En las cifras de Banxico aún no se contabilizan incrementos como el del transporte público
CHRISTIAN HERNÁNDEZ
Al culminar el cuarto año de gobierno de Felipe Calderón, los datos sobre el comportamiento de precios son los siguientes: la canasta básica oficial, es decir, la que calcula el Banco de México (Banxico), cuesta 23 por ciento más que en el 2006; la inflación para Michoacán en los cuatro años es del 20.7 por ciento, pero los alimentos son los que continúan arriba de los promedios de crecimiento, y pesan en este periodo el aumento de cerca del 50 por ciento en alimentos básicos como el huevo, el aceite vegetal y las frutas frescas, y de un 30 por ciento en la tortilla, la carne y la leche.
Sin embargo, al cerrar el año, los productos o servicios contabilizados por el Banxico con mayor incremento son el limón, que cuesta 139 por ciento más que a finales del año 2009, y la papaya, con un aumento del 69 por ciento en su precio.
Y es que todavía no se contabiliza el costo que estas y otras mercancías alcanzaron al final del 2010, pues es de recordar que se autorizó un incremento al precio del transporte público del 20 por ciento en menos de un año, y el pago del pasaje pasó de los cinco a los seis pesos, lo que sin duda impactará negativamente el bolsillo de los usuarios; asimismo, tampoco se ha contabilizado oficialmente el precio del limón, que a estas fechas en algunos lugares ha llegado a costar hasta 40 pesos el kilogramo en la entidad.
Ante esta situación, el gobierno federal y la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasamin), aunque esta última está integrada por representantes de los sectores patronal, obrero y gubernamental, mantienen su política de minisalarios, y cabe mencionar que en Michoacán se tiene la remuneración más baja de los salarios mínimos por encontrarse en la zona “C”, donde, para este 2011 se pagarán 56.70 pesos por día, a diferencia de la zona “A”, donde se retribuirá con 59.82 pesos diarios a los que reciban el salario mínimo.
A final de cuentas, el incremento salarial para el 2011 fue del 4.1 por ciento, lo que a todas luces un presenta un grave desequilibrio con los incrementos de otros productos y servicios a finales del 2010, entre ellos, el transporte público en Michoacán, con su incremento del 20 por ciento; el costo de la carne, que subió entre un ocho y once por ciento; el de la leche, con más del diez por ciento; o el del limón y la papaya con un 139 y 69 por ciento, respectivamente.
En este sentido, el salario ni siquiera se ha logrado mantener al mismo nivel que la inflación en Michoacán con el gobierno de Felipe Calderón, lo que se traduce en una pérdida de poder adquisitivo, que continúa en todo el país desde finales de la década de los años 70, según un estudio realizado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuyos cálculos muestran que en México se tiene una pérdida del poder adquisitivo mayor al 70 por ciento en las últimas cuatro décadas.
Los minisalarios no alcanzan para la subsistencia de una familia, pues, actualmente, con los 56.70 pesos que recibirá un trabajador, no alcanza para comprar un kilo carne, apenas para dos kilos y medio de frijoles, o cinco kilos y medio de tortillas, o simplemente, para pagar nueve pasajes en el transporte público de la entidad.
Cabe apuntar que diversos líderes empresariales de la entidad se despreocupan por un incremento tan bajo en los salarios mínimos justificándose en que son pocas las personas que reciben como pago los menos de 60 pesos diarios, sin embargo, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que una cuarta parte de los trabajadores michoacanos, es decir, 377 mil, no reciben ingresos por su trabajo o cuando mucho se les paga el salario mínimo.
Fuente: La Jornada de Michoacán
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