Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Nada muestra mejor la incapacidad de la autodenominada clase política -- destacadamente del grupo gobernante-- para adoptar acuerdos que el ritual que busca reditarse el próximo sábado con Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Cuenta el doctor Lorenzo Meyer Cosío que los mexicanos de hace siglo y medio no tenían que padecer la soporífera ceremonia --más propia del absolutismo presidencial que de los contradictorios tiempos en curso-- porque el presidente leía un par de cuartillas.
El primer empleado de los mexicanos presentó una buena pero tardía iniciativa política, la legislativa la formuló el Partido Acción Nacional, para reformar
Mas “El presidente constitucional pero no legítimo” –Ruth Zavaleta Salgado dixit-- se topó con una inaccesible pared, no tanto por los tiempos legislativos como porque de inmediato los diputados del Partido de
Una buena pero inoportuna propuesta se vino por los suelos por esa obsesión --propia del diván-- del michoacano de colocar como objetivo central que sus adversarios le otorguen con una fotografía, un discurso o una visita a Los Pinos, lo que la tercera parte de los electores aún consideran que no conquistó en las urnas.
Simultáneamente a que encabeza un gobierno grupal, Felipe de Jesús Calderón desenvuelve políticas y programas como si el triunfo en las urnas hubiese sido arrollador, además de que trata en forma irrespetuosa y hasta autoritaria a la segunda fuerza parlamentaria del país, el PRD, mientras que a la tercera –el Revolucionario Institucional-- le da casi todas las concesiones, como si se tratara de la primera.
Por lo anterior, se escucha como llamado a misa, la enésima pieza discursiva del abogado y economista: “Yo he convocado a las distintas fuerzas políticas a trabajar juntos por el bien de México, más allá de nuestras legítimas diferencias”.
Mas no crea usted, generoso lector, que en el partido del sol azteca cantan mal las rancheras. El linchamiento de los dirigentes e integrantes de Nueva Izquierda está a la orden del día en
En cualesquiera de los escenarios que se manejan para el próximo sábado, es evidentísimo que los rituales del presidencialismo absolutista no tienen el menor espacio, para fortuna de los ciudadanos. También que si los dos grandes bloques del prolongado y profundo conflicto poselectoral no dan pasos hacia la tolerancia y el respeto mutuos, pueden erigirse en obstáculos infranqueables para el tejido de acuerdos que es preciso seguir desarrollando en los indispensables ámbitos Ejecutivo y Legislativo. Sin que ello implique, como ha quedado más que demostrado, reconocimiento alguno al presidente legítimo o al ilegítimo.
Acuse de recibo
El profesor Luciano López Zamudio plantea al jefe delegacional de Xochimilco, Distrito Federal: “Me sorprende su pragmatismo e incongruencia, usted doctor en biología, ‘preocupado por el deterioro ambiental’ y no haya valorado el impacto negativo del Ciclotón. Parece que más le importa quedar bien con el jefe de Gobierno, repitiendo acciones que más que beneficiar al ambiente lo deterioran...”
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