viernes, 10 de junio de 2011

La necia mordaza


VLADÍMIR JUÁREZ

A poco más de unas 48 horas, México dejó de festejar el Día Mundial de la Libertad de Expresión. Un tema que de pronto se antoja jurídicamente complejo, pero que se reduce a una idea básica: Hoy por hoy nuestro país es catalogado como el más peligroso para ejercer el periodismo en todo el continente.

Los relatores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nos han señalado desde hace años los constantes incrementos de violencia hacia los comunicadores, sin que ante ello alguna institución gubernamental medie o haga caso preventivo para erradicar estas prácticas que atentan contra la integridad física de los individuos, pero también de las instituciones.

Sin lugar a dudas, esta diferencia sólo puede significar una falta de sensibilidad política.

Ejemplos de periodistas vejados hay cientos, tan solo del año 2000 al 2010, 66 comunicadores han sido asesinados y 12 desaparecidos.

En el fondo, hablar de la coacción y de la violencia que se ejerce para que los periodistas disten y reporten sucesos fuera de la cruda realidad, tiene que ver con lo que el relator de la ONU anunció entre líneas de cara a su discurso el lunes 6 de junio:

Atentar contra la libertad de expresión no necesariamente tiene que ver con un hecho violento, si no con la necedad gubernamental de no diseñar y aplicar una política pública integral dirigida a garantizar la libertad de buscar, recibir y difundir información a través de cualquier medio.

Peor aún, sin las garantías de la libertad de expresión es imposible que la sociedad mexicana pueda contribuir a combatir el crimen organizado, la delincuencia y la corrupción, y que ejerza un control activo e informado sobre las acciones del Estado para que éste enfrente al crimen y proteja adecuadamente a la población.

El Estado necesita garantizar la seguridad de los periodistas con miras al año 2012, ya que una de las hipótesis que no se descartan es que justamente sea el clima enrarecido el que predomine y sea una constante de cara a los comicios que se antojan por demás competitivos.

Sin las garantías necesarias para que cualquier persona, sea periodista o no, pueda levantar la voz y opinar lo que piensa, México no hace más que retroceder en el tiempo.

El Día Mundial a la Libertad de Expresión es uno de los que no debemos dejar pasar para hacer luto a nuestros compañeros periodistas, sin embargo, también es un día que debemos festejar y no lamentar como ha sucedido durante los últimos años.

Es el momento de hacer que los periodistas hagan un frente común y que demanden las condiciones para ejercer su profesión sin que esta se vea interrumpida por amenazas.

Trascendido periodísticos

El martes 31 de mayo tuve la oportunidad de recibir una llamada invitándome a leer el periódico Excélsior.

A la pregunta de qué encontraría ahí, me explicaron que en la sección Nacional, página 17, encontraría un artículo titulado “Tlaxcala: Crisis de la Mortalidad Maternal”.

Si bien me llevó tiempo localizar el periódico de forma impresa, ya que dicho artículo no fue publicado en su página web, valió la pena.

En dicho artículo, que se sustenta en un estudio del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, se muestra la catástrofe de nuestro estado.

Tan solo por mencionar un dato: En Tlaxcala, las desigualdades educativas son tan notables que se puede afirmar que, la diferencia del municipio más favorecido con el de menos educación es de cinco años cursados. Esto significa que la media educativa es prácticamente de nivel primaria.

Sin alentar, los invito a reflexionar sobre ese estudio.

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Fuente: La Jornada de Oriente

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