Los permisos se otorgaron a la empresa cambiando el uso de suelo de industrial a habitacional
JUAN CARLOS G. PARTIDA
Consorcio Inmobiliario G.I.G., la constructora que promueve el fraccionamiento Campobello, que se ubica en una zona industrial de alto riesgo en El Salto, es una de las más activas en Jalisco, particularmente con desarrollos en las zonas periféricas de los municipios de la zona metropolitana, en especial Tonalá, Tlajomulco y Zapopan, además de El Salto. Y fue la primera empresa en reactivar las 23 licencias de construcción que se les otorgó en El Salto desde finales de 2006, en los últimos días de la administración de la alcaldesa panista, Beatriz Moreno, que habían permanecido en moratoria hasta la llegada a principios de año a la presidencia municipal del priísta Gerardo González Díaz.
El grupo inmobiliario es de capital aparentemente jalisciense y tiene sus oficinas en Guadalajara desde 1978. Desde entonces, señalan, han construido y urbanizado más de 40 mil viviendas en los estados de Aguascalientes, Baja California Norte, Colima, Chihuahua, Jalisco, Estado de México, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora y Veracruz.
El pasado miércoles (La Jornada Jalisco, 10 de junio), el alcalde de El Salto, Gerardo González Díaz, reconoció que su administración permitió la reactivación de la licencia de construcción para Campobello, fraccionamiento ubicado en la delegación de San José del Castillo, en un amplio predio donde aparentemente se edificarán 3 mil 500 viviendas en medio de varias industrias peligrosas como Urrea y Emerson, y cercana a la planta de Pemex que fue reubicada en ese corredor industrial tras las explosiones del 22 de abril de 1992 en Guadalajara. En entrevista, dijo desconocer si existía “riesgo mayor a la población”.
La oferta en Campobello es de tres tipos diferentes de vivienda. Los precios varían de 293 mil a 382 mil pesos y en el caso más económico se trata de casas de apenas 41 metros cuadrados de construcción y en el más amplio de 51 metros cuadrados construidos. Las casas van de 1 a tres recámaras.
De acuerdo a los promotores del desarrollo, en estos momentos se encuentran en la primera de cuatro etapas para urbanizar todo el predio, lo que representa apenas una quinta parte más o menos de la superficie total.
“Somos una empresa especializada en la conceptualización, planeación, diseño y comercialización de proyectos inmobiliarios de alta calidad. Dentro de nuestro grupo tenemos los desarrollos con mayor plusvalía de la Zona Metropolitana de Guadalajara, los cuales son Puerta de Hierro y Valle Real”, dice su publicidad.
En estos momentos ofertan vivienda en ocho desarrollos: Casa Fuerte, Hacienda Real, Real del Valle, Real del Sol, Monteverde, Valle de las Flores, Santa Cruz y La Rioja, todos en la zona metropolitana de Guadalajara.
Moratoria terminada
Los 23 permisos otorgados hace cuatro años por la panista Beatriz Moreno permanecieron sin ser autorizados para ejecutarse por la pasada administración a cargo del también priísta Joel González Díaz, actual diputado federal por ese distrito y hermano del presidente municipal en curso, Gerardo.
La inconformidad manifiesta de la Asociación de Industriales de El Salto, debido a que la gran mayoría de esos permisos fueron otorgados en zonas donde se cambió el uso del suelo de industrial a habitacional, fue un primer factor que impidió que comenzara la construcción inmobiliaria que hoy está en marcha. Los industriales trataron en 2007, sin lograrlo, de revertir los permisos, aunque sí pudieron impedir que iniciara la colonización habitacional. Hasta ahora.
En 2008 y 2009, dos temas fueron los que también contribuyeron en mucho a que no avanzar la construcción de viviendas en zonas que desde hace años fueron adquiridas por empresa ante el vocacionamiento que se dio a la tierra al construir el parque industrial de El Salto.
El primero de ellos fue la muerte a principios de 2008 del niño Miguel Ángel López Rocha, quien vivía junto a su familia en la colonia La Azucena –cercana a Campobello-. El pequeño de ocho años, cayó al río Santiago y dos semanas después murió tras una larga agonía, con el diagnóstico de intoxicación por arsénico.
A este escándalo aún impune se sumaron las inundaciones producto del temporal y de la construcción de viviendas en El Castillo y La Azucena en zonas bajas y adyacentes al canal de El Ahogado, el cual transporta las aguas residuales del sur de la zona metropolitana de Guadalajara.
Ahora, el propio alcalde señala que la reactivación está en marcha, aunque niega que se otorguen permisos en zonas de riesgo, pese a la cercanía de Campobello con las fábricas y a su ubicación en una zona mucho más alta que El Castillo, lo que hace temer a pobladores de este asentamiento que durante la época de lluvias este nuevo asentamiento contribuya a las inundaciones que por fortuna no se dieron el año pasado.
Fuente: La Jornada de Jalisco
Difusión: Soberanía Popular
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