domingo, 9 de mayo de 2010

¿Qué ofrece el Estado a jóvenes sin empleo ni oportunidades educativas?

Se están combinando situaciones muy delicadas para nuestro país, advierte el rector de la UNAM

CARLOS F. MÁRQUEZ

En México, la universidad pública sólo ofrece cobertura al 27 por ciento de la población de entre 20 y 24 años de edad, muy por debajo de otros países latinoamericanos, como Argentina, cuya educación pública universitaria atiende al 64 por ciento de su población en el rango de edad referido. Si a esas cifras sumamos los 7 millones y medio de jóvenes mexicanos que no estudian ni trabajan, el horizonte social resulta más complejo; en razón de ello, el rector de la UNAM, José Narro Robles, advirtió: “me parece que estamos combinando situaciones muy delicadas para nuestro país y repetidamente he dicho que el problema de la violencia y la inseguridad no es un asunto nada más de policías y fuerzas armadas. Es un asunto que se debe atacar de manera integral y de raíz. Es un problema en el que la educación tiene un papel muy importante que jugar y donde las expectativas de futuro tienen mucho que decir”.

Por invitación de la Sociedad de Ex Alumnos Nicolaitas (egresados de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo), el rector de la máxima casa de estudios en México compartió ayer en el Centro Cultural Universitario una reflexión sobre el futuro de la universidad pública y sus retos en el presente.

Afirmó que el panorama actual de la educación en México se caracteriza por el rezago y por una calidad educativa heterogénea y poco satisfactoria. Para comprobarlo, apeló a las estadísticas que en este caso sí resultan elocuentes. “De cada cien niños que ingresan a la primaria, sólo 16 egresarán de la educación superior y únicamente 11 se titularán. Cerca de 6 millones de mexicanos no saben leer ni escribir en pleno siglo XXI, más quienes tienen la primaria o la secundaria incompleta, nos llevan al total de 33 millones de personas en rezago educativo, situación que afecta a todo el sistema social y económico”.

“Cuando en una sociedad tenemos un resquebrajamiento del sistema de valores y principios, cuando en una sociedad tenemos desempleo y falta de oportunidades educativas para los jóvenes, por supuesto que uno tiene que estar bárbaramente preocupado por cuál puede ser el camino y qué les estamos diciendo a esos 7 millones y medio de mexicanos que no estudian ni trabajan. ¿Que hagan qué? ¿Que se esperen a qué? ¿Cuando va a empezar la parte productiva de su vida y qué les espera en el futuro?”.

Además del narcotráfico, la migración hacia Estados Unidos es una alternativa que históricamente han seguido los jóvenes en busca de mayor movilidad social, pero disposiciones legales como la Ley SB1070 promulgada en Arizona cancela esa opción de manera tajante. Al respecto, José Narro comentó: “¿cómo puede uno estar a favor de una legislación que falta a los principios básicos elementales de respeto a la dignidad humana? ¿Por qué se puede calificar a una persona como buena o mala por el color de su piel, por el biotipo que tiene, por lo que aparenta, por los ojos rasgados o no? Eso, simple y llanamente, en el siglo XXI es absolutamente inadmisible”.

“Esa ley favorece las actitudes racistas y de exclusión, promueve la intolerancia y genera muchísimos problemas. ¿No que hay una sociedad tan abierta? ¿No que se vale competir? A una ley de esa naturaleza lo que uno tiene que decirle es: la dignidad de las personas y los valores de los seres humanos están por encima de cualquiera de esas situaciones”.

La crisis que atraviesa a diversos ámbitos de la vida pública y privada en México es para Narro Robles la elocuente expresión del agotamiento del sistema de desarrollo económico, social y humano que “se impulsó desde estructuras multinacionales y desde sectores financieros. Sirvió para algunas cosas, pero no sirve para combatir la pobreza, para generar valores o para dar educación. Porque ésos no son los elementos que interesan en este modelo. ¡Hay que cambiarlo entonces!”.

“Tenemos que hacer en México una revisión integral en materia de educación y el verdadero abordaje tiene que ser desde el principio de la educación y pasa incluso por la familia. Tenemos que plantearlo entre todos y recordar que hay ejemplos buenos del éxito de la educación pública en este país. Yo conozco muchísima gente exitosa en muchos sentidos que es producto de la educación pública de México”, señaló.

Alcanzar el futuro

Durante su conferencia, el rector de la UNAM sentenció que en nuestro país se comienza a agotar el bono demográfico (una mayor proporción de población productiva contra un menor número de población inactiva), por lo que estamos dejando pasar una oportunidad de desarrollo difícil de repetir.

“Antes de que concluya esta década, por ahí del 2018 al 2019, el bono demográfico habrá empezado a desaparecer y muy cerca del 2025 se habrá perdido la oportunidad que representa esta condición. Para sacar provecho de esa ventana de oportunidad, se deben incrementar muchos servicios, entre otros, las posibilidades de acceso a la educación superior, lo que no estamos haciendo al ritmo que se requiere. Se estima que para duplicar en 2020 la cobertura de educación universitaria actual tendríamos que desarrollar 260 mil nuevos espacios cada año y no lo hacemos, por ello México debe tomar la decisión de destinar los recursos necesarios”, precisó.

Además del déficit educativo, existe otro factor de tensión entre la formación universitaria y el ámbito ocupacional de trabajo que, según Narro Robles, podría agudizarse en la medida en que no se avance en la cobertura de la educación superior y en tanto persistan las crisis económicas recurrentes y las condiciones del mercado interno que prevalecen.

Esa disparidad entre el número de profesionistas y las escasas fuentes de trabajo se ha manipulado como argumento de evaluación de la universidad pública de acuerdo con una lógica de mercado. Al respecto, Narro Robles señaló: “desde algunos sectores y organismos es frecuente detectar intentos de reducir el impacto de la educación superior, en particular la de carácter público, al ámbito económico, a la producción de bienes y servicios, a la consideración de una relación costo-beneficio y al análisis de la tasa de retorno. Desde esa perspectiva suele marcarse que no hay correspondencia con el mercado de trabajo y que hay una importante tasa de desempleo y subempleo entre los egresados universitarios”.

Fuente: La Jornada de Michoacán
Difusión: Soberanía Popular

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