viernes, 7 de marzo de 2014

Los torturaron, no les daban de comer y nunca supieron los motivos de su plagio: secuestrados de Las Choapas


SAYDA CHIÑAS CÓRDOVA

Coatzacoalcos, Ver.- Durante más de 23 días, ocho personas originarias de Las Choapas vivieron un auténtico infierno luego de haber sido secuestrados en su municipio y llevadas a una casa de seguridad en el municipio de Isla. Sus captores los torturaban día y noche, los dejaban sin comer y beber, generando en ellos un estado de desesperación tan grande, que deseaban estar muertos.

En las primeras horas de este martes fueron encontrados, ocho de los 10 desaparecidos en las Choapas en medio de un operativo realizado por la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), tras el hallazgo del cuerpo del periodista, Gregorio Jiménez de la Cruz

Andrés Leyva Ordoñez, Ana Luisa Morales Gómez, Alberto García García, Luis Antonio Méndez Jiménez, José Celaya Hernández, Juan Carlos García Rodríguez, Gilberto Hernández Ramos y Carlos Omar Ramírez Pérez, quien es de Agua Dulce.

Las ocho víctimas presentan severas lesiones en todo el cuerpo y en la cara, producto de las torturas que recibieron y los mantiene en un estado de completa desorientación y temor, pues tuvieron que “bloquearse mentalmente” para poder soportar el dolor.

De acuerdo con la declaración que emitieron, el día 11 de febrero, recibieron una llamada de Gerardo Contreras Hernández –uno de los presuntos asesinos de Gregorio Jiménez–, quien los cito en el campo de softbol Miguel Fernández Becerril. Hasta ahí llegaron varios sujetos vestidos de civil, con armas de grueso calibre, los subieron a varias camionetas y de ahí los llevaron “al lugar donde mataron al reportero” y los retuvieron por varios días.

Todos presentan lesiones en la nariz, donde les colocaban unas pinzas para darles toques eléctricos, luego las llevaban a otras partes de sus cuerpos, especialmente sus genitales. Primero los mojaban con agua helada y después tenían que sufrir el ritual de los toques eléctricos, los golpes y las risas de sus captores.

Durante los 23 días que estuvieron hacinados, al menos cinco días estuvieron sin comer ni beber y llegaron al grado de beber su propia orina para poder sobrevivir. En lo poco que han podido hilar, estas ocho personas señalan que en ocasiones sus captores llegaban cinco sujetos y “jugaban con ellos”, esto es, se les subían encima del cuerpos y les brincaban encima, por eso algunos tienen lastimadas las costillas.

Durante 23 días que estuvieron secuestrados nadie les dijo por qué estaban allí o si estaban pidiendo rescate por ellos, solo los golpeaban y torturaban. Aunque no tienen conciencia del tiempo que estuvieron retenidos, las ocho personas sostuvieron que tuvieron deseos de morir para acabar con el dolor que les infligían en las torturas, pero entre ellos mismos se daban ánimos para aguantar.

En la declaración de las víctimas se establece que por fin este 6 de marzo, fueron sacados de su reclusión y viajaron amarrados y ocultos en una camioneta, sus captores sólo les obligaron que fueran cantando una canción para que se relajaran.

En un paraje, la camioneta se detuvo, los captores soltaron cuatro disparos y corrieron, a los pocos minutos escucharon un grupo de voces identificándose como elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones.

Durante 23 días, sus padres realizaron protestas ante las agencias del Ministerio Publico y el parque Central de las Choapas; su determinación de bloquear la carretera federal Coatzacoalcos-Villahermosa, los llevó a la oficina de Marlon Ramírez, quien se comprometió a darle seguimiento al caso.

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