y comunicadores, han sumado voluntades para hacer frente a una amenaza cuya inmediatez no se percibe todavía en todos sus alcances, concluyen los analistas del CLAEI:

F: Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales

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