domingo, 10 de mayo de 2009

Palabra y resistencia

Fuente: La Jornada de Zacatecas

Redacción 

Randolfo González de la Mora*

Callar resulta criminal en épocas oscuras

Bertolt Brecht 

Una estrategia válida para hacer frente a la confusión provocada por el Virus A/H1N1 en México es no dejarnos envolver por la retórica oficial experta en simular, divagar y mentir pero reticente al análisis estructural y la memoria histórica.

Seré drástico para reenfocar la atención en lo realmente apremiante: la pobreza es la epidemia real de México, el único Jinete del Apocalipsis activo, beligerante y necrológicamente muy productivo.

En este contexto debemos reutilizar la palabra, inventar categorías analíticas y recrear la teoría política para descifrar este juego perverso de engaño y simulación fortalecido a fuerza de simulación y estupidez (el Diccionario de la Real Academia Española la define como “torpeza notable en comprender las cosas”).

No insulto, cuestiono a la actual clase gobernante que pretende socializar su violencia y falta de integridad como esquemas legítimos de explicación de la realidad, resisto porque México no es ese impúdico amasijo de complicidad criminal, deslealtad y sobresaturación de discursos irrelevantes vendidos como verdades incuestionables.

La inocultable realidad

Líderes de opinión, intelectuales, artistas, escritores, medios de comunicación, vandalismo televisivo, sacerdotes oficiales, sólo por mencionar algunos de los actores destacados del oficialismo discursivo, ¿por qué no se rasgan las vestiduras en público y denuncian lo inocultable?:

En México dos tercios de la población sobrevive en la marginación, aproximadamente 70 millones de personas, cifra dramática si pensamos que supera el total de la población de Francia.

La utilización inmoral e ilegal de las fuerzas armadas en una lucha perdida en contra del narcotráfico, la única industria de “clase mundial” en nuestro país, inclusive más productiva que Pemex.

El desmantelamiento y saqueo nacional del sistema bancario, industrial, carretero, agropecuario y de asistencia social para no atentar en contra de las virtudes virginales del libre mercado.

La aguda confrontación social que regionaliza escenarios de guerra civil con Atenco y Oaxaca como símbolos de la nueva decadencia institucional, sin olvidar los grupos guerrilleros con capacidad de acción en varias entidades federativas y las células sinarquistas de choque cada vez más protagónicas.

El escepticismo y desesperación civil tras constatar que después de años difíciles de transición finalmente la democracia se ha convertido en una patética chuleta de bronce. El fortalecimiento impúdicamente generalizado de un complejo sistema estructural de contención y represión de rostro marcadamente fascista.

Desmantelar la violencia discursiva

El intelectual, escritor, activista civil, debe recuperar su protagonismo social, salir de los claustros académicos, televisivos, partidistas, burocráticos y editoriales para reconquistar su derecho a permanecer al lado de quienes menos tienen que en México somos prácticamente todos.

Está en juego desmantelar la violencia discursiva que pretender segmentar y congelar de miedo (por las balas, el desempleo, el hambre o el terrorismo viral) cualquier proceso novedoso de imaginación y quehacer político, preámbulo de las acciones de transformación, justicia y equidad social impostergables en México.

Construyamos una palabra resistente, indignada y en perpetua tensión que no sucumba al imperio de la vulgaridad, las alianzas estratégicas criminales y el cinismo oficial.

* Poeta y Profesor Universitario

 

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