¡Ya chole de tanto Obama! ¡¡Ya baaastaaa!! Me aturde el bombardeo, no lo soporto más, tengo a Obama hasta en la sopa. No se vale, con tanto “obamazo” entre oreja, ojo y M. estoy tembloroso y pálido. Sudo frío. Quedé calvo de tanto tirarme los pelos. Tengo la pelona entumida… Eso congela las ideas, brrr. Sólo pienso en Obama: que si baila “bien acá…”; que si saluda al chamuco George Bush ¡¡polacazo!! Dicen con esa salamera cortesía --con olor a impunidad--, los analistas picudos; que si manda cartitas a sus hijas; que si, vía literaria, dice a los mexicanos cuánto “os ama Obama”; que si no conviene le digan Hussein; que si es el “chavo chido de la película gacha” que vengará a los pobres del planeta; que si se le “enlenguó la traba” en la oración de ascenso al poder; que si las ratas de “gualestrit” le dieron un cachetadón de bienvenida para que se acostumbre a la voz del amo; que si ya le dicen la “toalla sanitaria” por aquello de que “está en el mejor lugar pero en el peor momento”; que si la señora Obama va a contratar al estilista Alfredo Palacios para mandar una señal de amistad para América Latina; que si cerrará la prisión de Guantánamo y allí hará mojitos para evitar la migración de los mojados cubanos que deben llegar a Miami ¡con los pies secos!!….que si tantas y tantas cosas más que…
¡¡Mi iris tiene impresas fotos de Obama!! ¡Aguas! Barack Hussein Obama tiene tanta prensa que casi se empareja con la “tigresa”, Niurka y el “Fabiruchis”. Con ese bombardeo mediático equiparable al que dispararon los israelíes para la masacre en Gaza, mi disco duro cerebral quedó pasmado. Y es que, desde que el “afroamericano” nativo de un islote del Pacífico que ni es África ni es América, decidió contender por la primera magistratura, el color serio de su piel fue lo que más llamó la atención: “¡¡ ¿Cómo os atrevéis, mulato insensato, a disputar el poder a un blanco?!!” Al final hasta le cuestionaron sus detractores no ser auténticamente negro.
Y cuando Hilary le hizo al negrito lo que la “lengüinski” a su marido, ¡zaz! Comenzó el gran mito, genios publicitarios y de marketing detrás. Así surgió el primer dios negro en Olimpo político blanco. Ahora, hasta nuestro paisano Juan Carlos Sánchez ", el Sinaloa 21", con todo respeto de por medio, le hizo un corrido perrón donde ruega que no maten al flamante presidente gringo. Llama la atención el corrido porque los sinaloenses “ni saben” de esas cosas…
Y ni qué decir del Global Language Monitor que califica la de Obama como "la mayor historia del siglo, hasta ahora" y dice que su campaña generó 717 millones de menciones en prensa y 254 millones en Internet…Con cifras tan apabullantes no me queda otra que evadirme de la realidad, tanta felicidad es imposible. Sin embargo, el “súper star” de la polaca, el hijo predilecto de Hawai, Kenya, Indonesia, Chicago, Harvard y otros sitios pisados por el nuevo dios, el presidente 44 de USA, él, el nuevo Mesías, ¡¡es hijo de familia disfuncional!!
Pero en el VI Encuentro Mundial de las Familias (ese que excluyó a todos los que no fueran una family “normal”), la voz más informada de México estableció que los hijos de familias disfuncionales…¡¡se convierten en sicarios!! Pero también en adictos o en secuestradores y en asaltantes. ¿Su fuente será el INEGI?
Desde entonces muchos no conciliamos el sueño. ¡Uuuyy!! Si con Bush la humanidad vivió una pesadilla ¿qué nos espera con un hijo disfuncional? ¿O acaso lo hicieron llegar, para que sea un negro (el trabajo que ni los blancos quieren hacer) quien limpie el cochinero? No me importa. Ya no quiero saber nada de Obama. Haga lo que haga “se las verá negras” y acaso en poco tiempo, unos cuantos meses, le estén endilgando que no cumplió con las expectativas.
Todo esto me huele a gatorpardismo reyesheroliano: cambiar, para que todo siga igual. Por eso mejor veo la telenovela sueca: “los hijos clonados, de la selección mexicana de fútbol”.
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