miércoles, 9 de octubre de 2013

Huecos en reforma educativa dejan “gama gigantesca de interrogantes”


NORMA TRUJILLO BÁEZ

Con la reforma educativa y sus leyes secundarias “la cuestión es ¿quién controla a los maestros? Y quieren controlar para obtener como producto de esta subordinación una ventaja en el campo político”, afirmó el abogado laborista Arturo Alcalde Justiniano, y sostuvo que en varios estados, entre ellos Veracruz, hay una “auténtica insurgencia” y que los gobiernos estatales deben promover la concertación, o de lo contrario no se le dará salida al problema educativo.

En entrevista, antes de dictar la conferencia Reforma Educativa, Movimiento Magisterial y Derecho en el auditorio de la Unidad de Humanidades, quien ha realizado estudios en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostuvo que en la reforma se da el control y subordinación y control, “te protejo te controlo, te controlo te protejo”.

El jurista expuso que no se sabe quién va a tener en sus manos el control del magisterio, ya que en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) no hay una determinación sobre la evaluación, “es decir, se dice máximo cuatro años, cuando ésta puede ser antes, las autoridades estatales, federales y municipales quieren controlar a los maestros para controlar el campo político”.

Alcalde Justiniano señaló que hay signos que en muchos estados se ha entendido que ante una insurgencia de tal magnitud como la magisterial es necesario negociar con ellos, “desconocer la dimensión de este movimiento magisterial es realmente crear un problema sin salida, hay una agenda amplia de estos acuerdos, lo importante es que tengan sensibilidad y el entendimiento que si le cierran la puerta a los maestros el problema educativo no va a tener solución. Sería una equivocación del gobierno federal y estatal si no tienen capacidad de concertación con el magisterio, porque la dimensión no sólo es la que se ve por encima, si uno va recorriendo las distintas regiones del país, hay una auténtica insurgencia, pero además la ley fue una reforma atrabancada, mal diseñada y con cierto encono en contra de los maestros, pensando más en subordinarlos que en generar condiciones para un desarrollo adecuado del proceso educativo”.

Entre los huecos de la ley, enumeró los términos de la evaluación, porque hay un margen muy indefinido del papel de las autoridades locales, federales, municipales y del INEE “y toda la realidad compleja de las propias escuelas en las que tienen presencia los maestros, todo el tema laboral desde el tema de ingreso, contenido de los requisitos, de las reglas de evaluación, el derecho a la estabilidad en el empleo, la situación de los transitorios, que es una gama gigantesca de interrogantes”.

Ya que refirió que la reforma educativa es la continuidad en el modelito laboral de los presidentes de la República, implementados a cada sector y puso de ejemplo las reformas que se dieron con las Universidades, con el IFE, hoy con los maestros, en donde tendrán que hablar de ingreso, promoción y permanencia.

De los amparos que se promueven dijo que son mecanismos legales que se deben aprovechar pero que los maestros no le apuesten sólo a eso, ya que desde su posición considera que los amparos contra la reforma al artículo 3° Constitucional no procederá como ha pasado con la reforma laboral, pero en las que sí pueden surtir efecto serán los amparos en contra las leyes secundarias, cuando se empiecen a aplicar las reformas y que lo hagan de manera colectiva.

“Es importante ejercitar todas las acciones legales sin confiar en ellas, la experiencia demuestra que quien se confía en la ley se queda esperando y no logra concretar una solución, hay que acompañar a la acción jurídica la acción organizativa y ésta es más importante una acción organizativa concertada a nivel nacional, de todos los maestros en sus distintas expresiones para fijarse objetivos en esta nueva etapa y fijarse muchos objetivos que quedan en la aplicación de la norma”, sostuvo el abogado.

El sindicalismo ha roto las expresiones formales hay una insurgencia que supera, por un lado lo que es el SNTE tradicional, la CNTE obliga que el sindicato nacional entienda que necesita cambiar, transitar por una vía de apertura y democratización en la esperanza que pudiera haber un frente común. “La única vía debe ser la democratización sindical, recomendó el jurista, “no es aconsejable la integración de nuevos sindicatitos, que es lo que los gobiernos estatales quieren para manipular sino que queden los sindicatos solo que cambien las dirigencias”.

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