Fue avalado en lo general, y pese a los artículos que quedaron a reserva en la minuta, se prevé que el paquete de iniciativas sea ratificado sin cambio alguno.
La Jornada On Line
México, DF. Pese a que la parte superior de la tribuna fue tomada por legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP), la Cámara de Diputados aprobó este martes los siete dictámenes que conforman el paquete de la reforma energética.
En este momento, el séptimo dictamen ha sido aprobado en lo general, y el pleno discute los artículos reservados para su discusión en lo particular.
Luego de los posicionamientos de cada una de las fracciones parlamentarias, el pleno de la Cámara baja comenzó a aprobar en lo general y en lo particular los siete dictámenes que conforman la reforma energética, y la primera minuta ratificada fue la Ley de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la cual recibió 417 votos aprobatorios, 63 en contra y 2 abstenciones.
El siguiente en ser votado fue el relativo a la Ley de Aprovechamiento Sustentable de la Energía, el cual fue dispensado de segunda lectura toda vez que no hubo artículos a revisarse, por lo que pasó directamente a votación en lo general y particular. El sistema electrónico de votación recibió 413 posturas a favor y 62 en contra.
El tercero de estos documentos que fue sometido a escrutinio fue la Ley de la Comisión Nacional de Hidrocarburos que recibió una aprobación en lo general de 411 votos y 61 en contra. En lo particular se quedó a reserva el artículo quinto, el cual se refiere al órgano de gobierno de ese organismo. Una vez que fue discutido, éste recibió 339 en pro, 120 en contra y 3 abstenciones y quedó entonces aprobado en lo particular el dictamen.
La minuta cuarta, referente a la Ley de Aprovechamiento de las Energías Renovables también quedó libre de discusión en lo general, por lo que recibió la anuencia de 407 votos frente a 68 en contra. En caso particular quedó a discusión el artículo 27 de este proyecto, el cual, luego de ser presentado por el diputado Carlos Rojas recibió la aprobación de 327 votos frente a 128 en contra y 11 abstenciones.
A continuación se sometió a revisión el dictamen quinto, correspondiente al artículo 33 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. La fracción segunda de dicho artículo fue revisado en lo particular. Luego de la discusión, la minuta quedó avalada en lo general y particular por 401 votos a favor, 64 en contra y 1 abstención.
El sexto de los dictámenes corresponde a la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo petrolero. La minuta recibió 391 votos a favor, 69 en contra y 2 abstenciones en lo general y en particular, aunque quedó a discusión el artículo 14 bis.
La séptima y última minuta que será sometida al pleno es la que adiciona algunas reformas a la Ley de Petróleos Mexicanos. Antes de abrirse la primera votación electrónica para dar el visto a lo general y a lo particular de los artículos no impugnados, la diputada perredista Valentina Batres presentó una moción suspensiva, misma que fue desechada.
Asimismo, ocho legisladores presentaron observaciones a los artículos 8, 9, 34, 47, 48, 60, 61 y 71 de dicha legislación, mismas que serían también sometidas a consideración del pleno.
Salvo esto, el proyecto de dictamen quedó aprobado en lo general por 395 votos a favor y 82 en contra.
1 comentario:
Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
La izquierda está en los jóvenes brigadistas
Una vez aprobada en sus términos la llamada Reforma Energética o de la industria petrolera por el Congreso de la Unión, más allá de sus alcances legales y lo que en los hechos la corrupción e impunidad den lugar en el manejo del patrimonio energético de la Nación, queda a la conciencia de cada mexicano el juzgar y calificar tanto la actuación ética y moral de las señoras y señores legisladores, como de los integrantes del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
Quién ganó y quien perdió en el largo proceso legislativo, es irrelevante. Cuando al final queda confirmado una vez más que diputados y senadores –salvo muy pocas y honrosas excepciones- lejos de representar a la ciudadanía, a sus entidades federativas o a sus electores, sirven, primero, a intereses concretos de la partidocracia en el poder y, segundo a sus propios apetitos e intereses de índole política y económica. Lo que piensen o dejen de pensar quienes en las urnas les elevaran a la calidad de legisladores, les tienen sin cuidado; haciendo nugatorio cualquier intento por avanzar en la vida institucional y democrática de México.
Para quienes lo hemos vivido a lo largo de muchos años, la mediocridad y servilismo legislativo no causa extrañeza, pero tampoco nos libra de algunos resquicios que aún quedan de capacidad de indignación y vergüenza. La frustración de varias generaciones que no hemos sabido o querido dejar en los jóvenes un legado de patriotismo y compromiso, la llevaremos a flor de piel hasta la tumba. Correspondiendo a las nuevas generaciones el rescate de la lucha por la democracia y el poder popular, de mejor manera y con mejores instrumentos, si así lo consideran pertinente. Si no, sus descendientes habrán de reclamarlo; como hoy a los viejos nos lo echan en cara millones de jóvenes mexicanos que, de cara al tiradero, están viendo canceladas esperanzas y expectativas de vida digna con un mínimo de decencia y bienestar.
Hace unos días, Saramago se preguntaba: ¿Dónde está la izquierda? Lo mismo podríamos preguntarnos en México. Responder a tal interrogante, es harto difícil, pero en mi caso, la respuesta es casi automática: no está en los partidos políticos, ni en la intelectualidad elitista y acomodaticia, ni en el periodismo subordinado, ni mucho menos en un Congreso de senadores y diputados; la veo en esa pléyade de jóvenes impetuosos, impertinentes, cara dura, que calificando a Felipe Calderón Hinojosa con el epíteto de Espurio”, respondiendo al llamado de Andrés Manuel López Obrador tomaran en sus manos la defensa de la soberanía nacional y el rescate de la industria energética, hoy secuestrada por la corrupción e impunidad. A ellos, mi reconocimiento; en ellos, mi postrera esperanza de un México mejor.
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