lunes, 26 de agosto de 2013

Operadores de EPN: mentalidad toluqueña, engaño y represión


JESUSA CERVANTES

MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Un comunicado de la línea “que va para arriba”, Aeroméxico, previendo un bloqueo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México durante cuatro días y un crecimiento inesperado en la inflación, han sido los hechos que han obligado a actuar al gobierno federal; todo en atención a la economía, nunca preocupado por las consecuencias sociales.

En el primer caso me refiero por supuesto a la estrategia que siguió la Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE), la cual supo acorralar al gobierno federal en donde más le duele: su economía, luego de que se vio traicionada por los operadores políticos de Enrique Peña Nieto de mentalidad toluqueña, engaño y represión.

La CNTE logró lo que muchos movimientos sociales no habían podido en años: poner de cabeza a los tres poderes de la Unión, pero para Peña Nieto y sus alfiles la paciencia tenía su límite. Se podía llevar al Legislativo a sesionar en una sede alterna por su indigna actuación y como consecuencia de legislar de manera unilateral, sin escuchar a los principales afectados.

Se podía también acorralar a parte del Poder Judicial, incluso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al bloquear sus entradas y salidas, pero lo que el desgobierno de Peña Nieto no podía tolerar era que se afectara la parte económica, a uno de los brazos ejecutores del Poder Ejecutivo: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Pisoteado el Congreso de la Unión, Peña Nieto podía seguirse lavando las manos, pues los señalamientos sobre falta de operación política terminarían contra Manlio Fabio Beltrones Rivera, a quien hasta la oposición reconoce como el que maneja verdaderamente el Congreso. O bien, podía endosársele la factura a Emilio Gamboa Patrón, líder de los priistas en el Senado de la República.

Peña Nieto, a través de uno de sus principales operadores, Luis Miranda Nava, de tradición política traicionera, barata y represiva, aventó al Congreso de la Unión la imposición que desde el Pacto por México hacen a PRD y PAN, quienes dicho sea de paso asumen con gusto.

Desde ahí, Miranda Nava -recordado por ser el encargado de la operación jurídica contra los comuneros de Atenco y que terminó en represión-, engañó a los maestros a quienes desde su limitada y pueblerina óptica desdeñó. Creyó que financiándoles foros educativos y manteniéndolos ocupados en nueve estados, podía imponérseles.

Miranda Nava y el propio Miguel Ángel Osorio Chong, encargado de la política interna del país, menospreciaron al movimiento, ignoraron la historia, olvidaron que los grandes movimientos guerrilleros en México se han hecho justamente con maestros de lugares apartados, gente pensante que nada tiene que perder ante una lucha, pues casi todo lo tienen lejos de ellos menos la dignidad; el desdén de ambos políticos los llevó a enviar iniciativas elaboradas desde las oficinas de César Becker y Emilio Chuayffet Chemor sin el consenso de los maestros.

Las iniciativas fueron enviadas al Congreso de la Unión con una sola consigna: imponerlas a como diera lugar, al cabo que para ellos los maestros se conformarían con hacer sus foros.

La traición, como a cualquiera que tiene dignidad, enardeció a los maestros más combativos del país y los que trabajan en las peores condiciones físicas y climáticas. Los llevó a bloquear los poderes Legislativo y Judicial, pero eso no preocupó a Peña Nieto, Miranda Nava y Osorio Chong; el plan seguía adelante, incluso todavía se tenía programado un tercer periodo extraordinario para imponer la ley esta semana.

Sin embargo, la estrategia de la CNTE de bloquear, que no tomar el aeropuerto, sí que molestó a los golden boys, a los políticos que arribaron al poder de la mano de los poderosos económicos; bastó que Aeroméxico anunciara su preocupación por que el bloqueo se mantuviera por cuatro días y que la vocería de la terminal aérea considerara cancelar operaciones pasada la media noche del viernes para que Osorio Chong aceptara incluir a los maestros en la discusión de las leyes, incluso que diera su promesa de no encarcelar a líder alguno.

Cuando se puso en peligro y aumentó el impacto negativo en la economía del país fue cuando el gobierno decidió escuchar a los maestros, antes no, antes los engañó y creyó que los manejaría con unos cuantos pesos por la realización de foros. Las cantidades millonarias que implica cerrar el aeropuerto más importante del país y por donde no sólo circulan personajes sino mercancías y con ello grandes flujos de dinero, fue lo que obligó al gobierno a por lo menos prometer atención a las demandas del magisterio.

La afectación a la economía fue lo que hizo reaccionar al gobierno peñanietista y sus pésimos operadores políticos al grado de “ordenar” a senadores y diputados a recibirlos este lunes, cuando antes los obligó a imponer sus mayorías y aprobar leyes educativas sin consulta alguna.

El otro caso, el de la inflación ya se ha comentado en este espacio. Se trata de su incremento inesperado debido a la presencia del crimen organizado, también en las zonas de donde son los maestros, Michoacán y Guerrero.

La presión que los diversos grupos delictivos han ido ejerciendo sobre productores de limón, tomate, aguacate y otros productos, así como el cobro de piso por hectárea sembrada y el pago obligado para dejarlos pasar por las carreteras con sus productos y que tienen como destino último la Central de Abastos de la Ciudad de México, provocó un aumento en los precios y por consiguiente que se elevara la inflación durante el primer trimestre del año e inicios del segundo.

De ahí que el gobierno enviara tropas en el mes de mayo a Michoacán para liberar las carreteras. Eso después de una reunión urgente del secretario de Hacienda, Luis Videgaray y el director del Banco de México, Agustín Carstens, quien detalló las consecuencias que estaba teniendo el actuar del crimen organizado en la economía.

Fue la elevada inflación y no la preocupación por las cientos de familias que están sitiadas por el crimen organizado lo que llevó al gobierno a actuar en el caso de Michoacán, aunque dicho sea de paso sólo ha resuelto la parte de liberación de carreteras, por lo demás la inseguridad y violencia contra las comunidades sigue.

Así, ha sido el elemento de la economía lo que obliga a actuar al gobierno, nunca su afán por llegar a acuerdos por el bien de la población, de los maestros, del país, sólo por el bien de mantener la seguridad a los dueños del poder económico, para que sigan haciendo negocios, el dinero fluya y la economía se mantenga estable como lo piden grandes organismos internacionales. De la población, de ésa, a nadie del gobierno le interesa, por lo menos no a Miranda Nava y Osorio Chong, los alfiles y operadores de Peña Nieto.

Lo que aún no han entendido en el gobierno es que esta lucha apenas inicia, es el primer capítulo de un engaño y promesas incumplidas de Enrique Peña Nieto. Si la política toluqueña se impone el gobierno no cumplirá sus acuerdos con el magisterio de la CNTE y al parecer, según el dicho de Osorio Chong, la reforma va porque va, con o sin CNTE porque dicen, la tolerancia tiene un límite, y César Camacho Quiroz, otro mexiquense y hoy presidente nacional del PRI ya lo dijo, si es necesaria la fuerza pública para meter en cintura a los maestros, se debe hacer.

Esperemos que la vena represiva no se imponga sobre la verdadera política… el primer informe de Peña Nieto se acerca y no querrá entregarlo fuera de San Lázaro…

Comentarios mjcervantes@proceso.com.mx

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